Los discursos de los dos presidentes de organismos del Estado hicieron alusión a la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig), pese a que el mandato de esta entidad finalizó el 3 de septiembre.
Estas palabras; sin embargo, reflejan un falso triunfalismo y revelan temor, asegura el semiólogo y catedrático universitario Carlos Velásquez.
“Es algo como decir: ¿Quién dijo miedo? detrás de un árbol”, indica el experto.
Arzú Escobar dijo en su alocución que se intentó robar la independencia a los guatemaltecos y por eso “hoy es imperativo hacer justicia, pero eso es algo que nadie puede hacer por nosotros, debemos detener y, si es el caso, castigar con la Ley a los artífices de la división, tanto a los externos y a sus agentes internos”.
Según el presidente del Congreso, “habrá justicia y eso solo puede significar una cosa, se identificarán a todos aquellos que han abusado del poder que se les concedió, que se aprovecharon de la confianza que se depositó en ellos, que corrompieron, por corrupción y sed de venganza, el sueño de justicia que comenzó en el espíritu de los guatemaltecos”.
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Las amenazas del congresista continuaron al indica que, con la Ley en la mano, “con la verdad como guía, no con mentiras ni amenazas, llegarán ante los tribunales y responderán por haber cometido la más baja de las acciones, traicionar la esperanza del pueblo”.
"Huevones" y "ladrones", así le gritan al presidente Jimmy Morales y al vicepresidente Jafeth Cabrera mientras caminan del Palacio Nacional al Congreso de la República para participar en la sesión solemne por el día de la Independencia @prensa_libre pic.twitter.com/XNUlfAnLrL
— Mariajosé España (@mespana_pl) September 11, 2019
En su discurso, Arzú Escobar también mencionó una manta que colocaron seguidores de Cicig y que dice “nos verán volver”.
“Por supuesto que los veremos volver. Los veremos volver para enfrentar la justicia, para rendir cuentas ante las autoridades nacionales y la sociedad guatemalteca”, afirmó.
Según el presidente del Congreso esto no se hará por revancha, por venganza o por resentimiento u odio, sino porque es justo, correcto y debido “porque sin perdón y justicia no reestableceremos nuestra convivencia fraternal”.
Morales, por su parte, emitió un discurso muy parecido al de Arzú Escobar en el que afirmó que los guatemaltecos deben defender la patria de la invasión extranjera y usó como guía de su discurso el Himno Nacional, el cual explicó estrofa por estrofa.
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“Nadie, nacional o extranjero, puede convertirse en verdugo y profanar nuestra libertad o nuestras leyes”, advirtió, “el que quiera hacerlo será expulsado o castigado, como lo mandan nuestras leyes” y agregó que “algunos prefieren huir y convertirse en prófugo, pero cuando vuelvan serán juzgados y castigados.
Morales aseguró que esas fuerzas “nos querrán avergonzar, nos querrán exhibir, no importando ni siquiera lo que digan nuestras leyes”.
El mandatario dijo que la independencia “ha costado muy cara” y destacó que en el Himno hay una sentencia o amenaza en el “ay de aquél que con ciega locura, sus colores pretenda manchar”, y con ello recordó que en el 2017 hubo un grupo que impidió la izada de la bandera “con violencia y provocaciones” a quienes calificó de una “horda” y como malos guatemaltecos.
“Hemos sido tolerantes, respetuosos, hemos privilegiado el diálogo, pero ¿hasta dónde? Corrimos un riesgo y hasta tuvimos que suspender por seguridad de la Nación el desfile patrio”, se lamentó Morales.
Como parte del discurso, el presidente dijo que “para los guatemaltecos que amamos Guatemala, Guatemala es un altar, por el cual estamos dispuestos a dar vida, familia y honor, y a las pruebas me remito”.
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El funcionario hizo alusión así al caso Botín Registro de la Propiedad, presentado por la Cicig y el Ministerio Público, en el que se señaló a su hijo, José Manuel Morales y su hermano, Samuel Morales, de haber falsificado facturas. El Tribunal Décimo Tercero Penal dictó una sentencia absolutoria en favor de ambos.
Morales también se mostró satisfecho por el fin del mandato de la Cicig y afirmó que “recientemente terminó un capítulo en nuestra historia que dejó muchas enseñanzas”.
Parte de esas enseñanzas, según el mandatario es el recuerdo de “una maquinaria perversa que iba en contra de jueces y magistrados y los declaraba ´de la impunidad”.
Morales dijo que, con esta entidad, quien no estaba de acuerdo se le declaraba “corrupto o parte de un pacto de corruptos”.
Además, hizo alusión al procurador de los Derechos Humanos e indicó “¿Dónde está el que debe pelear por los Derechos Humanos? me gustaría ir con una lámpara buscando al hombre o a la mujer al que se le delegó defender los Derechos Humanos de los guatemaltecos. El que calla otorga, el que no dice es igual de irresponsable, el que invisibiliza una injusticia es cómplice”.
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El presidente finalizó con una petición a las nuevas autoridades: “que esto que pasó no ocurra nunca más en Guatemala”.
Tienen miedo
Lo que denotan los discursos de ambos presidentes es un “falso triunfalismo”, según Velásquez. Se trata, en ambos casos, del discurso del vencedor ensañándose con el vencido, “de quien todavía está atemorizado, porque solo se amenaza cuando hay temor”, indica.
El hecho de amenazar revela que aún hay temor, indica el semiólogo, pues “hay amenaza cuando ya no hay argumento para defenderse”.
Además, el hecho de que los dos discursos sean parecidos, “confirma el pacto de corruptos” porque hay uniformidad en los discursos y los elementos ideológicos que están detrás de estos, señala Velásquez.
Un tercer aspecto analizado por el semiólogo es el discurso “pseudo moralista” de Morales, quien, afirma, “tiene una concepción de la patria basado en valores intangibles”, por eso es que no menciona aspectos reales como la pobreza, el hambre y la muerte de las niñas del Hogar Seguro Virgen de la Asunción”.
“Para él, la patria son valores etéreos, pero no la patria de carne y hueso”.
Con este discurso, dice Velásquez, se evidencia que lo que menos le interesa al mandatario es la situación real de la población.
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