Pese a las necesidades de fortalecer la red hospitalaria en las puertas del tercer año dentro de una pandemia, los principales desafíos de esta cartera es ejecutar exitosamente el plan de vacunación, fortalecer el primer nivel de atención en salud y retomar los programas prioritarios como el de prevención de la mortalidad materno infantil y la desnutrición.
Aun así, el presupuesto de Salud que comprende de Q12 mil millones, está por debajo del Ministerio de Relaciones Exteriores, Gobernación, Defensa Nacional, Finanzas Públicas y Educación.
Adrián Chávez, analista de la División de Salud y Seguridad Social del Instituto de Análisis e Investigación de los Problemas Nacionales (Ipnusac), resalta que este proyecto de presupuesto contiene un incremento del 22.24% con relación a lo aprobado en el 2021.
Pero pese a este aumento, el programa correspondiente al de Infraestructura en Salud evidencia una disminución del 40%.
Los programas para la prevención de la mortalidad de la niñez y desnutrición crónica y la prevención de la mortalidad materno infantil muestran un mínimo aumento. Sin embargo, es de resaltar que el primer programa fue el más afectado en el 2021 ya que tuvo una reducción de Q119 millones.
Esta desatención se refleja en el número de casos de desnutrición infantil crónica que ha aumentado en los últimos dos años.
“En lo que va del 2021, el único programa beneficiado de los priorizados en la Gestión por Resultados es el de la prevención de la mortalidad materna neonatal que tuvo un incrementado del 1.8% con relación a lo aprobado en el 2021. Y contrario a lo que se esperaba, resulta que a la prevención de la mortalidad de la niñez y la desnutrición se le redujo el 11.45% de los recursos. Lo mismo sucede con lo asignado al VIH y a la tuberculosis, a lo cuales se redujo un 36.33% y un 41% de los recursos aprobados”, explica Chávez.
Ante ello, menciona que, aunque en el proyecto de presupuesto 2022 se estima mayores recursos para estos programas, esto no garantiza nada ya que el MSPAS les quitó recursos en el transcurso del año y teme que esto pueda suceder nuevamente el próximo año. “La simple asignación de recursos no garantiza nada, y que la misma ejecución financiera no sirve de nada, toda vez no se garantice que los resultados propuestos se vayan alcanzando” explicó.
El Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi) hace un llamado de atención sobre este aumento ya que, según menciona, pese a pedir más dinero para la atención de la niñez, Salud está disminuyendo sus metas físicas.
Es decir, para el próximo año, en lugar de querer alcanzar a beneficiar a un millón 838 mil niños en el programa de prevención de la mortalidad infantil y desnutrición crónica, para el próximo año buscan alcanzar a un millón 643 mil niños, es decir, 194 mil 909 niños menos.
Lo mismo pasa con los programas para la prevención y control de las ITS y VIH que llegaría a 852 mil personas menos, y el de prevención y control de tuberculosis que llegaría a 245 mil personas menos que reciban tratamiento.
“Debe privilegiarse un gasto público con una orientación hacia la garantía de derechos. Las prioridades deben ser la protección social, la lucha contra la desnutrición infantil, la seguridad alimentaria y nutricional y la inversión pública en niñez y adolescencia, tanto en las asignaciones financieras como en los resultados”, mencionan.
Menor prioridad para desnutrición
Para el siguiente año la cartera de Salud prevé que se aprueben Q240 por persona con esquema completo contra el covid-19, Q311 por persona para tratar a pacientes infectados del virus, y Q56 por persona en servicios de prevención para el coronavirus, explica Jorge Lavarreda, investigador asociado del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (Cien).
“Los que nos llamó la atención, es que a pesar de la enorme brecha entre los montos totales para el presupuesto del Ministerio de Salud es que, cuando se desagrega por grupo de gasto no hay brecha en la parte que corresponde a servicios personales. De hecho, en la presentación que hicieron de presupuesto consideraron que había un excedente en servicios personales en el Plan Operativo Anual de Q71. 4 millones, pero al final este ministerio estaría recibiendo para el próximo año respecto al presupuesto que tenía vigente hasta agosto un incremento de Q1 mil 356.1 millones” afirmó el investigador.
Lavarreda también afirma que, el proyecto presupuestario para menores de cinco años con baja talla para su edad es menor en los departamentos priorizados para combatir la desnutrición y también es menor la participación presupuestaria de 114 municipios priorizados de lo que fue antes que se impulsará la Gran Cruzada Nacional por la Nutrición del Gobierno de Alejandro Giammattei, pese a que el combate a la desnutrición es uno de los compromisos que adquirió en campaña política y uno de los programas a los que más le ha dado publicidad.
El investigador expone que, aunque Salud reconoce que se debe ampliar el primer y segundo nivel de atención encontraron que se sigue el modelo de asignación presupuestaria con énfasis en atención curativa en su red hospitalaria. “Los hospitales se llevarían el 48 por ciento de todo el presupuesto, mientras que las áreas de Salud donde están el primer y segundo nivel de atención solo tendrían el 25.7 por ciento”, resaltó.
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Mayor transparencia
En opinión de Karin Slowing, del Laboratorio de Datos, el presupuesto para el covid-19 fue reducido para el año entrante contrario a ser aumentado, porque podrían darse nuevas escaladas de casos y también faltan la adquisición, de al menos cinco millones de dosis de vacunas contra el virus, para la población de 12 años en adelante para completar las compras que ya ha realizado el gobierno, asumiendo que vendrán las vacunas Sputnik.
“No hay información pública sobre los cuatro millones de dosis que supuestamente le compraron a AstraZeneca, tenemos duda sobre eso y si se pagará con el presupuesto de este año o lo reprogramarán para el año entrante. Se necesita contratar más personal sanitario y la Ley hecha en el Congreso se hizo de tal manera que, no facilitará esa contratación por un período más prolongado. Hay que pensar el 2022 todavía como año pandémico, confiando en que se avanzará con la vacunación, pero estando preparados para eventuales nuevas olas. Es muy preocupante que hayan reducido el presupuesto”, expresó.
Mientras que Juan Carlos Zapata, director de la Fundación para el Desarrollo de Guatemala (Fundesa), tiene proyectado alrededor de los Q12 millardos, lo cual ayuda a priorizar en el esfuerzo que se trabaja en la cartera de Salud; sin embargo, afirma que el mayor desafío es que se debe utilizar de mejor forma la herramienta del modulo sugerido de compras para evitar las compras de los inventarios de baja rotación.
“El gran desafío del presupuesto es que de no ser aprobado quedaría el presupuesto vigente y eso sí se prestaría para muchos esquemas de corrupción por el traslado de fondos que se haría en los primeros cuatro meses del año”, advirtió.