Guatemala eligió también a su nuevo gobierno, en medio del desencanto hacia la democracia, según lo refleja el Latinobarómetro 2019, que señala que la satisfacción en ese sistema es del 41%, mientras que el 48.9% dice apoyarlo. En el 2014, la satisfacción hacia la democracia era del 53% y el apoyo, del 63%.
Esto hace necesario que los presidentes electos en esta etapa recuperen la confianza de la población, pues van a gobernar en un contexto complejo y deben resolver en poco tiempo las demandas de la población, que tiene altas expectativas, según Daniel Zovatto, director regional del Instituto Internacional para la Democracia y Asistencia Electoral (Idea).
Para Zovatto, sin esa confianza ciudadana se podría incrementar en la región la conflictividad y crecería la ingobernabilidad.
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La tendencia regional
Por ahora falta que Bolivia, Argentina (que ha comenzado el proceso el último fin de semana) y Uruguay elijan presidente. El resto de los países ya lo ha hecho y los resultados demuestran que son procesos marcados por el malestar ciudadano, lo que Zovatto califica como “elecciones del enojo”.
“Este sentimiento de malestar generó en varios países un voto anti, de rechazo hacia el gobierno y los partidos tradicionales, unido a la irrupción de candidatos atípicos, con un fuerte sesgo personalista”, dice Zovatto.
Mayor influencia de los grupos protestantes de corte neopentecostal, instituciones políticas débiles, incertidumbre y polarización, así como escándalos de corrupción y financiamiento electoral ilícito, han marcado los procesos electorales de la región.
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Contexto nacional
La forma como Guatemala manejará su política exterior es la gran expectativa para la región, aunque al final esta no influirá de manera relevante, asegura el internacionalista Jorge Wong.
El experto señala que las ideologías de los dos candidatos están marcadas, al menos en el discurso: Giammattei se define de derecha y Torres se posiciona en la centroizquierda.
Pero “una cosa es lo que se dice y otra es lo que se hace”, asegura Wong.
La posibilidad de que comiencen negociaciones con China o Rusia existe, pero puede ser que la política actual no cambie, debido al miedo de cualquiera de los dos candidatos, estima Wong.
“El país no tiene una política exterior propia, sino que esta depende de las necesidades de otros países poderosos como EE. UU.”, considera el analista.
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En el contexto del Triángulo Norte, Wong cree que Guatemala está entre opuestos; por un lado, la elección, este año, de Nayib Bukele, en El Salvador, es aceptada internacionalmente, pero en Honduras hay crisis, debido a los señalamientos por narcotráfico hacia el presidente Juan Orlando Hernández.
México y su política migratoria también se deben considerar, señala Wong, ya que El Salvador y Honduras se le unieron.
México ofreció invertir US$30 millones en cada uno de los países para generar 200 mil plazas en cada país para sembrar árboles.
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