?Necesitamos verdad, justicia y perdón?, afirma el sacerdote Rigoberto Pérez, de la parroquia de Nebaj, Quiché. Después de que la casa parroquial fue quemada, en gran parte ?por nuestra labor como promotores de la comisión de la verdad?, espera el nuevo año con fuerzas renovadas.
Más de 350 religiosos de todo ese departamento se reunieron recientemente para redactar un plan pastoral para el año próximo. Los problemas que deben afrontar, según las conclusiones de la asamblea, son paliar la extrema pobreza, solventar las secuelas de la guerra, impulsar el proceso de paz y brindar orientación en el nuevo año electoral.
?Soñamos con que haya un proceso político de verdad, es decir, que velen por el bien común?, apunta Pérez. El párroco de Nebaj teme que por los próximos comicios se incremente la violencia. El pago de la indemnización a los expatrulleros también ha provocado un aumento de la conflictividad en la comunidad.
Aconsejan no aceptar
El sacerdote Axel Mencos, de Santa Cruz del Quiché, comenta que los párrocos aconsejan a los feligreses no aceptar este dinero, ?porque es un pago que busca un beneficio electoral, además de que generará más vicios y conflictos entre la población?.
Debido a esta orientación político-religiosa, algunos párrocos han recibido amenazas, pero también se ha dado el caso de varios quichelenses que han solicitado su mediación para ser retirados del listado oficial de los expatrulleros civiles.
Quiché está lleno de ?cadáveres no recuperados y de acciones solapadas de mafias?. Dentro del crimen organizado se ha incrementado el número de pandillas y de narcotraficantes que actúan en el departamento.
Según Pérez, hay campesinos que ?son tentados con proposiciones ilegales, como el cultivo de marihuana o la quema de sus campos para facilitar el aterrizaje de los aviones que transportan drogas?.
Alcoholismo y drogadicción
La pobreza y la falta de expectativas han provocado alcoholismo y drogadicción en la región.
El alcoholismo femenino era poco habitual en esta zona, pero se ha incrementado en los últimos años.
Según Mencos, las razones podrían ser que ?muchas de estas mujeres son viudas y no tienen posibilidades de mantener a sus familias?, y están desesperadas.
Recientemente fue inaugurado un nuevo centro para alcohólicos en Quiché, con capacidad para 30 personas. El problema es que parte de los gastos, unos Q300 al mes, tienen que ser sufragados por los pacientes, y muchos de ellos no tienen ni dónde vivir.
Denuncias: Amenazas a religiosos
La Misión de N aciones Unidas para Guatemala considera ?defensores de los derechos humanos? a todo individuo, grupo o institución que promueve y protege garantías y libertades fundamentales.
Entre este nutrido grupo se encuentran los líderes religiosos, quienes reciben amenazas o son atacados en su integridad física o síquica. Las amenazas o agresiones a este grupo siguen ocurriendo, sobre todo en el occidente del país.
Entre los casos de agresiones o amenazas en contra de religiosos, ocurridos en el transcurso de ese año, cabe mencionar las amenazas contra el obispo de San Marcos, a los párrocos de El Rodeo, San Marcos, o Nebaj, Quiché. La casa parroquial de Nebaj fue incendiada el 21 de febrero pasado.
Del 1 de enero de 2000 al 31 de octubre de 2002, la Minugua ha registrado nueve casos de violaciones a los derechos humanos de religiosos, trabajadores de diócesis y de la Pastoral Social.
De los nueve casos registrados, dos fueron admitidos como violaciones al derecho a la vida y los siete restante, como violaciones al derecho a la libertad y seguridad personal.