“Estamos en el análisis. Todavía no hemos arribado a una decisión; solo estamos discutiéndolo seriamente y lo tenemos contemplado dentro de los textos. El cambio es más que todo en el hecho mismo de ahondar en la discusión y en la búsqueda de antecedentes”, explicó Mijangos, quien reconoce que existe una desactualización en la ley mientras que en países como Perú el voto preferente se instauró en 1978.
Con la nueva posición del TSE, el presidente de la Comisión de Asuntos Electorales, Óscar Argueta, indicó que también buscarán los consensos en el Organismo Legislativo para obtener el apoyo a los cambios, de manera que en el 2019 se pueda integrar un Congreso distinto y más representativo.
“La comisión decidió no avalar ambos temas, en virtud de que el órgano encargado de aplicar la norma, que es el TSE, se oponía. Pero si ellos cambian la posición, nosotros vamos a rediscutir, tanto en el dictamen que vamos a trabajar como en la propuesta que el TSE nos envíe para dictaminar”, señaló Argueta.
El parlamentario indicó que trabaja en la sensibilización de los diputados que integran la mencionada sala legislativa, para alcanzar consensos e incluir el voto preferente y los subdistritos electorales.
“Mañana —hoy— se someterá a discusión el tema, para que a más tardar el 17 de noviembre se tenga el dictamen favorable para trasladarlo a la dirección legislativa”, dijo Argueta.
Reconsideran voto
A pesar de que en la Comisión de Asuntos Electorales ambos temas no contaron con el apoyo de la mayoría de diputados cuando fueron conocidos, ahora, con la reconsideración del TSE, muchos analizan apoyarlos para incluirlos en el proyecto final.
Nineth Montenegro, de Encuentro por Guatemala, es una de los legisladores que cambiaron su voto, y ahora dice que apoyará la propuesta.
“Se había dicho que era inconstitucional, pero si ellos —el TSE— ven viable, considero que deberíamos hacer eco de la propuesta, porque ha de haber hecho un análisis muy balanceado y un análisis basado en posibilidades, ya que al final son ellos los que tienen que tener la infraestructura para que los subdistritos sean funcionales”, dijo Montenegro.
Para el diputado Felipe Alejos, de Todos, siempre ha habido apoyo a esos cambios porque generan mayor representatividad y cercanía de la población con sus representantes.
“Abrir los listados de diputados —significa— acabar con los cacicazgos y permitir al votante elegir al candidato de su preferencia”, dijo Alejos.
El congresista Fernando Linares Beltranena, del Partido de Avanzada Nacional, también apoya la apertura de los listados y subdistritos.
Mario Taracena, de la Unidad Nacional de la Esperanza, fue quien propuso en el Congreso los listados abiertos y la creación de los subdistritos electorales; sin embargo, hasta ahora se ha opuesto a su implementación, por la supuesta inviabilidad en el sistema actual.
Cambiar el sistema
La idea de cambiar el sistema político guatemalteco en la forma de elegir a diputados cobró fuerza luego de que diputados se negaron a retirarle la inmunidad al presidente Jimmy Morales para que fuera investigado por financiamiento electoral ilícito.
El rechazo al sistema de elección de diputados aumentó cuando, el 13 de septiembre, fueron aprobados dos decretos conocidos como “Pacto de Corruptos”, que conmutaban penas y favorecían a varios políticos vinculados con casos de corrupción.
A partir de entonces varios sectores volvieron a presionar para que se modificara el sistema electoral y la elección de diputados.
El director de Gestión Pública del Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras (Cacif), Phillip Chicola, dijo que la creación de los subdistritos permitirá hacer efectivo el voto preferente o sistema de individualización de voto, ya que generará mayor vinculación entre el votante y su representante.
“Bajo el sistema actual existen distritos que son excesivamente grandes. Un ejemplo: Guatemala elige 19 diputados; el Distrito Central, 11; Huehuetenango, 10, lo cual hace muy complicado el proceso de emisión del sufragio y conteo de votos en un sistema de voto preferente —listas abiertas—”, dijo Chicola.
Enfatizó: “Al subdividir esos distritos en subdistritos de tres o cuatro diputados se hace más efectiva —en términos logísticos— la implementación del voto preferente. Asimismo, esa subdivisión permite generar mayor vinculación entre el votante y su representante”.
Relación más directa
El director general del Instituto Centroamericano de Estudios Políticos (Incep), Rubén Hidalgo, manifestó que la forma como se ha dibujado la integración de los subdistritos permite que haya una relación más directa entre el elector y el elegido, porque se disminuye el número de ciudadanos que eligen a su candidato.
“Un diputado ya no tendrá que hacer campaña en 17 municipios de Alta Verapaz, sino solo lo hará en tres, porque son nueve diputados. Lo que se promueva es que el candidato a diputado tenga una relación más directa con sus electores. De esa forma será más fácil al elector pedirle cuentas y que el techo de campaña sea menor, lo que disminuye el costo de campaña”, añadió.
Para Hidalgo, cambiar el sistema de elección de diputados fortalece la relación elegido-elector, ya que se da una serie de valores que, en teoría, se fortalecen al generar los subdistritos.
Paridad de género
El TSE también incluye en las reformas a la Ley Electoral la paridad de género o cuotas de representación, cambios que, aunque fueron presentados en el 2016, no lograron el apoyo en esas reformas.
La alternancia de candidatos a razón del género fue descartada por la comisión del Congreso, al existir criterios divididos. Unos apoyaban la paridad pero se oponían a crear cuotas, ya que en su perspectiva no se le podía poner una del 50, 40 o 30 por ciento en los listados, pues en algunos departamentos esta fórmula no era funcional.
Otros diputados consideran que la paridad de género no tendría lógica si se aprueba el voto preferente, ya que no se elegiría por un listado en orden de género, sino por el candidato, de manera directa.
Para el TSE, la paridad de género debe ser discutida en el Congreso y tomar en cuenta, incluso, la opinión de sectores que demandan un sistema político más incluyente.