Las encuestas de opinión revelaron que el 64.3 por ciento de la población guatemalteca está en desacuerdo en cómo el presidente Giammattei y su equipo han manejado la pandemia.
En el otro polo, las personas que creen que el gobierno hace una buena labor parecen ser la excepción, pues solo el 16.3 por ciento califica como “muy bien” la gestión de la crisis sanitaria por parte del presidente.
El rechazo es generalizado, pues tanto en el área metropolitana, rural e interior urbano son más de la mitad de los guatemaltecos los que otorgan una mala calificación, según el estudio de ProDatos.
La misma desconfianza se refleja hacia los datos sobre fallecidos e infectados que reporta el gobierno, pues el 50 por ciento de la ciudadanía tiene una credibilidad baja en ellos.
Jahir Dabroy, analista político de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (ASIES), explica que, al inicio, las personas confiaban en la llegada de un nuevo gobernante y valoraban que Giammattei fuera médico.
Sin embargo, muchas promesas fueron incumplidas. Por ejemplo, Giammattei prometió que el Hospital Temporal del Parque de la Industria tendría el intensivo más grande y mejor equipado de toda Centroamérica, pero la realidad fue distinta.
En los meses más álgidos de la pandemia, las personas durmieron en el suelo porque no había camas disponibles. Tampoco había oxígeno, medicamentos ni personal médico suficiente para atender a los enfermos. Las familias tuvieron que gastar de su bolsa hasta Q6 mil para fármacos que les eran requeridos.
“Obviamente todo esto impacta cuando la gente lo vive en carne propia. (Por parte del presidente) ha habido un discurso que no se respalda con hechos concretos. Se suelen inflar datos, pero cuando se piden números de lo que se dice, resulta que la evidencia no existe, afirma Dabroy.
Ramiro Mac Donald, semiólogo y analista político, coincide con que el presidente y su política ha sido muy errática. Destaca el hecho que durante su administración ha habido tres ministros de salud, pero ninguno tiene las capacidades comunicativas ni la experiencia que el puesto requiere.
“Son personas que no supieron comunicar, no son expertas en el campo y actuaron de manera errática. El primer ministro tenía una voz tétrica cuando daba datos, no tenía carisma. La segunda ministra se entrampó con el contrato ruso (de vacunas)”, comentó Mac Donald.
Como ejemplo de esta política errática, el entrevistado recuerda cómo, en los primeros días después de que se presentó el primer caso de covid-19 en el país el 13 de marzo de 2020, el presidente invitaba a vacacionar a las personas, pero días después los culpaba de no respetar las medidas de bioseguridad.
“Hubo una esperanza fallida. La gente creyó que porque el presidente era médico iba a liderar un ataque frontal a la pandemia, pero en dos años todo se vino abajo por la falta de seriedad y políticas erráticas que ha llevado a cabo. Pocos gobernantes como Jimmy Morales terminan con estos niveles tan bajos de aceptación”, dijo Mac Donald.