Política

“Las metas presidenciales dependen de tres grandes temas”: Ana Glenda Tager

El Ejecutivo centra sus esfuerzos en 12 metas presidenciales que se impulsan desde la Secretaría Privada de la Presidencia.

El Palacio Nacional será sede del Mapping de la Revolución.

El Ejecutivo mantiene mesas de diálogo con sectores indígenas, campesinos y Cámaras empresariales. (Foto Prensa Libre: María Reneé Barrientos Gaytan).

La titular de la Secretaría Privada de la Presidencia, Ana Glenda Tager, conversó con Prensa Libre respecto de las prioridades presidenciales y los programas prioritarios. Además, se ahondó en el diálogo que dirige y en la aplicación de la política agraria que, se espera, sea uno de los aspectos prioritarios desde los nuevos sistemas de gobiernos departamentales.

¿En qué temas se está enfocando la gestión desde la Secretaría Privada?

Para poder trabajar en la parte de gestión estratégica, se trabaja desde las metas presidenciales, que dependen de tres grandes temas:  combate a la corrupción, infraestructura estratégica para el desarrollo, y  política social.

Ahí están todos los programas sociales, de ahí vienen 12 metas.

El programa de caminos terciarios es parte del plan del gobierno con el que Arévalo llegó a la presidencia. ¿Cómo avanza la implementación?

Esa es una de las metas que tiene que ver con el tema de infraestructura y política social. Este es el programa “Avenidas para el buen vivir”. Todavía no ha sido presentado públicamente, y por esa razón es que no hemos dado todavía información. Lo que se ha hecho este año es analizar bien las áreas que se van a enfocar y priorizar.

Es un programa que se hace con coordinación interinstitucional. Tenemos, por un lado, el programa que debe formar parte del Ministerio de Comunicaciones; por otro, del Ministerio de la Defensa, que también trabaja en caminos rurales —con el Cuerpo de Ingenieros—, y el Ministerio de Educación.

¿Qué áreas se van a priorizar?

Nosotros hicimos el análisis, y la comparación de las áreas con menos cantidad de carreteras, con las áreas más pobres del país. En la parte norte de Alta Verapaz no hay prácticamente carreteras secundarias ni terciarias. Las áreas que se priorizaron son el altiplano, las Verapaces y Corredor Seco, que son las áreas más pobres del país, con mayores niveles de vulnerabilidad y las que más expulsan migrantes hacia Estados Unidos.

Respecto del tema de gobiernos departamentales, ¿ya se estableció la metodología de funcionamiento?

El gobierno departamental sí es una de las metas presidenciales, y que para el presidente es clave que se pueda tener planes de desarrollo coordinados participativamente. Se ha venido trabajando desde la Secretaría de Coordinación Ejecutiva de la Presidencia (SCEP) una propuesta. Estamos avanzando en la validación con el presidente, con el fin de que después se empiece a aprobar en algunos territorios para el año próximo.

¿Cuáles podrían ser?

Aún no lo hemos determinado. La idea es trabajar con base en lo que se vaya encontrando en la práctica. Se usará esa misma metodología: aciertos y desaciertos, para ampliarlo a los demás departamentos.

Se está trabajando más en el perfil de cada departamento. La idea es escoger departamentos que sean muy distintos, para  probar con la misma metodología: cómo se aplica en un departamento con problemas fronterizos, con complicaciones agrarias, con temas socioambientales o mucha conflictividad.

La Secretaría que dirige es la encargada de los temas de diálogo político y conflictividad agraria. ¿Con qué sectores mantienen mesas de diálogo?

Hemos venido trabajando el diálogo  desde la transición. Se había iniciado con varios sectores sociales. Al llegar al Gobierno, lo que se hizo es que muchos de los grupos sociales con los que veníamos trabajando —instituciones específicas— ya trabajan con ellos. Se escogieron sectores y áreas con las que no había  lugar para dar  continuidad al diálogo.

Se priorizaron pueblos indígenas, un poco para dar seguimiento por la importancia que usted sabe que tuvieron los pueblos en toda la transición.

Con las autoridades se inició una mesa en la que participa el presidente. Una vez al mes, se vienen analizando cosas de carácter nacional entre todos los participantes. Y aparte se están firmando agendas específicas sobre temas concretos de cada pueblo en los distintos territorios.

Aparte de eso, dialogamos con campesinos con quienes firmamos un acuerdo a principios del año —acuerdo agrario—, porque ya habíamos avanzado bastante en la transición, y estamos dando ahora un seguimiento a los acuerdos.

También dialogamos, en tercer lugar, con el sector privado. Aunque no hay una mesa formal estructurada, sí tenemos un trabajo con Cámaras y otras instituciones que no están a veces agremiados formalmente, para trabajar temas de inversión y de la importancia que tiene la generación de empresas que permitan oportunidades laborales a más población.

¿En qué se trabaja con lo relacionado al acuerdo agrario?

Hemos venido trabajando un tema de cómo territorializar la política agraria que se aprobó ya hace varios años y que nunca se ha implementado. Estamos escogiendo cuatro lugares donde se pueda empezar a probar.

¿Cuáles son los principales retos que han identificado?

Que se articulen las instancias del Estado, porque en la medida en la que estas se articulen y puedan tener un plan específico, lógicamente, van a poder dar un resultado.

Parte de los desafíos que ha habido, todos estos años, es que cada entidad va por su parte, y no hay una entidad agraria como tal en el país que empuje esa política, porque el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación es demasiado grande.

ESCRITO POR:

Fátima Najarro

Periodista de Prensa Libre especializada en el Organismo Ejecutivo, fiscalización y política, con varios años de experiencia en medios escritos.