También sobre los retos que enfrenta el país y la necesidad de aumentar las inversiones extranjeras para generar más empleo y evitar la migración.
Klein, actual vicepresidente de la Cámara de Industria y Comercio Guatemalteco-Alemana, afirma que no tiene dentro de sus planes inmediatos regresar a Alemania y más bien se quedará en Guatemala, país por el que siente un cariño muy especial.
¿Qué lo motiva a quedarse a vivir en Guatemala por tiempo indefinido después de cinco años de su misión diplomática?
Nos encanta la gente, el ambiente, el clima, los volcanes, la naturaleza, que hay dos océanos y muchas oportunidades de conocer el interior del país, no solo Tikal, sino Semuc Champey, el lago de Atitlán, Retalhuleu, Huehuetenango, Cobán, Río Dulce, Livingston. Tenemos muchos amigos aquí y es algo muy importante para mi esposa y yo.
¿Durante su misión como embajador viajó mucho al interior?
Visité muchos lugares por proyectos, reducidos de tamaño, pero muy favorables para la gente, proyectos de US$10 mil a US$20 mil. Por ejemplo, reconstruimos un puente en Santa Cruz del Quiché, estas son cosas se quedan grabadas en la mente. Así como este ejemplo hay muchos.
¿Retomará su carrera diplomática, qué planes tiene?
Hay planes de hacer consultorías para empresas e inversionistas aquí en Guatemala y en América Latina porque tengo experiencia en cinco países. Además, soy vicepresidente de la Cámara de Comercio e Industria guatemalteco-alemana y por eso también puedo aportar mis conocimientos y experiencias en eso.
¿Qué programas cree que fueron los más significativos en los años que estuvo al frente de la embajada?
El primer programa que organizamos fue por el 170 aniversario del tratado de comercio navegación y amistad de Alemania y Guatemala y trajimos a 15 empresarios alemanes e hicimos un evento grande en un hotel. Este tratado se firmó tres meses después de la independencia de Guatemala de la Federación y fue el primer tratado de Guatemala con un país extranjero. Luego, la celebración de los 30 años de reunificación —de Alemania Occidental y Alemania Oriental— el 6 de noviembre del 2019 donde estuvieron embajadores de los países protagonistas de la Segunda Guerra Mundial.
Lea también: ¿Es un mito la creatividad en la oficina?
Algo que tuvo mucho impacto fue la exposición de los 144 osos que se presentó en dos ciudades al mismo tiempo. Los osos transmitieron el mensaje de amistad y tolerancia y tuvimos más o menos un millón de visitantes y fue un éxito maravilloso.
¿Qué puede decirnos de los programas de apoyo de la Embajada de Alemania?
Hemos apoyado a la gente más afectada en el Corredor Seco con más de tres millones de euros a través del Programa Mundial de Alimentos. Tenemos muchos programas de cooperación en diferentes partes del país en temas de educación, medioambiente y concesiones comunales, por ejemplo. Estos temas y la gobernabilidad están en el foco de Alemania, ahora mismo hay un programa de fomento del estado de derechos, relativamente grande, en el Triángulo Norte de Centroamérica, que estamos apoyando.
¿Hay algún cálculo del monto de ayuda que ha dado Alemania al país?
En 40 años de cooperación hemos logrado dar más o menos 600 millones de euros. Somos el segundo cooperante más grande para el Sistema de Integración Centroamericana (Sica).
Lea también: Cómo se explica el aumento en la inflación importada (y cómo puede afectar los precios)
¿Cómo están las relaciones bilaterales entre Alemania y Guatemala?
Buenas —pero— nos gustaría que hubiera más inversiones en Guatemala ya que hay muchos campos que se pueden explotar, especialmente el turismo, que ya ha sufrido mucho por la pandemia, pero no solo por eso —ha sufrido—, sino también por la imagen que tiene Guatemala en el exterior. En Europa, Guatemala no tiene la mejor imagen y esperamos ahora que con el nuevo embajador de Guatemala en Alemania pueda mejorar un poco porque es muy importante para fomentar las inversiones.
¿Y qué imagen tiene Guatemala en el exterior?
La inseguridad jurídica, corrupción, problemas de independencia de poderes es un poco el tema que se discute a cada rato. Esos son los temas que más preocupación causan —en los inversionistas— porque si hay falta de certeza jurídica pues ¿Quién invierte aquí sin arriesgar mucho? Si tal vez en otros países hay mejores condiciones. Yo lo dije en mi tiempo de embajador, recomiendo poner mucho énfasis en esos temas, certeza jurídica, separación de poderes y, claro, lucha anticorrupción.
¿Cómo ve que el país pareciera que se resiste a seguir ese camino, a hacer esos cambios?
No sé. Yo creo que el Gobierno de Alejandro Giammattei empezó con buenos planes e iniciativas, pero dos meses después inició la pandemia y no han tenido la oportunidad de hacer mucho. Espero que el Gobierno esté en condiciones, una vez termine esta crisis, de dar impulso mayor en la lucha contra la pobreza, la educación, etcétera, porque hay que buscar formas de crear empleo y luchar contra la desnutrición porque con la pandemia todo eso se frenó o retrocedió un poco.
Entiendo que ha desarrollado un cariño grande por Guatemala. Cuando escucha noticias de que el 50% de los niños están desnutridos o que 300 guatemaltecos al día, se calcula, migran hacia EE. UU. ¿Qué siente?
Es muy lamentable. La desnutrición es una de las más altas del mundo. La migración requiere soluciones en el Triángulo Norte de mayores inversiones porque al final, la oportunidad de trabajar también evita la migración porque la mayor parte de la migración se debe a cuestiones económicas. Entonces, si no se generan oportunidades económicas o de trabajo digno esto va a seguir. Por eso queremos atraer inversiones en infraestructura en puertos, carreteras y la interconectividad del país.
Para esto la certeza jurídica es importante, como ya lo dijo usted
Sí. Esto es clave, si no, nadie se va a animar a invertir en el país. Tener instituciones claras consistentes y de confianza.
¿Qué le gustaría que ocurriera en el país, qué sería lo ideal para usted?
Me encantaría que hubiera una representación política indígena que represente a su población, porque mientras estén divididos por idiomas o grupos mayas no se ponen de acuerdo. Me encantaría un Congreso que tenga representatividad y que coincida más o menos con la proporción de las poblaciones que hay en el país. Mientras esto no funcione, Guatemala va a seguir en problemas. Eso es parte de mi sueño, que haya representación política no solo de grupos capitalinos, sino de todo el país.
¿Cómo queda el país después de sus cinco años desde que empezó su misión diplomática en Guatemala?
Está algo estancado políticamente y también por la crisis, porque no es toda la culpa del gobierno, sino en parte es por la crisis de la pandemia. Yo creo que hay muchas oportunidades en el país, en turismo, industria, infraestructura, pero tiene que haber un plan para activar o reactivar esos sectores, pero se carece de esta planificación.
¿Cuál es su mensaje final?
Como dije antes, me gusta y quiero los paisajes, la gente, la naturaleza, la diversidad cultural. Me encantan los lugares maravillosos, turísticos y no turísticos. Yo espero que con algo de inversión podamos cambiar la imagen de Guatemala, con inversión y certeza jurídica, más gobernanza y menos corrupción. Me encantaría estar presente en estas mejoras en el futuro.
