Política

Qué denotan las primeras reuniones del canciller Mario Búcaro

Este martes 8 de febrero, Búcaro cumple su primera semana como canciller y de las primeras reuniones que programó hasta la semana pasada una fue con un embajador y ocho con ministros de exteriores.

Mario Búcaro fue juramentado por el presidente Alejandro Giammattei el pasado 1 de febrero. (Foto: Presidencia)

Mario Búcaro fue juramentado por el presidente Alejandro Giammattei el pasado 1 de febrero. (Foto: Presidencia)

El recién nombrado ministro de Relaciones Exteriores de Guatemala, Mario Búcaro, comenzó a todo vapor su labor al frente de la Cancillería, con una serie de reuniones con sus homólogos de varias partes del mundo en las cuales, según notas de prensa que ha publicado la institución, se han profundizado las relaciones de amistad.

Este martes 8 de febrero, Búcaro cumple su primera semana como canciller y de las primeras reuniones que programó hasta la semana pasada una fue con un embajador y ocho con ministros de exteriores.

La única que sostuvo de manera presencial fue con el embajador de EE. UU., William Popp. En esta cita se abordaron “temas de la amplia agenda bilateral entre ambos países”, sobre todo los relacionados a migración, comercio y seguridad, informó la Cancillería en una nota de prensa.

En tanto, ha tenido conversaciones telefónicas y reuniones virtuales con por lo menos ocho cancilleres. Los de Chile, Panamá, Ucrania, Costa Rica, Belice, El Salvador y Turquía. En todas se abordaron temas de, comercio, economía, cooperación, turismo, nuevas inversiones y seguridad.

Peculiar reunión

Dentro de las reuniones con sus homólogos resalta la que Búcaro sostuvo con Denis Moncada, ministro de Relaciones Exteriores de Nicaragua, puesto que llega en un momento en que otros países y analistas abogan por un mayor aislamiento al régimen del presidente Daniel Ortega, a quien señalan de haber ganado unas elecciones que no se encuadraron en el marco de la democracia y con muchos de sus opositores políticos encarcelados.

Según la nota de la Cancillería guatemalteca, la llamada telefónica con Moncada sirvió “para intercambiar sobre los retos y desafíos regionales y los esfuerzos orientados a la reactivación económica y social”.

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“Los cancilleres patentizaron la voluntad de sus respectivos gobiernos de continuar con la colaboración existente en los temas prioritarios de la agenda bilateral, con énfasis en el intercambio económico-comercial y las inversiones estratégicas”, profundiza la nota.

Además, reafirma el “interés de sus países de trabajar por una región más unida y fortalecida ante la emergencia internacional actual”.

La reunión reviste especial relevancia dado el pronunciamiento que hizo Guatemala sobre las elecciones presidenciales y legislativas que hubo en Nicaragua el 7 de noviembre pasado, en las que Ortega se reeligió por cuarta vez. De culminar su mandato, en 2027, habrá cumplido 20 años seguidos gobernando Nicaragua.

El embajador de EE. UU. en Guatemala, William Popp se reunió con el embajador Mario Búcaro, fue una de las primeras reunieosn que tuvo el nuevo canciller. (Foto: Minex)

En esa ocasión, el Gobierno de Guatemala por medio de la Cancillería expresó su preocupación por las condiciones en las que se celebraron las elecciones en aquel país.

Si bien es cierto, no expresó rechazo, condena o desconoció los resultados como otros gobiernos, sí lamentó que no se cumpliera “con las condiciones para unas elecciones libres, justas, basadas en el sufragio universal y secreto como expresión de la soberanía del pueblo, y la separación de independencia de los poderes públicos”.

Jorge Wong, especialista en temas internacionales

Otros gobiernos, como el de EE. UU., calificó el proceso electoral de “pantomima”, el de Perú señaló que las elecciones no fueron libres, justas ni transparentes, y el de Costa Rica no reconoció los resultados.

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Intereses económicos

A juicio de algunos analistas, los primeros movimientos del jefe de la Cancillería denotan que, a diferencia de su predecesor, es un diplomático de carrera que ya ha tenido contacto con otros cancilleres de distintas partes del mundo.

El acercamiento que ya ha tenido con Nicaragua, pese a la postura que fijó la Cancillería en noviembre pasado, refleja que los intereses económicos van a primar sobre los políticos, considera el politólogo e internacionalista Christians Castillo.

En otras palabras, el Gobierno de Guatemala no estará dispuesto a sacrificar los intereses económicos del país a cambio de aislar y eventualmente condenar un régimen que otros países catalogan de dictatorial.

Según el Banco de Guatemala, Nicaragua es un importante destino de las exportaciones del país. El año pasado representaron la nada despreciable suma de US$763 millones —unos Q5 mil 785 millones— a falta de contabilizar diciembre.

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Esto sin contar las inversiones de capital guatemalteco que funcionan hoy en día en ese país, y que la agencia ProNicaragua las calculó en hace cuatro años en US$282.4 millones, del 2008 al 2016.

“Es obvio que pesan más las relaciones económicas que las relaciones políticas con Nicaragua. La reunión deja muy en claro que Guatemala va a defender los intereses económicos y comerciales que tiene allá”, expuso Castillo.

Dijo que en los últimos años, importantes capitales guatemaltecos han migrado hacia Nicaragua y los que estaban allá se han diversificado y eso “amerita una relación cordial y un trato cercano a nivel diplomático”.

De ahí que el Gobierno de Guatemala al principio manejó un discurso políticamente correcto señalando los abusos cometidos por el régimen orteguista en las últimas elecciones, pero luego muestra estar dispuesto a seguir con los acercamientos.

La posición, incluso, es similar a la que maneja el propio EE. UU., afirma Castillo, puesto que el gigante de Norteamérica no ha pasado de condenar a la administración Ortega y de imponer sanciones particulares a ciertos funcionarios.

Pero “media vez no haya amenazas reales a sus intereses económicos no va a haber acciones más contundentes”, como sanciones económicas, como sí lo ha hecho en otros momentos de la historia con otros países, añadió.

Denis Moncada, ministro de relaciones exteriores de Nicaragua, sostuvo una reunión cordial con el canciller Mario Búcaro. (Foto Prensa Libre: AFP)

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Ajedrez político mundial

Otros analistas piensan que las conversaciones que Búcaro sostuvo con el canciller de Nicaragua o con el de Turquía, Mevlüt Cavusoglu, podrían obedecer a la estrategia de distanciarse de nuevo de la administración de Joe Biden al hacer una especie de coqueteo con países con los que EE. UU. mantiene relaciones espinosas.

El presidente Alejandro Giammattei ha sido claro en que no hay una buena relación con EE. UU.

En el caso de Turquía —la puerta de entrada a Europa para Asia—, su relación con Washington se ha deteriorado progresivamente desde que en 2017 decidió comprar un sistema antimisiles a Rusia, que a su vez rivaliza con EE. UU. y la Unión Europea en estos días por el tema de Ucrania.

El día que el presidente de Turquía Recep Tayyip Erdogan dio a conocer que había dado positivo de covid-19 junto con su esposa, Giammattei le expresó en Twitter al mandatario turco y en su idioma su solidaridad, y les deseó una “pronta recuperación”. Erdogan le respondió un agradecimiento en español.

“Este momento coyuntural es muy importante porque los países van mostrando su apoyo a alguno de los bloques”, por un lado EE. UU. y la Unión Europea y por otro, Rusia, China, Irán entre otros, considera Jorge Wong, especialista en temas internacionales.

Añadió que es probable que el Gobierno de Guatemala solo quiera abrir los canales de comunicación y tener una amistad con todos los países sin importar su ideología, sin embargo, no se soslayar que se trate de una estrategia para mostrar con hechos, no solo palabras, su alejamiento de la Casa Blanca por el tema de la lucha contra la corrupción.

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En el escenario mundial “Guatemala es un pececito que tarde o temprano tendrá que decidir a quien apoyar o darle su simpatía”, dijo Wong.

Pragmatismo

Carlos Pérez Zeledón, analista político nicaragüense, también atribuye la reunión entre ambos cancilleres al pragmatismo al que deben recurrir los gobiernos al intuir que no hay un mecanismo capaz de vencer al sistema actual. Entonces, si los países deciden mantener relaciones con Nicaragua “tienen que platicar, negociar y hablar con los que están a cargo”.

Pérez dijo que puede que ciertos acontecimientos generen un “impacto temporal” en la comunidad internacional “pero al poco tiempo las raíces se adaptan a la nueva realidad”. Puso como ejemplo la revolución de 1979 en Nicaragua donde se derrocó al régimen de Anastasio Somoza, no precisamente por al vía democrática, pero finalmente terminó siendo reconocida.

La Cancillería no respondió a una solicitud de comentarios que le hizo Prensa Libre para esta nota.

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