Política

Índice de Desarrollo Humano revela marcadas desigualdades en Guatemala

La posición de Guatemala en el Índice de Desarrollo Humano ha mejorado relativamente en sus indicadores, aunque la tendencia general ha sido más bien de estancamiento, lo cual precisa de acciones sostenidas del Estado.

Guatemala se ubica en la posición 126 en el Índice de Desarrollo Humano del PNUD, con marcadas diferencias en acceso a servicios e igualdad de oportunidades laborales y académicas. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Guatemala se ubica en la posición 126 en el Índice de Desarrollo Humano del PNUD, con marcadas diferencias en acceso a servicios e igualdad de oportunidades laborales y académicas. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

El más reciente Informe de Desarrollo Humano, elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y publicado hoy en todo el mundo, señala que, a pesar de los progresos contra la pobreza, el hambre y las enfermedades, las sociedades no están trabajando como debieran en temas como desigualdad y acceso a servicios básicos.

El Informe, titulado Más allá de los ingresos, más allá de los promedios y aás Allá de hoy; las desigualdades en el desarrollo humano en el siglo 21, sostiene que “la brecha en los estándares básicos de vida se está reduciendo para millones de personas; las necesidades para prosperar han evolucionado”.

Guatemala, específicamente, ocupa en el Informe el puesto 126 de 189 países. Está ubicado en el rango de desarrollo humano medio, al igual que Nicaragua, con quien comparte la misma posición. El Salvador, apenas unos lugares más arriba —en el 124—, y Honduras, abajo, en el 132. De Centroamérica solo Costa Rica ocupa un escaño en el rango de desarrollo alto, en el puesto 68.

El índice, que ubica a los países en un alto o bajo desarrollo humano, establece que “la distribución de la desigualdad de la educación, la salud y el nivel de vida paralizó el progreso de los países”. La recomendación del PNUD apunta a elaborar políticas que vayan más allá de una mejoría en los ingresos económicos, más apegadas a reducir la desigualdad en aspectos como educación, acceso a la justicia y género.

“La desigualdad no se trata solo de cuánto gana alguien en comparación con su vecino. Se trata de la distribución desigual de la riqueza y el poder: las arraigadas normas sociales y políticas que están llevando a la gente a las calles hoy y los desencadenantes que lo harán en el futuro, a menos que algo cambie. Reconocer la cara real de la desigualdad es un primer paso, lo que sucede a continuación es una elección que cada líder debe hacer”, destaca el administrador del PNUD, Achim Steiner.

En una visión general, los países de América Latina han tenido avances en la lucha contra la pobreza, y ahora lo que empaña el desarrollo de la población es la desigualdad, tal como lo afirma el informe del PNUD. Sin embargo, Guatemala va contra la corriente. Los niveles de pobreza y pobreza extrema han aumentado en el país, cuando en el resto de la región la tendencia ha sido a la baja, lo que alimenta la desigualdad.

“En Guatemala, las dos realidades siguen vigentes: la pobreza generalizada y la grosera desigualdad, lo que hace mucho más grave la situación del país. Somos uno de los países más desiguales de América Latina”, dice Adrián Zapata, coordinador nacional de la iniciativa de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, en inglés), denominada Cien territorios libres de hambre y pobreza en América Latina.

Ricardo Sáenz de Tejada, director del Doctorado en Ciencias Sociales de la Universidad de San Carlos de Guatemala, menciona que las protestas ocurridas en las últimas semanas en América Latina son producto de las desigualdades tradicionales como las llamadas nuevas desigualdades. “Las protestas y movilizaciones en Chile responden al hartazgo frente a las desigualdades que parecen haberse petrificado con la democracia: desigualdades de ingresos, de acceso a la educación, a la salud y a las medicinas, y asimetrías de poder”, dice.

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El caso Guatemala

Guatemala, en el puesto 126 de desarrollo humano, se considera con un nivel bajo. Esto significa que los guatemaltecos están en una clara desventaja ante otros países.

Por ejemplo, dos niños nacidos en 2000, uno en un país de desarrollo humano muy alto y el otro en un país de bajo desarrollo, hoy el primero tiene 50% de posibilidades de matricularse en la universidad, mientras que el segundo es mucho menos probable que esté vivo, y si lo está, su probabilidad de ocupar un aula universitaria es muy baja, tan solo del 3%.

“Alrededor del 17% de los niños nacidos en países de bajo desarrollo humano en 2000 habrán muerto antes de los 20 años, en comparación con solo el 1% de los que nacen en países con alto desarrollo humano”, cita el informe.

El documento aclara que las desigualdades no necesariamente reflejan injusticia. Reconoce que existen desigualdades inevitables como la difusión de una nueva tecnología, por ejemplo.

“Pero cuando estos caminos desiguales tienen poco que ver con el esfuerzo gratificante, el talento o la asunción de riesgos empresariales pueden ofender el sentido de justicia de las personas y pueden ser una afrenta a la dignidad humana”, señala el informe.

Para el PNUD, estas desigualdades son las que perjudican a las sociedades y debilitan la cohesión social, la confianza de las personas en el gobierno y sus instituciones.

En Guatemala, la desigualdad tiene una correlación étnica, de género y territorial. La población indígena tiene menos ingresos, menos educación, menor cobertura de salud, menos acceso a la educación universitaria y menos representación política. En el caso de las mujeres, la situación es similar y se agrega la violencia de género, que tiene un carácter sistémico y que se expresa en todos los ámbitos de la vida social.

También hay desigualdades entre lo urbano y lo rural.

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“La posibilidad de alcanzar un mayor nivel de desarrollo depende de una reforma tributaria de fondo, pero las asimetrías de poder han bloqueado este tipo de reformas”, agrega.

Si no se incide en una política de disminución de la pobreza y la desigualdad, Guatemala no solo será incapaz de alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, sino también se corre el riesgo de un estallido social, advierte Zapata.

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ESCRITO POR:

Alex Fernando Rojas

Periodista de Prensa Libre especializado en política y periodismo de investigación con experiencia de 15 años como reportero y editor en medios escritos, radiales y digitales. Reconocido con el Premio Nacional de Periodismo en Guatemala, en 2014 y becario del programa de periodismo judicial Cosecha Roja de Argentina y del programa de autorregulación ITP, en Suecia.

Ana Lucía Ola

Periodista de Prensa Libre especializada en temas comunitarios, con énfasis en Salud y Educación, con 17 años de experiencia. Reconocida con el Premio de Prensa Libre en categoría Reportaje, en 2019. Premio de la UPANA por Informar a la población guatemalteca sobre la realidad en nutrición y desnutrición en el país, en 2019. Diplomado El periodismo en la era digital como agente y líder de la transformación digital impartido por el Tecnológico de Monterrey.