La misión de mediación y de buenos oficios son similares, ambas buscan comunicación con las partes en cuestión donde la OEA funciona como intermediaria.
Este miércoles se cumplen diez días de protestas y bloqueos, después de algunos enfrentamientos con la Policía Nacional Civil (PNC) y algunos capturados, las movilizaciones continúan.
El proceso de mediación consiste en sentarse con las partes que integran el conflicto en cuestión (no necesariamente en una misma reunión) y buscar los puntos en común en los que los actores puedan ceder para llegar a acuerdos.
La misión está integrada por el exministro de Defensa de Uruguay Luis Rosadilla, la secretaria de Acceso a Derechos y Equidad de la OEA, Maricarmen Plata; y el representante de la OEA en Guatemala, Diego Paz.
Hasta el momento no se conocen muchos detalles sobre la metodología y ruta a seguir de la misión, sin embargo el martes 10 de octubre el secretario de la Organización, Luis Almagro, compartió con el Consejo Permanente que ya se encontraba la misión en el país.
“Nuestro mandato, como se señaló, es lograr un orden de paz y justicia, promover la solidaridad, fortalecer la cooperación, defender la soberanía, la integridad territorial, la independencia de los países, esto es precisamente nuestro mandato y ese es el mandato de la Misión desplegada”, dijo Almagro al Consejo Permanente el pasado martes 9 de octubre.
Esta misión, explicó Almagro, está integrada por personas con amplia experiencia y logros acumulados en procesos de mediación y negociación.
“Ustedes conocen a Maricarmen y, obviamente, también conocen a Luis Rosadilla, él estuvo en negociaciones llevadas a cabo por la Organización de los Estados Americanos cuando se liberaron 320 presos políticos en Nicaragua, en acción conjunta con el Vaticano y la Cruz Roja. Luis Rosadilla estuvo más de diez años de preso político, vive en Santa Catalina, en Montevideo un barrio humilde y una casa súper humilde. Luis Rosadilla no es vendible ni comprable y no va a ser indulgente, no va a obviar los problemas coyunturales ni los estructurales que vive el país. La Misión está en las manos más íntegras y, por lo tanto, todos aquellos que han pretendido poner una sombra de duda sobre la Misión, sería mejor que se retractaran al respecto”, dijo el secretario general de la OEA.
En la misma sesión el presidente electo, Bernardo Arévalo, resaltó la importancia de que la misión converse con los líderes indígenas y de cada sector del movimiento, más que con alguien del gobierno entrante porque asegura que no son parte del conflicto.
Buenos oficios
Según considera el internacionalista Roberto Wagner, la misión de mediación puede convertirse en una de buenos oficios, que de acuerdo con su explicación, son similares.
“Se ayuda a ir comunicando entre las partes, las partes cada vez quieren hablarse menos”, explicó Wagner.
Es decir, en la misión de buenos oficios la OEA juega un papel de intermediario, en cambio, en la de mediación tratan de buscar condiciones, es decir, puntos en común donde los interesados cedan de manera que el conflicto se resuelva.
Ese tipo de misión de buenos oficios se ha llevado a cabo anteriormente en el país, también en Honduras, Colombia y Venezuela.
No es la primera vez que la OEA interviene como mediador en un conflicto de un país de las américas.
El presidente de ese momento de Haití, Michel Martelly, invitó a la OEA a una misión de mediación debido a que se encontraban en un contexto en el que el mandato del senado y los diputados había finalizado y no se llamó a elecciones cuando correspondía.
Martelly solicitó a Almagro una misión de mediación, la cual contribuyó con diferentes acercamientos y acuerdos logrando las condiciones para las elecciones del 2015, año en el que finalizaba el mandato del presidente.
Posteriormente, el país del Caribe siguió enfrentado crisis política y democrática desde el magnicidio de Jovenel Moïse en el 2021.
También en el 2002, la OEA medió en Venezuela ante la permanencia de Hugo Chávez en la presidencia cuando los grupos de oposición solicitaban unas elecciones anticipadas. En ese contexto, los ciudadanos manifestaron e incluso hubo paralización petrolera en el país.
El secretario de ese momento era César Gaviria quien estuvo como parte de la misión en Venezuela, la cual fue calificada de “imposible” por tal como lo recuerdan medios internacionales.
Los acercamientos no dieron mayores frutos, se abordaron como principales puntos de interés el derramamiento de sangre en las calles y la colaboración de los medios de comunicación para evitar conflictos.
Limitantes
Los mediadores se enfrentan a una situación donde al ser invitados por el gobierno de Guatemala no pueden hacer cierto tipo de peticiones a las autoridades y los manifestantes parecieran tener determinación en sus exigencias al MP.
“Estamos en un punto donde las partes están atrincheradas, el trabajo que los mediadores tienen que hacer es sumamente difícil”, señaló el internacionalista.
Otro punto al que se refirió el internacionalista es con quienes se reunirá la misión, ya que las protestas no son solo de un grupo, sino con los días han crecido y pequeñas agrupaciones se han ido sumando, lo cual suma un punto más de complejidad a la mediación.
Wagner detalló que si la misión se instala de manera permanente se puede convertir en una de buenos oficios, pero también apuntó que no todas finalizan de manera positiva.
Si los mediadores consideran que, luego de los intentos de crear condiciones, se está en un punto muerto así lo informan y se da por concluida la misión.
Recientemente Arévalo ha asegurado que no participarán en la mediación porque no son parte de la crisis actual, de la misma manera responsabiliza a Giammattei como el indicado para ponerle fin al conflicto.
Por su parte, el presidente Giammattei señala a Arévalo de alentar las manifestaciones y ser el responsable de las mismas, por lo que debe de ser parte de la mediación.