“Corresponde a la Inspección General —del TSE— analizar esas actividades”, afirmó.
Medrano señaló que la norma, aunque es amplia, busca que no se utilice este tipo de actividades para beneficiar a un candidato, pero se aplica a funcionarios y contratistas del Estado, por lo que el mandatario no cumple con ella.
Además, la Ley Electoral establece en el artículo 223, inciso e, la prohibición de usar recursos y bienes del Estado para propaganda electoral.
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El inciso f prohíbe a los funcionarios y empleados públicos dedicarse durante la jornada de trabajo a funciones o actividades de carácter político electoral, así como emplear su autoridad o influencia en favor o en perjuicio de determinado candidato u organización política.
Otra prohibición es la del inciso h y en la Constitución Política también se indica que “el presidente de la República, juntamente con los ministros, viceministros y demás funcionarios dependientes que integran el Organismo Ejecutivo tienen vedado favorecer a partido político alguno”.
Mario Guerra Roldán, expresidente y exmagistrado del TSE, opina que Morales también viola dicha ley al dirigir un discurso político durante estas actividades, y lo hace aún más cuando es en referencia a la supuesta injerencia del Tribunal.
Guerra Roldán afirma que en los discursos que Morales ha ofrecido en contra del TSE cuestiona su independencia y hace referencia al temor de un fraude electoral, debido a que hay “injerencia extranjera” porque esta entidad firmó un convenio con la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala.
El pasado martes 10 de abril, Morales dijo que hay “muchas dudas” sobre el proceso electoral, a lo que el actual presidente del TSE, Julio Solórzano, respondió que si el mandatario sabe o conoce de alguna anomalía debe denunciarla o cometería el delito de omisión de denuncia.
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No son inauguraciones
“El presidente no ha inaugurado nada, todas las obras y actividades a las que ha asistido son supervisión”, aseguró el secretario de Comunicación Social de la Presidencia, Alfredo Brito.
El funcionario explicó que “en una inauguración hay actos y se corta una cinta simbólica, acá solo se supervisa la manera en la que la obra ha avanzado físicamente”.
Agregó que la secretaría que dirige, “por mandato legal debe dar a conocer todo lo relacionado a las actividades del Ejecutivo”.
“Es más, en su discurso del 12 de abril —en el libramiento de Chimaltenango— indicó que aún faltaban detalles para quedar finalizada la obra”, aseguró Brito.
Sin embargo, el presidente, durante el inicio de la habilitación del libramiento de Chimaltenango, aludió tácitamente a la prohibición: “Este proyecto está casi terminado, andamos en una supervisión, no en inauguración. Ustedes comprenden, ¿verdad?”.
“Hay empresas que se meten a a todo el proceso de licitación y cuando ya todos creímos en ellos se les da el anticipo y nos dejan tiradas la obras, y ahora tenemos que entrar a ejecutar fianzas, meter dos años más en lío esa carretera, ¿y quién sufre? El pueblo. Por eso quiero agradecerle a las empresas cumplidas, a las que nos han cumplido, y miren ustedes cuántas carreteras hemos logrado entregar en todo el país, o supervisar en todo el país. Perdón, ¡ya metí la pata!”, expuso el mandatario.
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No quiere dejar de figurar
Gustavo Berganza, integrante de la organización Mirador Electoral, coincide en que el mandatario comete una “abierta violación a la Ley Electoral” y únicamente trata de eludirlo.
Agregó que el mandatario trata de no dejar de figurar, pues cuando se elija a un nuevo presidente dejará de ser el centro de atención.
El analista político Renzo Rosal opina que el mandatario “intenta llenar el enorme vacío de su gestión porque no ha hecho prácticamente nada”.
Obra sin terminar
El libramiento inaugurado en Chimaltenango está inconcluso. En el lugar se pudo constatar que la obra tiene está en un 95 por ciento.
“Se está gestionando para que el paso se pueda utilizar para la Semana Mayor”, refirió Julio Figueroa, gobernador de Chimaltenango, quien explicó que varios alcaldes se han unido para ejecutar esta y otras obras. La empresa constructora comunicó que se finalizará en dos meses.
Usuarios se quejaron en redes sociales de que algunos tramos quedaron inconclusos, como un puente entre San Andrés Itzapa y la cabecera de Chimaltenango.
El tramo, que se empezó a construir en el 2003, tiene 14.5 kilómetros de longitud y con este se pretende descongestionar el paso vehicular en ese sector.
Por la nueva ruta circulan unos 20 mil vehículos al día, y el costo de la obra fue de Q452 millones.
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