OEA investigará la muerte del menor en la frontera entre Belice y Guatemala

El Secretario General de la OEA, Luis Almagro, se reunió hoy en Washington con el Ministro de Relaciones Exteriores de Guatemala, Carlos Raúl Morales, y el de Belice, Wilfred Elrington, para tratar este asunto, y les informó del “despliegue inmediato”  de un grupo de expertos sobre el terreno.
El objetivo es que esos expertos lleven a cabo una investigación “independiente de las circunstancias que resultaron en la muerte de un menor guatemalteco en un incidente con las fuerzas de seguridad beliceñas en la zona de adyacencia”.
Además, el secretario general de la OEA emplazó a las partes a que adopten en la mayor brevedad posible “un procedimiento de cooperación conducente a normalizar la situación en el Río Sarstún”, de modo que los pueblos y gobiernos de Guatemala y Belice puedan “centrar sus esfuerzos en fortalecer sus relaciones de buena vecindad”.
Según el Gobierno guatemalteco, las fuerzas de seguridad de Belice perpetraron el pasado 19 de abril un ataque contra tres guatemaltecos, un hecho que se saldó con la muerte de un menor de 13 años, mientras que su hermano de 11 y el padre de ambos resultaron heridos.
En la zona fronteriza entre Guatemala y Belice han muerto desde 1991 un total de 10 guatemaltecos, víctimas de fuego beliceño, según información de la cancillería guatemalteca.
Los dos países mantienen una disputa territorial por el reclamo guatemalteco de cerca de la mitad del territorio de Belice, un país nacido de la colonia que el Imperio Británico formó de facto en el siglo XVIII y que era parte de la Capitanía General instaurada por el Imperio Español en 1540, dentro del Virreinato de Nueva España.
Esta misma semana, el presidente Jimmy Morales anunció que Guatemala mantendrá “de forma permanente”  el refuerzo militar en la frontera con Belice, cuyo fin es evitar más incidentes.
 Por su parte, el Gobierno de Belice dijo ayer martes que seguirá utilizando todos los medios disponibles para disipar “cualquier amenaza de Guatemala”  y asegurar así “un escudo diplomático internacional”  para proteger la “soberanía e integridad”  de su territorio.