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Stefano Gatto: “Guatemala es extraordinariamente complejo e intenso”

El embajador de la Unión Europea, Stefano Gatto, termina cuatro años de misión diplomática en Guatemala y se va deseando regresar a lugares turísticos del país a los que la pandemia le negó volver para despedirse.

El embajador de la Unión Europea en Guatemala, Stefano Gatto en entrevista con Prensa Libre. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

El embajador de la Unión Europea en Guatemala, Stefano Gatto en entrevista con Prensa Libre. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Esta semana el embajador de la Unión Europea en Guatemala, Stefano Gatto termina el trabajo de esa misión diplomática después de cuatro años. En una última entrevista a Prensa Libre, el diplomático reflexiona sobre el trabajo de la misión durante los últimos años, resalta el apoyo de los países europeos a Guatemala, especialmente ahora, en medio de la pandemia.

El diplomático habla de una manera abierta sobre la unidad de los guatemaltecos, así como de otros episodios recientes del país, como la salida de la Comsión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig) y a la vez lamenta que la pandemia le haya negado la posibilidad de despedirse de lugares emblemáticos del país, a los que extraña volver.

¿Cómo fue su estadía en el país?

Fueron cuatro años muy intensos. Guatemala es un país con unas características extraordinarias, pero también es extraordinariamente complejo e intenso, con lo cual cuatro años aquí ponen a prueba a cualquier diplomático o cualquier persona que viva con pasión su profesión.

Guatemala es un país que enamora, que apasiona, no se puede tomar como un destino más. Estos cuatro años han tenido mucho contenido, muchos momentos complejos y los termino de una manera que a nadie le hubiera gustado, porque la verdad que seis meses de covid-19 nos han impedido, a mi sobre todo, no volver a los lugares maravillosos que tiene este país, no volver a ver el Lago Petén Itzá, a los volcanes y Antigua, eso queda en el recuerdo.

¿En qué campos fue la cooperación con Guatemala?

Me encontré con muchos proyectos programados, pero muy pocos activados, por lo que con el equipo de la delegación pusimos en marcha actividades tanto en el ámbito de la cooperación económica, agrícola, y terminar programas de apoyo al sector justicia y naturalmente a las actividades de Cicig, que era una actividad importante en esos dos primero años.

¿Cómo ha sido la relación con los gobiernos de turno?

La relación con el gobierno siempre fue buena y eso se reflejó en unos programas de ámbito económico, además de una cooperación excelente con Agexport (Asociación Guatemalteca de Exportadores), en el ámbito empresarial. Hubo un poco de nubes con el cambio a la orientación de gobierno con respecto a la Cicig que hizo que nuestro apoyo y de otros donantes de repente se de viera en una posición un poco delicada, pasamos de pasar a apoyar un proyecto que era solicitado por el Gobierno a estar apoyando con compromisos que no gozaban de ese favor del Gobierno, eso fue complejo manejar, y, sobre todo en el 2019, cuando se cerró la experiencia de Cicig, por lo que trasladamos los fondos al MP para que completara las tareas necesarias.

¿Se va satisfecho de la labor realizada en el país?

Siendo la desnutrición la primera prioridad, la verdad me quedó un poco la frustración de no haber podido avanzar más rápido en estos años en la lucha contra la desnutrición infantil, que es tan importante y relevante en este país y nosotros teniendo 180 millones de euros no los pudimos poner en marcha hasta fechas recientes.

¿Qué proyectos quedan pendientes por ejecutar por la de Unión Europea?

Nosotros trabajamos en ciclos de 7 años, y ahora estamos en el ciclo 2014-2020, yo cuando llegué al país en septiembre de 2016 me encontré que no se había puesto en marcha ninguno de los proyectos de ese periodo, por lo que se llevaba un atraso de 2 años.  Mi gran esfuerzo fue poner en marcha todo aquello con tres prioridades: apoyo a la gobernanza, desnutrición y cooperación económica; que incluye el fortalecimiento de la capacidad exportadora y de la competitividad de la economía guatemalteca con énfasis en la pequeñas y medianas empresas. Luego hay unos ejes que son horizontales, como la atención al género, a la prevención de la violencia, pensando a las mujeres y el tema del cambio climático.

¿Todos se cumplieron?

En la parte económica sí, tuvimos programas con los ministerios de Economía y Trabajo muy exitosos, programas que terminaron el Gobierno anterior y esté pidió seguir con otro con énfasis en la formación profesional, se da enseñanza de la lengua inglesa, en la promoción de capacidades profesionales que puedan ser útiles sobre todo para las pequeñas y medianas empresas que llegan a hacer exportadora al mundo con productos competitivos en el marco del acuerdo de asociación.

Con el Ministerio de Agricultura revivimos un programa de apoyo a la economía familiar y ahora se está convirtiendo en programa al desarrollo rural, funcionó con el anterior Gobierno y con este ha sido retomado, lo que hicimos fue financiar el envío de extensionistas rurales a todos los departamentos y permitir su movilidad con carros y motocicletas, porque era fundamental trasladar esa capacidad de conocimientos agrícolas, porque la función de extensionistas se había descontinuado.

¿Qué otros proyectos podrían financiar para la lucha contra el coronavirus?

Gracias a la flexibilidad que hemos dado a nuestros programas hemos podido readaptar algunos programas para incluir acciones contra el covid-19, por ejemplo, con el Ministerio de Salud hemos traído 75 mil pruebas para covid-19 y ahora estamos trayendo más en una fase de que Guatemala tenía dificultad para tener acceso a pruebas, pues nosotros trajimos con la cooperación.

¿Cómo se proyecta la cooperación de la UE para Guatemala ante la pandemia?

Ante la pandemia, hemos acordado la máxima flexibilidad a nuestros programas, hemos considerado que no tiene sentido insistir a toda costa hacer algo que estaba previsto antes del covid-19, hemos flexibilidad las actividades y tener en cuenta la nueva realidad del país y en ese sentido hemos reconvertido 30 millones de euros a actividades al covid-19. Se está negociando con Segeplan y con el gobierno para encontrar la mejor solución para que dentro de los programas existentes poder trasladar fondos a estas actividades. Esos 30 millones de Euros los podemos destinar para la compra de equipo, mascarillas, traer prueba de covid-19 u otras acciones que nos soliciten.

¿Cuántas pruebas podrían donar?

Yo esperaría que fuera un número equivalente y el tema no es económico, el problema es que la oferta mundial de pruebas está bajo presión, hay muchos países que están pidiendo pruebas y no se da abasto la producción, yo confiaría en un número igual de pruebas y nosotros las financiaríamos con el programa de cooperación en Salud.

¿Cuáles son los esfuerzos que Guatemala debe de enfocar en el tema de covid-19?

El tema de covid-19 supone un gran desafío para todos los países del mundo, todos nos hemos visto en dificultad del primero al último. Ojalá sirva como motivo para reflexionar para que los guatemaltecos se unan más allá de sus diferencias políticas e ideológicas y puedan definir una agenda de país compartida, que es lo que realmente necesita este país, no dividirse tanto alrededor de conceptos sino trabajar juntos temas fundamentales como son el fortalecimiento de la democracia, el crecimiento económico y la prosperidad.

¿Cómo tomó la Unión Europea la salida de Cicig, bajo el contexto que se dió?

Bueno, más que preocuparnos, Cicig fue un proyecto que pidió Guatemala y que estuvo 11 años en el país, que tuvo sus aciertos y sus errores, es evidente que hubo limitaciones, no consideramos que fuera el desastre absoluto que algunos han querido decir, yo creo que Cicig puso en evidencia la existencia de sistemas de corrupción que deben ser tratados, a partir de ahora en el futuro la tarea le compete a las autoridades y la sociedad guatemaltecas y nosotros estamos en la disposición de asistir en lo que se pueda. Cicig fue una etapa transitoria, nadie podía imaginar que una comisión internacional pueda quedarse en un país para siempre, esa nunca fue la perspectiva de Cicig.

¿A la Unión europea le preocuparía un retroceso en la lucha contra la corrupción?

La lucha contra la corrupción es una batalla permanente en todos los países del mundo, ningún país está ajeno a la corrupción, con lo cual está claro que la corrupción hay que combatirla en cualquier momento.

La Unión Europea ha apoyado el fortalecimiento al sector justicia ¿cree que se debe seguir fortaleciendo?

Una democracia no puede funcionar sin una justicia fuerte e independiente, nuestras experiencias en el sector justicia han sido complejas, aparte de Cicig hemos tenido otros programas como la prevención de la violencia contra la mujer y los niños, que está activo en la Costa Sur. Está claro que la cooperación en el ámbito de la justicia es muy delicado y muy compleja porque el sector justicia en Guatemala tiene una articulación complicada con seis instituciones que lo componen. Pero se ha conseguido hacer buenas cosas, como la creación y fortalecimiento de Inacif, que es algo que se hizo con cooperación europea y creo que a nivel del Ministerio Público se ha fortalecido en varios aspectos.

Usted dijo que los guatemaltecos tenemos que fortalecer el estado de Derecho y la democracia ¿cómo ven los ataques a la Corte de Constitucionalidad, PDH, no se eligen cortes?

Yo no lo llamaría en esos términos, lo que puedo decirle es que nosotros apoyamos de forma clara la independencia de poderes y el respeto de las normas del estado de Derecho, pero no quiero entrar en valoraciones en situaciones puntuales que les compete a los guatemaltecos.

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