Alejandra Granados, voluntaria del programa Pasos y Pedales en esa ciudad, dijo que cuando junto a varios compañeros buscaban a una perra en cercanías de la Terminal Minerva, observaron que dos sujetos metían en costales a dos canes, por lo que les llamaron la atención y los liberaron.
Agregó que se desconoce cuál era el propósito de los sujetos, pero que posiblemente los atraparon para matarlos.
Gladys Velásquez, de la Asociación Huellas y activista a favor de los derechos de los animales, indicó que sospecha de que ese tipo de actividades ocurran con frecuencia, ya que durante jornadas de esterilización que efectúan contabilizan a muchos perros, pero cuando regresan al lugar ya no los encuentran.
“Pensamos que pueden ser utilizados para alimentar animales de circos, o para la venta de comida callejera”, manifestó Velásquez.
Agregó que es preocupante que personas maltraten a los animales sin hogar, y enfatizó que es alarmante la situación, porque de ser utilizados para elaborar comida, podría afectar la salud de las personas.
Activistas indicaron que es necesaria una ley que sancione el maltrato animal. Agregaron que la población debe ser responsable al comprar o adquirir una mascota, ya que en muchos casos, los animales son abandonados en la calle.
De acuerdo con información del Ministerio de Salud, en el área rural de Quetzaltenango hay al menos 89 mil perros; mientras, en el área urbana unos 37 mil, entre los que tienen dueño y callejeros.
Caso similar en Totonicapán
En noviembre 2015, controversia causó la decisión que tomaron algunas personas de exterminar perros callejeros en la cabecera de Totonicapán, donde se informó que desde un vehículo les lanzaban veneno a los canes.
Danilo Ordóñez, de la organización Pies que Ayudan, calificó de inhumano la acción de exterminar a los referidos animales. Añadió que como organización defensora de animales han efectuado varias jornadas de castración, para evitar la proliferación de perros callejeros.