Días después, Navarijo, bajo la figura de colaborador eficaz, denunció en la Fiscalía Especial contra la Impunidad (Feci) un supuesto chantaje por parte del presidente del diario elPeriódico, Jose Rubén Zamora.
El juez Mena lleva el caso contra Lilian Virginia Laparra Rivas, exjefa de la Feci en Quetzaltenango, capturada en febrero de este año por la posible comisión de los delitos de falso testimonio, abuso de autoridad y usurpación de funciones, caso en el cual la Fundación Contra el Terrorismo (FCT) se adhirió como querellante adhesiva.
Dicha organización, liderada por Ricardo Méndez Ruiz, también se presentó como querellante en contra de Zamora, ante el juez Fredy Orellana.
El pasado 29 de julio, en medio de la captura del fundador del mencionado diario, el actual jefe de la Feci, Rafael Curruchiche, incluido días antes en la lista Engel de actores corruptos de Guatemala, mencionó en un video grabado que se recibió una denuncia de posible lavado de dinero u otros activos, chantaje, tráfico de influencias, proposición y conspiración para el lavado de dinero u otros activos.
Según el denunciante —García Navarijo—, se pretendía efectuar una transacción bancaria por un monto considerable —Q300 mil— y en hecho flagrante se logró incautar el dinero.
Navarijo está implicado en el caso Arca, proceso que fue revelado por la Feci en 2019, en el que un grupo de directivos habría desfalcado Q26.1 millones al Banco de los Trabajadores entre 2010 y 2016. Parte de ese dinero fue desviado por medio de la entidad Estrategias e Inversiones Arca, S. A., para financiar la campaña del desaparecido Partido Patriota (PP), caso que está en manos de la fiscal Cinthia Edelmira Monterroso Gómez, nombrada por la fiscal general, Consuelo Porras, para dirigir la Agencia 8 de dicha fiscalía.
Monterroso es la delegada del MP para acusar al periodista Zamora y el caso está a cargo del juez Orellana, quien le dio valor probatorio a todos los indicios presentados por la fiscal.
Pero ¿quién es García Navarijo?
Es hijo de María de los Ángeles Navarijo y de Arnulfo García. Casado con Dayrin Beatriz Anleu Hernández. Graduado como auditor, llegó a ocupar, a sus 37 años, el cargo de secretario de la Junta Directiva del Banco de los Trabajadores.
Su excolega y directivo Eduardo José Liu Yon, quien se volvió colaborador eficaz en el caso Arcas, lo recordó en una videodeclaración, en 2019, como una persona inteligente que tenía mucha experiencia en banca.
De acuerdo con la Ley Orgánica del Banco, el cargo de gerente general que ocupó en su momento García Navarijo es nombrado por el presidente de la entidad bancaria, que en ese entonces era Sergio Hernández Lemus, designado por el entonces presidente de la República Álvaro Colom y ratificado por otro período por el mandatario Otto Pérez Molina.
Hernández fue destituido por Jimmy Morales en marzo de 2016 y meses después fue capturado y ligado a proceso por el delito de peculado, lavado de dinero u otros activos y financiamiento electoral no registrado.
Hernández, Liu y García Navarijo se autodenominaban el G3, y cada uno tenía una función en el esquema político.
En la grabación detallada por Liu en 2019 explica que el exgerente se reunía con Sandra Torres, secretaria general de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), pues le tenía mucha confianza, y por ello era el encargado de dar un aporte a ese partido, pues era quien hacía los negocios con la agrupación.
Hernández se encargaba de negociar con Pérez Molina, por medio de Mario Leal, en tanto que Liu, con el desaparecido partido Libertad Democrática Renovada (Líder).
El apoyo económico no solo se entregó a la UNE, el PP y Líder, sino también habría llegado al Frente de Convergencia Nacional–Nación (FCN-Nación) que llevó a la presidencia a Morales en 2019, según conversaciones que sostuvo García con Liu.
También en 2016, los integrantes del G3 se vieron involucrados en otro caso, en el cual el venezolano Hidalgo Rafael Socorro Urdaneta junto con los directivos quiso adueñarse de Bantrab para apropiarse del 80% de las acciones de la entidad bancaria, lo que motivo al gobernante a destituirlo.
Ese mismo año, en octubre, ya prófugo de la justicia, la Feci se presentó a la casa 325, residenciales Los Encinos del Naranjo, Condado Naranjo, zona 4 de Mixco, en busca de García Navarijo, ya que las autoridades sospechaban que se encontraba en una de las dos residencias de su propiedad.
En el lugar, los investigadores fueron recibidos a balazos por el exministro de Finanzas Pavel Centeno López, quien vivía en una de las casas de García Navarijo.
Su captura
En febrero de 2018, el MP informaba sobre la captura del exdirectivo. La Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig) señaló entonces que era sindicado de integrar una estructura criminal formada por miembros de la junta directiva de Bantrab y particulares, quienes se asociaron con el fin de saquear el patrimonio del banco y enriquecerse a costa de los accionistas, entre ellos el Estado de Guatemala.
En 2020, la Sala Cuarta de Apelaciones del Ramo Penal otorgó un amparo provisional a García Navarijo para que saliera de Mariscal Zavala y continuara en prisión domiciliaria, a la espera del juicio por el caso Bantrab, en 2023.
Un viejo conocido
De acuerdo con la primera declaración de Zamora, su relación con García Navarijo comenzó en 2004, cuando este y otros dos funcionarios lo buscaron para solicitarle apoyo para resolver un conflicto en la entidad bancaria. Recordó que en aquel momento los ayudó y se lograron revertir cambios que ellos consideraban delicados para el banco. Fue en ese momento que comenzó una relación comercial entre Bantrab y elPeriódico.
La última vez que se vieron García Navarijo y Zamora no fue para hablar de negocios, relató el fundador del medio de comunicación al juez. Refirió que García Navarijo le comentó que su empresa representaba artículos deportivos y, entre otros, tenía las pelotas oficiales que se usarán en el Mundial de Qatar, y que la empresa alemana decidió patrocinar a la selección de Guatemala dándole mil 500 pelotas anuales durante cinco años, para que se entrene, pero que Gerardo Aguirre —presidente del Comité Olímpico Guatemalteco— les estaba cobrando US$450 mil para aceptar la donación.
“Ahí me contó que tenía esa empresa y que estaba a mi disposición”, resumió Zamora.
