Dichos tanques fueron pedidos con una modificación “Águila blanca” y con equipos especializados de control de tiro y mira panorámica, tanto diurna como nocturna.
En Honduras, el jefe de las Fuerzas Armadas de Honduras, Francisco Álvarez, indicó al diario La Prensa que todo Estado tiene libertad de comprar, pero que se desarrolla un estudio para determinar si los Ejércitos centroamericanos deben pedir alguna explicación a Nicaragua.
En tanto, la Cancillería de Costa Rica reaccionó con preocupación ante la compra, al considerarla como una “amenaza directa” a la relación entre los países, y que no beneficia el desarrollo socioeconómico de la región.
El ministro de la Defensa, Williams Mancilla, no se pronunciará al respecto, dijeron en el Ejército de Guatemala.
Sin embargo, no se descarta que el asunto pueda discutirse la otra semana, durante una reunión, en El Salvador, de la Conferencia de Fuerzas Armadas de Centroamérica, en la cual se debería de hablar ese tipo de adquisiciones.
Sectores de la sociedad civil nicaragüense están molestos porque el gobierno gastó US$80 millones en los tanques, y que esos recursos debieron destinarse a necesidades importantes.