No obstante, la falta de información, de agilidad en los procesos de empadronamiento y el débil uso de las herramientas tecnológicas contribuyen a que los jóvenes —entre 18 y 25 años— no se involucren en los preparativos para las próximas elecciones generales, pese a ser el mayor porcentaje de la población, pero subrepresentado en el grupo apto para votar.
Sin embargo, los jóvenes también sienten indiferencia y desinterés por involucrarse en las diferentes actividades y organizaciones políticas. Poca información por parte de los partidos y de los posibles candidatos no motiva a la generación que nació al inicio de este siglo y se autoexcluye de un proceso que definirá el futuro inmediato del país.
Motivados y dinámicos
Algunos jóvenes compartieron con Prensa Libre sus expectativas en la política. La mayoría coincidió en que es necesario participar para generar cambios profundos y la necesidad de involucrarse y estar informados del ámbito político.
No obstante, algunos refirieron que preferían no participar de forma directa en alguna organización política, porque ninguna de estas los convence.
“No participaría en política porque actualmente no se busca el bien común, el bien ciudadano; se ve un interés propio y político entre las personas que están a cargo”, dice Daniela Galindo, que a sus 22 años termina la carrera de Administración educativa en la Universidad de San Carlos de Guatemala (Usac).
Los jóvenes coinciden en que la política es una manera de ejercer poder con el fin de hacer alguna diferencia en los intereses de una sociedad, surge de la necesidad de organizarse y esto debería facilitar la manera de resolver conflictos de una manera democrática. También consideran que la participación de la población en la política es importante y necesaria, porque busca propiciar cambios radicales y profundos.
“La política es una herramienta que puede ayudarte a construir el palacio más hermoso, pero también puede ser una herramienta de destrucción, más dolorosa y poderosa”, dice Frida Chávez, de 19 años, estudiante de Diplomacia y relaciones internacionales.
Además, consideran que los políticos toman decisiones que afectan de forma directa e indirecta a la población en temas económicos, de salud, educación y seguridad, entre otros. A pesar de ello, no se sienten motivados en participar con algún partido político, y en su mayoría prefieren involucrarse en proyectos que puedan incidir en cambios positivos en la sociedad.
“Es necesario que los jóvenes se eduquen, busquen espacios de formación, muchas veces nos quedamos en la superficie; es decir, con lo que escuchamos “, expresa Natalia Arana, estudiante de la maestría en Diplomacia, política y estrategia en la Universidad Galileo.
El desinterés y las dudas se deben a la poca información del proceso de elecciones, de los partidos políticos y de candidatos a ocupar cargos públicos.
“Sino participamos y no generamos espacios de diálogo y de opinión, muy difícilmente conseguiremos ese cambio que Guatemala necesita, lo importante es actuar”, Sebastián Palomo, 22 años, estudiante de maestría en diplomacia, relaciones internacionales e imagen pública.
Se generan desigualdades
Sergio Morataya es un estudiante de la Usac del último semestre de la licenciatura en Ciencias Políticas. Tiene 25 años y reconoce que algunos de sus compañeros han elegido esa carrera “para conseguir un trabajo”, lo que estima lamentable, pero al mismo tiempo comprensible, porque “el mismo régimen genera esas desigualdades políticas, sociales y económicas” para que los jóvenes solo “busquemos maneras de subsistir y no de involucrarnos en la política”.
Morataya mencionó que a lo anterior se suma la indiferencia de los jóvenes y la desigualdad que genera el propio sistema político, lo cual los aleja de la participación y genera desinformación.
“La política es una herramienta que puede ayudarte a construir el palacio más hermoso, pero también puede ser una herramienta de destrucción, más dolorosa y poderosa”, Frida Chávez, 19 años, actualmente estudia licenciatura en diplomacia y relaciones internacionales.
A esta mala percepción se suma la falta de tiempo para involucrarse en actividades cívicas y políticas, porque muchos jóvenes deben combinar sus estudios con el trabajo, hace ver Morataya.
Los jóvenes son utilizados “como material humano para realizar proselitismo, cuando la necesidad latente es que los espacios estén abiertos para que participen, se expresen e incentiven a tomar los espacios”, agrega Morataya, que cree que es responsabilidad de las organizaciones políticas involucrar a la juventud y empoderarla.
“Si no se involucran —los jóvenes— terminan siendo parte del problema”, manifiesta el estudiante de Ciencias Políticas, porque el sistema actual solo genera desmotivación, apatía e indiferencia. La decisión, agrega, está en manos de la juventud, pues representa el mayor porcentaje de la población y “es el momento de marcar un alto a la pobreza, a la corrupción y al saqueo de los fondos públicos”.
Impacta en el futuro
La participación de los jóvenes es importante porque se va a elegir a las personas que manejan fondos públicos, a los que velan por el desarrollo de la economía y “tienen un poder muy grande que impactará en el futuro”, destaca Juan Diego Castañeda, vicepresidente de Jóvenes por Guate.
Para Castañeda, el desinterés de los jóvenes por la política se debe atribuir a las autoridades que “no hacen sentir orgullo de alguna buena acción, o de algo que ayude a cambiar la forma de vida de la gente más necesitada”.
A su criterio, lo que podría romper con la apatía es la educación a una temprana edad, porque en el Currículo Nacional Base “no hay una suficiente carga acerca de qué es el Gobierno y cómo puede afectar en la vida”, y es importante desarrollar foros y debates de personas preparadas que incentiven a la participación.
“Nuestra indiferencia de todos modos afecta, al no votar por decirlo de alguna manera no tenemos derecho de quejarnos de la situación, porque nosotros no hicimos nada para cambiarlo”, Alejandra Estrada, 23 años, estudiante de la maestría en diplomacia, política y estrategia.
Asimismo, refiere que es normal que los jóvenes prioricen algunos intereses personales y dejen de lado el involucrarse en política, porque perciben que la militancia en un proyecto político no hace la diferencia.
Por lo anterior, estima necesario que en las próximas elecciones generales se promueva el empadronamiento, el acercamiento de los candidatos con los jóvenes, una fiscalización del proceso electoral, información de quienes participan y hacer conciencia de quiénes podrían ser los mejores candidatos.