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Señala que el proyecto Quetzal 1, diseñado por un grupo de jóvenes de la Universidad del Valle, es un ejemplo de la potencialidad de la juventud guatemalteca.
Entre otros aspectos, el diplomático también dijo que es necesario seguir con la lucha contra la corrupción para atraer más inversionistas japoneses al país; asimismo, expuso que la pandemia es una oportunidad para que el Gobierno pueda hacer mejoras al sistema de salud.
¿Cómo se encuentran las relaciones bilaterales entre Japón y Guatemala?
Hace 86 años comenzamos o abrimos relaciones oficiales y durante este tiempo los países han desarrollado relaciones de cooperación en múltiples áreas incluyendo política, comercial, de inversión e intercambio cultural y comercial y así hemos fortalecido la amistad entre los dos pueblos.
¿Qué nos han dejado estos 86 años de relación bilateral?
Hay dos aspectos: nuestra cooperación para el desarrollo socioeconómico de este país, muy amigo de Japón, y el intercambio económico, cultural, científico y político. En el primer aspecto, desde mediados de los 90, a través del Jica (Agencia Internacional de Cooperación de Japón, en inglés) hemos trabajado con los gobiernos de Guatemala para apoyar esfuerzos y alcanzar un desarrollo sostenible e inclusivo con cooperación reembolsable y no reembolsable. Japón ha contribuido con algo o mucho en áreas como el mejoramiento de las condiciones de vida de los guatemaltecos menos favorecidos o en áreas de prevención de desastres, ya que Japón también es un país muy vulnerable a ciclones, inundaciones, e incluso erupciones volcánicas. A raíz de eso hemos compartido nuestra experiencia por medio de la Conred (Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres).
¿Cuáles son los principales programas de apoyo de Japón?
Nuestra prioridad es el mejoramiento de las condiciones de vida de los menos favorecidos, también priorizamos mucho la educación o capacitación profesional porque Guatemala tiene una población muy joven y una composición demográfica muy abundante de jóvenes trabajadores. Pero para que esa potencialidad que tiene Guatemala pueda convertirse en una ventaja competitiva real, es necesario que a estos jóvenes pueda ofrecérseles una buena educación y oportunidad de capacitarse profesionalmente para que sean recurso humano de calidad.
¿Cree que la juventud y la composición demográfica es una de las principales ventajas para Guatemala?
Es una potencialidad, —pero— no podemos con estas condiciones de carencia de educación o capacitación… Guatemala no puede aprovechar su bono demográfico, pero Guatemala tiene mucha potencialidad para aprovecharla y con políticas y oportunidades de educación y capacitación puede hacer un aporte competitivo real. En Japón, como amigo de Guatemala, queremos trabajar con ustedes para alcanzar este fin.
¿Qué cooperación ha hecho Japón con Guatemala relacionado con la pandemia?
La pandemia ha dificultado mucho la vida profesional. En relación con Guatemala ha sido importante trabajar hombro con hombro par asistir los esfuerzos del Gobierno y pueblo para contener la pandemia del covid-19 a través de Jica y de organizaciones internacionales como la OPS (Organización Panamericana de la Salud). Hemos donado, por ejemplo, más de 11 mil mascarillas y seis aparatos de rayos X, así como otros insumos a través de la OPS y ahora trabajamos con Salud para donar otros equipos médicos para hacer tomografías y ultrasonidos y ambulancias. El monto de esta donación alcanzará alrededor de US$3.4 millones.
¿Qué experiencias de Japón en cuanto a la pandemia se pueden aprender?
Entiendo que el covid-19 es una tragedia para todo el mundo, pero si el Gobierno de Guatemala a través de la experiencia de responder a esta emergencia sanitaria y apoyado por países amigos como Japón, puede aprovechar esta experiencia de la pandemia para fortalecer sus sistemas de salud en el mediano y largo plazo. La pandemia es algo terrible, pero es una oportunidad de dejar un legado positivo para Guatemala.
Japón está experimentado la tercera ola de contagios que es más fuerte y severa que las anteriores, pero ha controlado la situación en comparación con otras potencias mundiales, esto se atribuye al comportamiento de los japoneses. Creo que en cuanto a controlar el virus no hay otra que repetir las buenas prácticas, lavado de manos, uso de mascarilla y mantener el distanciamiento social. Además, los japoneses tienen como característica cultural el respetar las normas sociales, no solo por el interés personal, sino común, y esta filosofía nos ha ayudado.
¿Hablando del proyecto Quetzal 1 que Japón ha apoyado, qué enseñanza nos deja?
Que es un proyecto muy prometedor que sugiere la gran potencialidad que tienen los jóvenes estudiantes o investigadores guatemaltecos para el futuro. Creo que el proyecto fue elegido como segundo por el proyecto Cube SAT patrocinado por la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón, que es un programa para asistir a países en desarrollo para crear y lanzar un microsatélite. Fue un orgullo participar en este proyecto y añadir un capítulo más a la cooperación en nuestra historia bilateral.
¿Cree que este proyecto del Quetzal 1 es un ejemplo de lo que los jóvenes pueden hacer con acceso a educación?
Sí. Correcto.
En cuando a inversiones, ¿cree que Guatemala puede atraer más inversionistas japoneses?
Actualmente el comercio es muy beneficioso para los dos países porque Japón importa productos agrícolas como café, cardamomo y semillas y estos productos tienen buena fama. Por ejemplo, hay una tienda de conveniencia de las más grandes de Japón que promociona el café en sus 21 mil tiendas. Mientras en Guatemala, la mayor marca de automóviles que se vende es de marca japonesa. Hablando de montos y cantidades, el comercio de Guatemala con Japón ocupa un poquito más del uno por ciento de lo que Guatemala tiene con otros países, entonces hay potencialidad de extender más este comercio e inversión.
O sea que sí hay más posibilidades, pero ¿qué se necesita?
Hay dos factores importantes. Los hombres de negocios japoneses tienen que estar muy convencidos de las ventajas o méritos que tiene Guatemala, como su cercanía con grandes mercados, como el de EE. UU. o México, también su población muy trabajadora y joven, y también un acuerdo de libre comercio entre los países centroamericanos y un marco de acuerdo con EE. UU. que tiene firmados. Estas ventajas tienen que ser más promocionadas para que los empresarios estén convencidos de que Guatemala es atractivo.
Otra cosa es que a los empresarios japoneses les importa el tamaño del mercado, Guatemala tiene 17 millones de persona, pero todavía falta mercado, comparando al país con Colombia o Argentina. Entiendo que el Gobierno de Guatemala está tomando la iniciativa para profundizar la integración económica entre lo países de Centroamérica y deseamos que este proceso avance para que a región funcione como un mercado común, tipo la Unión Europea, donde se garantiza la libre circulación de bienes y servicios, capitales y personas.
¿Qué más falta?
Otra cosa, los empresarios en estos tiempos, no solo los japoneses, requieren un alto nivel de moral y las empresas privadas tienen la responsabilidad de explicar bien a los accionistas, empleados y consumidores su comportamiento o conducta y ellos nunca tienen o querrán ser involucrados en casos de corrupción o de actos ilegales. Sabemos que el Gobierno de Guatemala, el pueblo y el sector privado están trabajando para eliminar o disminuir la corrupción, pero el resultado de estos esfuerzos tiene que ser explicado o conocido entre los empresarios japoneses.
¿O sea, es necesario que haya una lucha contra la corrupción para atraer más inversionistas?
Sí. Algunos de estos esfuerzos ya van en camino, pero qué están haciendo o qué resultados tienen, esto tiene que compartirse con empresarios japoneses para que se interesen en Guatemala.