Política

Stephen McFarland: la corrupción es un impuesto inmenso sobre las empresas y la población

El exdiplomático estadounidense dice que los casos de políticos acusados de narcotráfico y corrupción, como Mario Estrada y Manuel Baldizón, debería de preocuparle a las élites de Guatemala más que a los norteamericanos.

Stephen McFarland fue embajador de EE. UU. en Guatemala del 2008 al 2011. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Stephen McFarland fue embajador de EE. UU. en Guatemala del 2008 al 2011. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

¿Qué efectos podrían tener las próximas elecciones de Estados Unidos sobre Guatemala?

Si se reelige Trump la tendencia será que se mantiene la misma política, mientras que si gana el Partido Demócrata podría haber un cambio en varios aspectos. Sin embargo, considero que si Trump gana Estados Unidos va a comenzar a poner más atención a las causas estructurales de la migración y a prestar mayor atención a los efectos corrosivos del narcotráfico y del crimen organizado.

En este último punto hay que tener en cuenta que la DEA -Administración para el Control de Drogas​, en inglés- maneja sus investigaciones sin orientaciones políticas y los fiscales, quienes acaban de tener los casos del señor Mario Estrada y Manuel Baldizón, son independientes y van a seguir ese trabajo de la justicia.

Se cree que la captura de estos políticos y algunos narcotraficantes permite a la DEA obtener información de otros involucrados, por lo que podría haber otras capturas.

Es una posibilidad, normalmente cuando las personas se declaran culpables negocian un trato con la justicia  a cambio de cierta cooperación, pero no podría decir que va a pasar en casos específicos.

Stephen Mcfarland es un diplomático estadounidense que entre 2008 y 2011 fue embajador de EE. UU. en Guatemala. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Usted vivió varios años en Guatemala ¿Cuáles considera que son los problemas que más agobian al país y sus posibles fortalezas?

De los problemas ya hemos conversados sobre algunos, pero también está la inseguridad, el sistema económico, que por las razones que sean no está ofreciendo suficientes oportunidades de  trabajo a la población y el Estado le está fallando a un porcentaje de la población que, al final, recurre a la migración para buscar una vida digna y con cierto futuro. Hay otros problemas de tipo político que los guatemaltecos pueden identificar mejor que yo.

En cuanto a las fortalezas de Guatemala creo que la mayor, como en cualquier país, es su población, ya sea en Estados Unidos, Guatemala, El Salvador u Honduras; y el sistema democrático, que por más que se le critique ofrece alternativas y esperanzas. Entonces, es importante saber qué ofrece el nuevo gobierno de Alejandro Giammattei, con quien yo sé que el gobierno norteamericano esta conversando porque están muy interesados en conocer cómo se puede cooperar de una manera más estrecha.

¿Cuál es su lectura de los conflictos que mantienen convulsa a América Latina?

Yo viví en Bolivia, Perú, Ecuador y Venezuela, y me parece que son situaciones políticas diferentes, pero se nota que en la mayoría de los conflictos fue porque ‘la gota rebalsó el vaso’ y la gente salió a las calles, y cuando esto sucede es difícil predecir qué va a pasar. Quién hubiera pensado que en Chile el aumento del tres por ciento al boleto del metro terminara en una rebelión. Cuando esto sucede no es porque le hayan aumentado el precio al boleto del transporte, ni por la influencia del régimen de Nicolás Maduro, todo esto tiene su origen en las frustraciones guardadas y tapadas por muchos años y que al final explotan.

También me parece importante el caso de Bolivia, pues en este país tampoco hay intervención norteamericana como se ha dicho, o del sector privado, sino es porque un presidente, que al inicio tuvo bastante apoyo popular, se quedó mucho tiempo en la presidencia y hasta se le acusa de haber manipulado las elecciones, tan es así que las fuerzas armadas le retiraron el apoyo.

Me parece que hay que tener en cuenta que la estabilidad puede ser transitoria y el mejor resguardo de la estabilidad es una democracia plena y con oportunidades para todos y con bastante transparencia y que los gobernantes sean responsables de sus decisiones.

¿Qué lecciones deja a Guatemala lo que está sucediendo en América del Sur?

En la democracia el sistema de valores es muy importante y puede resultar muy frágil, entonces, a nosotros nos debe interesar protegerlos, y en los sistemas democráticos debería interesarnos proteger los derechos humanos y la transparencia.

El caso de Venezuela es una tragedia y nos indica no solo lo que puede suceder cuando llega un gobierno socialista marxista y que además es corrupto y dictatorial. Esta mezcla es lo que hace tan fregada la situación en ese país.  Yo trabajé en Venezuela durante los años de Hugo Chávez y los factores que ayudaron para que tomara el poder fue la corrupción endémica del país y la  creciente falta de credibilidad de los partidos políticos.  El gran problema fue que antes de que tomara el poder Chávez se dejó crecer la corrupción, cayo la credibilidad de las instituciones democráticas y entonces Chávez encontró el espacio para sus planes. Esa es una lección para Guatemala, el Triángulo Norte y todos nuestros países.

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