La comunidad destacó además que el embajador sueco, quien dirigió la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Oacnudh) en Guatemala entre 2006 y 2009 y nombrado embajador en octubre de 2017, es “uno de los diplomáticos con mayor experiencia”, demostrando siempre “valentía e integridad”.
“Como guatemaltecos viviendo en Suecia nos preocupa especialmente la muestra de ingratitud mostrada por el Ejecutivo guatemalteco, La decisión del presidente (Jimmy Morales) no contribuye a la lucha contra la corrupción”, añaden, y esperan que Suecia continúe con su “vital” apoyo a la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (Cicig).
Suecia ha donado unos US$36 millones a la Comisión, una cifra que lo convierte en el segundo país que más aporta, solo por detrás de Estados Unidos.
Por este motivo, y teniendo en cuenta que el Gobierno sueco es uno “de los principales aliados” en la lucha contra la corrupción -“un mal enquistado en el país”-, la comunidad insta al presidente a “retractarse de su decisión”.
Aunque el Gobierno de Guatemala no entró en profundidad en los motivos que le llevaron a tomar esta decisión, sí dijo que Kompass había acusado a la sociedad guatemalteca de corrupta en un acto en el que el pasado mes de enero anunció una nueva donación a la Cicig.
En ese momento, el embajador sueco criticó que se señalara a toda la sociedad de ser corrupta, y aunque no hizo mención explícita sus palabras eran en referencia a las declaraciones que en su momento había hecho Morales, que dijo que la corrupción era normal, o el vicepresidente Jafeth Cabrera, quien aseguró que casi todos los guatemaltecos han estado implicados en actos de corrupción.
“Es cierto que (decir que) la cultura es mala no es muy lejos de decir que la gente es mala y no creo que sea correcto. Ni tan poco un buen incentivo para alcanzar los cambios. Por eso es más correcto decir que el problema son las instituciones públicas y disfuncionales y no la gente”, aseguraba Kompass.
En este mismo sentido, agregó: “Esto en otras palabras exige una medicina fuerte y creo que en Guatemala esa medicina se llama Cicig”.
El Gobierno sueco ya adelantó que pedirá explicaciones a Guatemala antes de responder a esta petición, mientras que Venezuela aún no se pronunció.
Sobre los motivos de pedir el retiro de la diplomática venezolana, quien se ha visto en actos públicos de la organización campesina e indígena Comité de Desarrollo Campesino (Codeca), no han dado ningún detalle.
El gobierno guatemalteco insiste en que se trata de una decisión “soberana” y que se está tratando por la “vía diplomática”.
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