El velatorio de la menor, quien cursaba primero básico, se lleva a cabo en su residencia ubicada a unos cien metros de donde sucedió la tragedia, que causó la muerte de otras dos personas. En el inmueble permanecen familiares, vecinos y compañeros, quienes no dan crédito a lo ocurrido; además, llevaron a una manta vinílica, en la que indican que la extrañarán.
María Caal, madre de la fallecida, comentó que con esfuerzos pagaban la colegiatura, con el objetivo de que Gabriela superara y cumpliera sus sueños. “Su anhelo al principio era ser chef, pero este año decidió que iba terminar su básico para estudiar la carrerea de Medicina”, manifestó.
Caal recordó que su hija era buena estudiante y los vecinos la querían mucho; añadió que el día del accidente su hija se levantó de madrugada le indicó que iría a estudiar porque no quería perder el día.
Mario Hernández, padre de la estudiante, manifestó que soñaba con ver a su hija graduada y poderla apoyar en su deseo de ser médico, pero el accidente le arrebató la vida.
“No culpamos a nadie, pero si queremos que estos accidentes puedan evitarse, porque es lamentable que las familias sufran por personas que no saben manejar con moderación”, resaltó.
Mirna González, compañera de estudios de Gabriela, dijo que la joven siempre le decía que quería estudiar Medicina para ayudar a su familia y atender a las personas de escasos recursos económicos.
“Su deseo era ayudar a su comunidad, era sonriente, cariñosa y le gustaba bromear. Nos causa tristeza ver cómo quedó su cuerpo”, expresó González.
En el accidente de tránsito también murió arrollado Julio Alberto Tacán Rivera, 18, quien estudiaba Mecánica Automotriz, y María Guadalupe Cabrera Dueñas, 13, quien viajaba en el automotor que se accidentó.
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