En varias oportunidades el oficialismo no logró los votos necesarios para aprobar el préstamo, el cual ha sido justificado con el argumento de que servirá para pagar deuda cara por una con menos intereses.
El dictamen de la iniciativa 6050 exponía que los US$500 millones del préstamo se autorizarían para sustitución de fuente de financiamiento “que permita liberar la necesidad de colocación de bonos del Tesoro, sin incrementar el Presupuesto General de Egresos 2022”.
En defensa del préstamo
Debido a que la iniciativa para aprobar el préstamo fracasó varias veces en el Congreso, el pasado 10 de mayo el ministro de Finanzas, Álvaro González Ricci, hizo un llamado a las bancadas en el legislativo para que le dieran luz verde a la propuesta, porque ese dinero “es indispensable” para fortalecer el presupuesto.
El funcionario señaló que habían muchas dudas sobre la iniciativa de ley 6050 que “consiste en la aprobación de un préstamo de US$500 millones que nosotros como guatemaltecos tuvimos acceso debido el buen manejo de las finanzas públicas y al buen comportamiento de los indicadores económicos del país”.
Refirió que ese préstamo fue aprobado en 2020 y sería utilizado para apoyar los programas del Gobierno para afrontar los efectos de la pandemia; sin embargo, no fue necesario “debido al buen comportamiento económico que tuvo el país”, pero pasado el tiempo el Banco Mundial le notificó a Guatemala que aún estaba disponible.
“Estos US$500 millones es un préstamo que tiene una tasa -de interés- de 0.75% anual, es una tasa imposible de obtener en los mercados financieros locales o internacionales”, refirió González Ricci.
Ante esa situación, González Ricci dijo que el Ministerio de Finanzas busca “administrar de una manera más eficiente la deuda del país y los bonos que ya estén aprobados en el presupuesto”, por lo que, de ser aprobado el préstamo lo sustituirían por dichos bonos, con lo que, según él, el país tendría un ahorro de US$25 millones al año, pues la tasa de interés tiene una diferencia de casi cinco puntos.
Agregó que “durante el tiempo de vida del préstamo nos podría generar arriba de Q1 mil 800 millones de ahorro”, lo que, a su decir, “representarían casi 7 mil 500 casas gratis para los guatemaltecos, representarían mil 500 nuevas escuelas” y se podría seguir “apoyando en el subsidio al combustible”.
Además, dijo que “necesitamos estos recursos para que no tengamos que incurrir en nuevos préstamos para apoyando a la población”, concluyó.
Deuda pública
Durante la gestión del presidente Alejandro Giammattei, la contratación de deuda pública creció 31 %, justificada con el combate a los efectos de la pandemia de coronavirus: En 2019 el indicador se sitúo en Q157 mil 325 millones y al 31 de marzo pasado, el saldo se ubicó en Q206 mil 754 millones.
La deuda pública es la sumatoria de la deuda interna, que consiste en la emisión de bonos del Tesoro para financiar el presupuesto, y la deuda externa son operaciones de préstamos o créditos con organismos financieros internacionales.
En ese período, la deuda interna pasó de Q87 mil 221 millones a Q122 millones 353 mil (a marzo último), mientras la deuda externa también aumentó de Q70 mil 104 millones a Q84 mil 400 millones, según el reporte de Crédito Público del Ministerio de Finanzas. Y los préstamos externos sumaron US$16 mil 134 millones, para un saldo actual de US$10 mil 989 millones.