La Cancillería guatemalteca dio a conocer que, debido a las restricciones por la pandemia, la demanda será presentada solo por el embajador de Guatemala en Países Bajos —sede de la CIJ—, Jorge Skinner-Klée Arenales.
Originalmente el plazo para presentar esta memoria vencía el pasado 8 de junio; sin embargo, debido a la pandemia del covid-19, el Gobierno de Guatemala solicitó una prórroga de 12 meses. Su par de Belice no estuvo de acuerdo, puesto que argumentaba que dos meses eran suficientes.
De esa forma, la CIJ resolvió dar un plazo de seis meses a Guatemala, que justo vence este 8 de diciembre. En la demanda, Guatemala tendría que formular todo reclamo legal, territorial, insular y marítimo en el litigio con Belice, para lo cual deberá adjuntar las pruebas que lo sustente.
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En ese sentido, la Cancillería respondió a Prensa Libre por medio de su oficina de Comunicación, que “el pueblo de Guatemala puede estar seguro de que en la memoria (demanda), se reclaman todos los derechos heredados de España al momento de la independencia en 1821”.
“De esta manera se da cumplimiento a lo que estipula el artículo 19, de las disposiciones transitorias de la Constitución Política de la República de Guatemala y al mandato del pueblo manifestado en la consulta popular que se llevó a cabo el 15 de abril del 2018”, añadió.
Proceso
Una vez que Guatemala entregó la demanda o memoria, La Haya otorgará un plazo a Belice hasta junio de 2022 para presentar su contra memoria. Guatemala posteriormente tendrá seis meses para un réplica y Belice otros seis meses luego para una dúplica.
Posteriormente habrá un espacio para argumentos orales.
Por ahora, la demanda no es pública. La Cancillería precisó que la Corte decidirá qué partes de los alegatos y documentos anexos podrán ser accesibles.
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El equipo
Guatemala se apoyó en los siguientes profesionales para ganar el diferendo territorial:
- Alain Pellet, jurista francés que conoce el caso desde hace 20 años, ex presidente de la Comisión de Derecho Internacional de las Naciones Unidas.
- Rodman Bundy, con más de 35 años de experiencia como abogado y defensor en litigios de derecho internacional público de alto perfil; en 2013 fue reconocido como el mejor abogado de litigios de Francia.
- Alina Mirón, abogada rumano-francesa, profesora de Derecho Internacional, experta en Derecho Marítimo.
- Inglés Sir Michael Wood, ha litigado para muchos gobiernos en casos ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), la Corte Europea de Derechos Humanos (ECHR) y el Tribunal Internacional del Derecho del Mar.
- Argentino Marcelo Kohen, profesor de Derecho Internacional en el Instituto de Altos Estudios Internacionales y del Desarrollo de Ginebra, Suiza, miembro titular y secretario general del Institut de Droit International (institución laureada Premio Nobel de la Paz).
- El equipo guatemalteco está integrado por abogados, historiadores, archivistas, traductores, diplomáticos y paleógrafos.
El caso
El litigio, que este martes llega a uno de sus puntos más importantes, se remonta a principios del siglo 19, cuando Guatemala cedió el territorio de Belice a Inglaterra a cambio de la promesa de la construcción de una carretera hacia el Mar Caribe, ofrecimiento que nunca se cumplió.
Posteriormente, los británicos ofrecieron el pago de 50 mil libras esterlinas para que Guatemala construyera su propia carretera, acuerdo que tampoco honró. Así, en 1946, el Congreso guatemalteco anuló ese convenio.
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Los años pasaron hasta que, en 1991, Guatemala reconoció la independencia de Belice, pero nunca aceptó las fronteras, por lo cual continúa con el reclamo de unos 11 mil kilómetros cuadrados, casi la mitad del territorio beliceño.
Cancillería guatemalteca
El impase continuó hasta que en diciembre del 2008, durante el gobierno de Álvaro Colom, ambos gobiernos firmaron un histórico acuerdo para dejar que la CIJ resolviera el diferendo territorial, siempre y cuando los pueblos, mediante consultas populares, lo avalaran.
Fue Guatemala el primero de los países en llevar a cabo el referendo, el 18 de abril del 2018, en el cual el sí en favor de llevar el litigio a la CIJ ganó con el 95% de los sufragios.
En mayo del 2019 fue el turno de Belice. Aunque el resultado fue más apretado, también ganó el sí con el 55% de los votos válidos.
Qué viene
El exembajador Roberto Palomo, quien fue el jefe de la comisión que negoció y firmó en 2008 el Acuerdo Especial con Belice, no duda en afirmar que la demanda a presentarse ante la CIJ es un “momento histórico para Guatemala” porque representa el inicio del juicio que solucionará de una vez por todas el diferendo territorial.
Destacó que el litigio, que contempla la demanda de Guatemala, respuestas y contra respuestas, así como una fase de juicio oral, podría tardar de cinco a seis años; sin embargo, destacó que, aunque pueda parecer mucho tiempo, lo importante es que en la Corte “los plazos son serios y se respetan”.
“La gran ventaja es que ante la Corte los plazos se respetan plenamente”, aseveró Palomo. Pese a que existe un mecanismo para que un estado inconforme apele una resolución, el exembajador, asevera que esto no ocurrirá en este proceso porque ambos países se comprometieron en el Acuerdo Especial a aceptar la sentencia de la CIJ.
Soluciones
Al hablar de qué puede esperar Guatemala del litigio, Palomo reconoce que es “bastante complejo tratar de adivinar cómo será la sentencia”; no obstante, considera que esta solucionará los reclamos históricos de Guatemala.
“Yo creo que hay cosas que se van a rectificar”, por ejemplo, en las fronteras no reconocidas hay algunas delimitaciones que se fijaron con unos cálculos incorrectos, “y por lo menos esa rectificación se va a dar”, considera el exembajador.
Otro aspecto importante, agrega, es el que se decida con claridad “todo el tema del mar” para tener a certeza de que Guatemala cuente con un mar territorial.
“Cuánto territorio va a perder Belice, ese es el gran tema. Guatemala necesita una zona económica exclusiva, una plataforma continental, un trazado de líneas rectas y que se cree un mar territorial y que se delimite el Golfo de Honduras, eso tiene que salir de ahí —de la resolución de la Corte —”, agregó Palomo.
Diferentes analistas coinciden en que la incertidumbre que se vive en la zona de adyacencia causa un retraso en el desarrollo de las comunidades, tanto guatemaltecas como beliceñas; además, el diferendo territorial ha sido causa de tragedias, puesto que varios campesinos peteneros han muerto a manos de soldados de Belice cuando se internan en las zonas en litigio que estos consideran como suyas.