Política
Alejandro Giammattei y su celebración exprés
Junto a unos 300 seguidores y de manera rápida, Alejandro Giammattei agradeció el apoyo para ganar la elección presidencial y anunció que se tomará un día de descanso antes de empezar el proceso de transición.
Alejandro Giammattei, presidente Guillermo Castillo, vicepresidente, del partido Vamos por una Guatemala Diferente (Vamos), es el presidente de Guatemala al derrotar a la candidata de la UNE Sandra Torres. Fotografa Erick Avila 12082019
A las 19 horas 38 minutos el candidato presidencial Alejandro Giammattei Falla, del partido Vamos, se proclamaba presidente electo de la República en un hotel capitalino de la zona 10. Para el político de 63 años, quien usa muletas por una enfermedad, arrancaba la recta final de la jornada: una rápida visita a la sede del partido y su llegada al centro de cómputo a eso de las 21 horas.
El político dejó el hotel junto a una comitiva de seguridad, con el rostro desencajado de la emoción, Giammattei se abrió paso entre decenas de periodistas hasta llegar al elevador del edificio, donde pareció limpiarse algunas lágrimas antes de que se cerrara la puerta.
La rapidez con la que el candidato se autoproclamó como presidente pareció sorprender hasta el mismo entorno de seguridad del político. A minutos de que finalizara la conferencia de prensa del presidenciable de Vamos, agentes de la Policía Nacional Civil (PNC) llegaron al hotel para preguntar a periodistas si Giammattei ya había salido de las instalaciones.
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Mientras tanto, otros autopatrullas custodiaban el paso de la comitiva de Giammattei, que estrenaba su prerrogativa presidencial saltándose semáforos en rojo.
Una vez en la sede de campaña, en la zona 9 capitalina, música de cumbia y fuegos artificiales recibieron al presidente electo. Una veintena de periodistas que habían sido acomodados en las oficinas del partido salieron apresuradamente para instalarse en un espacio habilitado frente al escenario donde Giammattei agradecería a sus seguidores.
El caos no acompañó solo a los periodistas. A un costado de la tarima, mientras el binomio presidencial electo subía, los ánimos se caldearon entre seguidores del partido, personal de seguridad y equipo de prensa de Vamos. Codazos, empujones y un conato de pelea se producía, mientras Giammattei comenzaba su discurso de agradecimiento a los correligionarios y llamando a la unidad nacional.
El único momento de sosiego en el discurso se dio cuando Giammattei pidió a los asistentes una oración en silencio, en agradecimiento por los resultados. Esto, luego de reconocer el apoyo de otros políticos.
“Quiero darle gracias a todas las personas de otros partidos políticos que nos apoyaron en la campaña. Quiero agradecer profundamente el trabajo que hizo Edmond Mulet, Isaac Farchi, quiero agradecerle a esa alianza multipartidaria que se armó en todos los departamentos, en todos los municipios con un solo propósito, no que ganara Alejandro Giammattei, sino que Guatemala pudiera ganar la posibilidad de salir adelante”, dijo el presidenciable electo.
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En la tarima, uno de los más sonrientes era el secretario general de Vamos, Giorgio Bruni, quien estuvo en todo momento a la diestra del binomio presidencial. Otras figuras del partido como el diputado electo al Parlamento Centroamericano, Camilo Dedet, y el anunciado probable ministro de Energía y Minas, Alberto Pimentel, también aparecían en el entorno.
La única mujer visible en la tarima fue la hija del presidenciable, Marcela Giammattei Cáceres. Acompañaron al político también sus hijos Estefano y Alejandro.
Después del presidenciable, el más vitoreado era Guillermo Castillo, vicepresidenciable de Vamos, a quien grupos de seguidores llamaban entre gritos “¡Willy!, ¡Willy!”. El binomio dejó la concentración en la sede de la zona 9 para trasladarse al centro de cómputo del Tribunal Supremo Electoral (TSE) ubicado en el Parque de la Industria.
Luego de la salida del binomio volvieron al escenario bailarinas con lentejuelas acompañadas de cumbia y sones de marimba interpretados por un saxofonista. A diferencia de otras celebraciones de campaña, en esta ocasión la concentración no superó las 300 personas, probablemente muchos de ellos sorprendidos por lo temprano del anuncio.
En el perímetro del evento vendedores ambulantes ofrecían sin mucho éxito vuvuzelas y banderas del partido. El cansancio en los rostros de muchos asistentes mostraba que la celebración no iba a extenderse mucho más.
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