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La esperanza de un TPS para Guatemala se diluye con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca

Se pierde cualquier posibilidad de una mejora para la comunidad migrante guatemalteca en EE. UU. y peligran los beneficios que actualmente gozan.

Una caravana de migrantes partió de México hacia la frontera sur de EE. UU. (Foto Prensa Libre: EFE)

Una caravana de migrantes partió de México hacia la frontera sur de EE. UU. (Foto Prensa Libre: EFE)

La declaración triunfal de Donald Trump como presidente de EE. UU. enciende las alarmas para la comunidad migrante latinoamericana y con especial énfasis en la guatemalteca, que ve diluida cualquier esperanza de beneficios.

Expertos en el tema migratorio y la política internacional consideran que el segundo mandato de Trump será una continuidad del primero. De esta cuenta, Guatemala y los países de la región centroamericana tienen hasta la toma de posesión para reintegrar las maneras de negociación ante un política transaccional estadounidense.

El gobierno de Bernardo Arévalo anunció en agosto pasado que una de las prioridades era la solicitud formal del Estatus de Protección Temporal (TPS, en inglés) como un alivio migratorio. Para ello se habían hecho las gestiones para obtenerlo en la brevedad se habían hecho "esfuerzos diplomáticos importantes para asegurar una vida más segura y tranquila para quienes hoy viven en Estados Unidos, independientemente de su estatus migratorio”.

Un mes antes, había sido el Congreso de la República quien había solicitado al Gobierno que solicitara el TPS para los guatemaltecos.

Estos esfuerzos ya hechos por el gobierno de Arévalo podrían ser estériles con el dominio absoluto de los republicanos en las elecciones del pasado martes y se pierde cualquier oportunidad de un TPS.

Trump tiene una tendencia aislacionista, es decir, que no interviene en asuntos de otros países y bajo este concepto se puede esperar que retire los apoyos a los países con conflictos en donde Estados Unidos está presente. Además, lidera un política transaccional en la que hace un ofrecimiento y los países en desventaja deben aceptar, sin negociar.

Estas características de la política de Trump provocan que los países centroamericanos analicen las prioridades que les interesa con Estados Unidos, y la manera en que pueden obtenerlas. Guatemala no es la excepción y el experto en relaciones internacionales Roberto Wagner explica que en la campaña con las promesas que hizo Trump envió un mensaje y dejó claro lo que buscará en su gobierno, sin ninguna opción de negociación.

"Existe una postura, es una retórica agresiva, confrontativa, pero que también es una retórica en donde él pone sus cartas sobre la mesa, y es así como va a negociar, si se analiza lo que fue su primera gestión", detalló.

Políticamente, Centroamérica es más pequeña y eso será aprovechado por el presidente electo para conseguir lo que le beneficia a su gestión, sin obligatoriamente recurrir al diálogo.

"Él es alguien transaccional, va a ir con cada país en la región, que son países débiles políticamente comparados con Estados Unidos, ese es un modo de operar. Va decir 'yo pongo en jaque a todos estos países' y van a tener que reunirse con Estados Unidos y decir qué quieren a cambio", añadió.

Si bien, Wagner reconoce que los cambios no serán inmediatos, sugiere que Guatemala debería iniciar desde ya a hacer los acercamientos con las agencias de cooperación y la propia embajada establecida en el país, con quienes se mantiene una buena relación.

Mientras tanto, desde que inició la carrera por la presidencia estadounidense la Cancillería guatemalteca aseguró estarse preparando para cualquiera que fuera el resultado de la elección.

¿Retroceso?

Desde la visión de Luis Felipe Polo, también internacionalista, el TPS será un acuerdo que entrará en análisis, no solo las nuevas peticiones sino las que ya han sido otorgadas, porque el objetivo de Trump es ordenar, en sus términos, la migración.

"Yo creo que esto del TPS para Guatemala ningún gobierno lo va a dar, ya sea demócrata o sea republicano; no lo dieron cuando pudieron haberlo hecho, por ejemplo, hace algunos años cuando Guatemala vivió desastres de la naturaleza", hizo ver.

Considera que el Ministerio de Relaciones Exteriores (Minex) debiera de estarse preparando para lograr negociar y a prevenir lo que Trump va a pedir a partir de la toma de posesión, porque el presidente electo se caracteriza por imponer sus intereses ante los países de la región.

"Lo que tendrían que hacer, no solamente el gobierno del presidente Bernardo Arévalo, sino algunos otros gobiernos de la región, es comenzar a constituir en un equipo ad hoc de expertos en la relación con Estados Unidos, para que comiencen a generar una serie de políticas que se puedan implementar con Estados Unidos", sugiere Polo.

También el excanciller Fernando Cabrera, sostuvo que con el gobierno de Joe Biden Guatemala tuvo una oportunidad real de obtener el Estatus, situación que no se repetirá con Trump.

"El TPS, para hondureños y salvadoreños, vence en los primeros meses del 2025 y considero que no será renovado por administración Trump, siendo una de las primeras medidas a realizar, porque forzaría a abandonar a inmigrantes a sus respectivos países", indica Cabrera.

De acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), este año, hasta abril se han recibido más de 45 mil 800 retornados. Esta cifra supera en un 23 por ciento a los retornados hasta la misma fecha el año pasado, y casi alcanza la del 2022, que es el año con el dato más elevado de los últimos cinco años.

Tercer país seguro

El acuerdo del Tercer País Seguro se firmó durante el primer gobierno de Trump sigue vigente, pero ha cambiado la manera de abordaje. Ahora que Trump regresa a la presidencia, tanto Wagner como Polo advierten que cambiará, nuevamente, la manera de abordarla.

"Eso es algo que al día de hoy no podemos quedarnos esperando de brazos cruzados a ver qué hace Trump. Nos van a imponer ciertas cuestiones a las que solo vamos a poder reaccionar en vez de decir que estamos preparados. Y esto va de la mano con lo que nuestras autoridades están haciendo", dijo Wagner.

Polo recuerda que cuando se firmó el acuerdo de tercer país seguro, Trump ejerció presión y amenazó con aumentar los aranceles, lo que provocó que el empresariado guatemalteco presionara al gobierno a aceptarlo. El analista pronostica que la misma situación podría llegar a suceder ahora.

En esa línea, Wagner agregó que desde la agencia de cooperación sufrirán cambios los apoyos, centrándose más en seguridad fronteriza y hasta micro préstamos para emprendedores, como medida de mitigación de la migración. Aunque este aspecto también va de la mano de quien sea designado en el Departamento de Estado.

ESCRITO POR:

Fátima Najarro

Periodista de Prensa Libre especializada en el Organismo Ejecutivo, fiscalización y política, con varios años de experiencia en medios escritos.