Desde abril de 1999, en el sistema penitenciario han ocurrido extraoficialmente 12 motines en nueve centros de detención.
Producto de los mismos, se reporta la fuga de unos 125 reos de alta peligrosidad y la muerte de cinco más. Asimismo, un miembro de la Policía Nacional Civil y un guardia penitenciario han sido asesinados por los presidiarios en su huída.
Fugas espectaculares
De acuerdo con archivos de Prensa Libre, en cuatro años ha habido cinco fugas masivas.
El caso más relevante ocurrió el 30 de abril de 1999, cuando una turba de 800 personas liberó a 12 exmiembros de las Patrullas de Autodefensa Civil, en Colotenango, Huehuetenango.
En magnitud, le sigue la violenta fuga de 78 reos de la cárcel de máxima seguridad de Escuintla el 17 junio del 2001.
En el grupo se incluía a secuestradores, homicidas múltiples y violadores sexuales.
El 12 de enero del 2000, en las postrimerías del gobierno de Alvaro Arzú, 11 convictos se fugaron del Centro Preventivo de la zona 18. Cinco días más tarde, otros cinco reclusos escaparon de la cárcel de Puerto Barrios.
Sin dinero suficiente
Los expertos reconocen que debido a la falta de presupuesto adecuado, todas las instalaciones penales presentan problemas.
Entre otros, mencionan el exceso de población recluida sin haber recibido condena y la falta de servicios adecuados, como dormitorios, sanitarios y talleres de capacitación.
El panorama se complica con la asignación de la vigilancia interna a reos que lucran con drogas y licor, cuyas ganancias muchas veces son compartidas con las autoridades penitenciarias.
Sin reformas
El 1 de febrero del 2000, la Comisión de Transformación del Sistema Penitenciario, organizada durante el gobierno de Arzú, entregó su primer informe.
El mismo destacó la cadena de deficiencias en el aparato carcelario, pero nunca fueron llevadas a la práctica sus propuestas.
En su segundo informe, el 26 de abril del 2002, la comisión recomendó reestructurar el sistema de presidios, porque estaba a punto de colapsar.
La entidad dirigida por la actual secretaria de la Paz, Catalina Soberanis, efectuó una serie de sugerencias, pero tampoco fueron tomadas en cuenta.