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Óscar Chávez: “La única manera de tomar decisiones acertadas sobre el control de la epidemia es a través de los datos”

El Laboratorio de Datos surgió por el interés de una persona por entender cómo avanzaba la epidemia del covid-19 en el país ante la falta de información certera oficial. Poco tiempo después se unieron a esta iniciativa epidemiólogos, economistas y analistas que dedican parte de su tiempo al análisis de la respuesta que el gobierno hace a la enfermedad.

Para definir planes de acción contra la pandemia, es importante contar con un registro certero y público, opina Óscar Chávez, de Laboratorio de Datos. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Para definir planes de acción contra la pandemia, es importante contar con un registro certero y público, opina Óscar Chávez, de Laboratorio de Datos. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

La pandemia del covid-19 ha representado un reto para los gobiernos del mundo y para sus poblaciones que tratan de entender la enfermedad y cómo reaccionar de la mejor forma para evitar mayores pérdidas humanas y económicas.

Pocos gobiernos lo han logrado, sin embargo, una de las primeras y grandes lecciones que ha dejado esta emergencia mundial es que es imprescindible el análisis certero de los datos para reducir efectos catastróficos.

Pero en un país como Guatemala, donde hay poca o nula cultura de datos, el reto se duplica. Ante la imprecisión de la información, el gobierno ordenó una auditoría en dos ocasiones. Aun así, las autoridades de Salud no logran presentar con exactitud cuál es la situación real de la epidemia en el país.

Óscar Chávez es un ingeniero en robótica graduado por el Tecnológico de Monterrey y que actualmente estudia una maestría en administración pública en la Escuela de Gobierno. Desde su cuenta personal de Twitter empezó a publicar una base de datos sobre el covid-19 que ahora es conocida como el Laboratorio de Datos.

Óscar Chávez es ingeniero en robótica y estudia una maestría en Administración Pública. (Foto Prensa Libre: cortesía)

¿Cómo nació la plataforma de Laboratorio de Datos?

Empezó casi por curiosidad personal. Yo escuchaba las conferencias de prensa y los casos, pero no lograba entender o asimilar cuál era la magnitud de la epidemia en Guatemala, si uno no apuntaba a mano las conferencias de prensa del presidente, no se podía llevar la estadística. Hemos ido creciendo muy rápido porque sí hubo bastante recepción en las personas de tratar de entender y tener un análisis alternativo de las fuentes. En aquella época era bien complicado porque todo tenía que salir de las conferencias de prensa y había muchas incongruencias en los datos. El presidente y, en aquella época, el ministro Hugo Monroy decían una cosa y resultaba que era otra. Nosotros nos teníamos que basar mucho en las solicitudes de acceso de la información que nos daba el Ministerio de Salud Pública, pero el problema más grande era que los datos que daba el presidente eran totalmente diferentes a los que teníamos por solicitud de información que eran los datos oficiales del Departamento de Epidemiología, había una diferencia del 60 por ciento entre los datos de casos y tamizados que en realidad había.

¿Quiénes conforman el equipo de Laboratorio de Datos?

Está Karin Slowing que su fuerte es administración pública; Carlos Duarte y Gabriela Guzmán trabajan el tema de análisis geoespacial; Aida Barrera es epidemióloga, Alberto Sibrián es economista y analista de riesgo y Enrique Maldonado que también es economista. Cuando empecé a compartir la base de datos desde mi cuenta personal de Twitter, vi que otras personas también estaban haciendo lo mismo, nos pusimos de acuerdo y tuvimos nuestra primera reunión para ver si podíamos coordinar esfuerzos y así decidimos formar el grupo. Con ellos nunca nos hemos reunido en persona, todo ha sido de forma virtual.

¿Cómo ayudan los datos a la población para el tratamiento de la pandemia?

En este caso los datos de la epidemia para la población tienen una doble función y no me refiero solo a los datos de casos, sino de fallecidos, de cómo se contagian, de cómo se previene, todo esto demanda de la población bastante para que la gente entienda cuál es el nivel de riesgo en un debido momento y en un debido lugar. Para eso le sirve a la población para tomar decisiones de cómo tomar precauciones y que tan vulnerables son.

¿Por qué para los gobiernos debe ser importante el buen manejo de los datos?

En un principio lo más importante para nosotros era transmitirle a la población los datos de la epidemia para que la gente se protegiera y entendiera la magnitud, pero la otra función es para la toma de decisión porque la política pública basada en evidencia todavía es muy limitada. El covid-19 es un gran reto para todos los gobiernos porque la única manera de tomar decisiones acertadas sobre el control de la epidemia es a través de los datos, no hay otra opción. Sino no se pueden priorizar los recursos, sobre todo en un país con recursos tan limitados como Guatemala se deberían de usar los datos para identificar las zonas prioritarias y saber dónde está creciendo más rápido la enfermedad. La doble función de los datos es esa, primero para que la población pueda entender la situación y tome sus propias decisiones y para que las autoridades puedan hacer política pública basada en evidencia.

Pero no solo es tener los datos, sino tenerlos de libre acceso para todos y no solo para los tomadores de decisión.

Para nosotros eso ha sido un gran reto y lo hemos sentido. Al principio cuando no estaba el tablero esa era nuestra batalla del día a día, era bien complicado conseguir los datos. Creo que nosotros sí nos atribuimos el haber creado esa presión para que el gobierno pusiera en práctica su tablero, eso fue un avance bastante positivo, pero todavía hay una gran cantidad de datos que no se liberan. Ahora nosotros estamos enfocados en la base de datos del Renap que son los fallecimientos por cualquier causa, porque con esa base de datos se puede hacer el análisis del exceso de muertes y determinar si en este periodo ha habido más muertes que el promedio histórico. Este es un análisis que se está haciendo en todo el mundo porque es el más apropiado para cuantificar la epidemia ya que no es susceptible al subregistro de pruebas, pero resulta que la base de datos del Renap es pagada y no es barata, esto es un problema para el acceso a la información. La información para la epidemia no solo debería ser pública, sino que de acceso inmediato y libre, no a través de solicitudes y esa es una de las deficiencias del tablero del gobierno porque pone a disposición los casos municipales, pero no facilita la información porque es muy complejo y complicado de entender y muchas alcaldías no tienen la capacidad técnica para usar el tablero. Puedo asegurar que el 99 por ciento de las alcaldías no lo ven como una herramienta para la toma de decisiones.

Con el análisis de datos que realizan, ¿Qué es lo que más les ha sorprendido?

Cuando sacaron el tablero lo que realmente pusieron a disposición fue una mirada directa con el departamento de epidemiología porque antes solo podíamos comunicarnos con ellos por la ley de acceso a la información y se tardaban de 10 a 15 días. Cuando uno lleva varios días analizando los datos, se da cuenta que hay mucho desorden, todavía hay mucho rezago, incluso ahorita que todavía tenemos un número de casos bajo todavía hay mucho retraso en los datos. Un domingo reportaron que había 35 fallecidos, pero habían fallecidos casi de junio, cuando hay un retraso tan grande, esos datos tampoco sirven porque cuando la gente ve eso cree que ya están subiendo los casos o las muertes cuando en realidad son casos tan atrasados que no nos sirven para entender la epidemia. De lo que más nos sorprende ha sido eso.

¿Por qué es importante integrar la base de datos del Renap con el tablero de Salud?

Con los datos del Renap nos dimos cuenta que en Guatemala el exceso de mortalidad comienza a los 40 años y solo en personas mayores de esa edad ha habido 10 mil 586 muertes en exceso, es decir, se han muerto 10 mil 500 personas más que en años pasados y en la semana pico, que fue la semana 28 del año el exceso de mortalidad llegaba al 80 por ciento, la epidemia pegó duro y eso no se pudo ver porque no habían suficientes datos. Estas son muertes por cualquier causa, pero cuando se habla de un exceso de muertes en la época de la epidemia, es muy probable que un alto porcentaje de estas 10 mil se atribuya al coronavirus. Nuestra recomendación es que este dato se empiece a usar, en muchos países ya lo están usando como México que tiene un Observatorio de exceso de mortalidad que es del gobierno, el ministerio de Salud de Colombia también publica el exceso de mortalidad y España tiene el MoMo (Sistema de Monitorización de la Mortalidad).

¿Qué información creen ustedes que es importante y que Salud está no está tomando en cuenta?

Hay varias cosas, el dato de pruebas por tipo de prueba. Es decir, ellos hablan de tamizajes y no dicen si es PCR o antígeno y ese es un dato importantísimo para entender la epidemia. Tampoco publican los fallecidos por fecha de inicio de síntoma solo se sabe la fecha de cuándo falleció, si tuviéramos estos dos datos juntos podríamos saber cuánto se tardan las personas en contagiarse y morir en Guatemala. Otra cosa es que aquí en Guatemala la base de datos del tablero tiene duplicados. Es decir, hay personas que se han hecho la prueba dos o tres veces y es posible que haya casos duplicados también, si una persona se tamizó y sale positivo y a los 5 días se volvió a hacer la prueba para ver si seguía positivo o no, es muy posible que ese caso esté metido dos veces en la base de datos. He visto en otros países cómo las gráficas dicen que ya se eliminaron los casos duplicados. Otro tema es que Coprecovid ha estado diciendo que ellos hacen rastreo, pero no hay información al respecto, cuántos rastreadores hay o dónde están y cuántos casos han encontrado ellos.

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