Es la tercera mujer en ocupar la presidencia del Congreso. Al igual que su antecesor, Allan Rodríguez, es su primer periodo legislativo y, hasta ahora, había pasado inadvertida a lo largo de casi dos años.
Sin embargo, que no figure mediáticamente no la hace una diputada tímida o inexperta, por el contrario, en los círculos políticos la ven como la “verdadera operadora” de la alianza oficialista.
A la vista de trabajadores en el Congreso, “Rivera ha sido la reina”, atrás de Rodríguez en todas las negociaciones.
Pero esta cercanía con el todavía presidente del Congreso no es casualidad ni suerte política, fue el propio Rodríguez que la invitó a involucrarse en la política y, en su segundo intento, ambos lograron una curul, de ahí el resto es historia.
En su trabajo público, en casi dos años de la actual legislatura, la futura presidenta del Congreso solo ha presentado tres iniciativas de ley, una de ellas la ratificación del reciente Estado de Sitio en Izabal.
Los dos proyectos restantes, a criterio de expertos, son propuestas con tintes religiosos y conversadores que ya dan una pauta de la dirección que tendrá el Congreso con Rivera a la cabeza.
Desconocida política
En el campo político existen decenas de actores nacionales que cada cuatro años compiten en las elecciones generales, otros han compartido puestos de poder dentro de la administración pública, sin embargo, de Rivera los políticos de más trayectoria no la conocían hasta que se hizo diputada.
Roberto Alejos, expresidente del Congreso y exconstituyente, recuerda que su primer acercamiento con Rivera fue en un foro político, en las pasadas elecciones generales; antes de eso no sabía de su existencia.
Alejos señala que, desde afuera del Congreso, se ve que Rivera es una pieza clave para la alianza oficialista, por toda la negociación política que le ha permitido “comodidad” al gobierno.
“Yo creo que esa articulación que existe actualmente en el Congreso es gracias a ella, por eso hay gente que opina que ella dirigía el Congreso y no Allan, lo que nos dice también que no habrá mucha variación en la forma de legislar (…) por estar en un año preelectoral ella tendrá como reto mantener esa mayoría tan cómoda”, dijo Alejos.
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Su origen
Mientras tanto, Rivera asegura que decidió participar en la política desde que se afilió al partido político Vamos, por una invitación de Allan Rodríguez.
“Mi inquietud de participar en la política surgió porque desde joven mis padres —Agrónomo y Trabajadora Social— trabajaban dando asesoría y acompañamiento a comunidades del interior del país y me inculcaron el servicio y apoyo al prójimo, y vi en la política el medio para facilitar e incidir por medio del servicio”, dijo Rivera.
Sin embargo, Vamos no fue el primer partido que abrió las puertas a Rivera. Su primer intento por llegar al Congreso, según registros del Tribunal Supremo Electoral (TSE), fue la alianza Creo-Unionista, donde compitió en la segunda casilla por el distrito de Sololá. En la primera casilla iba Allan Rodríguez.
Diputados de Compromiso, Renovación y Orden (Creo), no recuerdan con precisión cómo fue que Rodríguez y Rivera llegaron al partido, aunque algunos especulan que fue a través de Roberto González.
¿Control de alcaldes?
El pasado 18 de octubre Rivera ganó la presidencia del Congreso para el periodo 2022-2023, desde entonces ha figurado con más cobertura mediática en actividades parlamentarias y del gobierno.
Desde antes, Rivera ya participaba en actividades ciudadanas, como entregas de alimentos en diferentes municipios del departamento de Guatemala.
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De ahí su acercamiento con distintos sectores, entre ellos organizaciones de mujeres que coinciden en que Rivera es el brazo fuerte del oficialismo dentro del Congreso, a quien señalan de tener mayor poder que el propio Rodríguez por tener de su lado a varios alcaldes del departamento de Guatemala.
Lindsey Tillit, analista política y directora de Alas Mariposa, destacó que Rivera ha mantenido acercamientos estratégicos con alcaldes del departamento central en actividades oficiales, lo que le da una cuota más de poder a su favor.
“Ella les resuelve a los alcaldes del departamento de Guatemala, los alcaldes siempre necesitan de alguien en el Congreso; les resuelven dinero, problemas a nivel de municipios, proyectos que estén atascados con los Consejos de Desarrollo. Ella tiene más control y poder que Allan Rodríguez, porque ella articula, él era el rostro, pero quien le arreglaba las cosas era Rivera”, sentencia la experta.
Rivera asegura que tan solo mantiene buena relación con todos los sectores nacionales, donde se incluyen a colegas congresistas, poderes de Estado y hasta la sociedad civil.
“Hemos trabajado en conjunto con todos los diputados de las diferentes bancadas y mantengo buena relación con los tres poderes del estado, gobiernos locales, sociedad y otros actores con los que trabajamos en proyectos que contribuyen al desarrollo de nuestro país y el bien común de los ciudadanos”, refirió.