Solo en este decreto, las estimaciones que hizo el CIV —y que fueron aprobadas en la Ley— suman Q5 mil 690 millones, mientras que las adjudicaciones sumaron Q6 mil 232, es decir Q542 millones más.
Al hacer un análisis de los contratos, que según el decreto 21-2022 estaban a cargo de la Dirección General de Caminos (DGC) estos fueron aprobados por montos estimados que suman Q2 mil 889 millones, pero las adjudicaciones se hicieron por Q3 mil 702 millones, Q813 millones adicionales.
Por si eso fuera poco, de acuerdo con un reporte de la oficina de Información Pública de la DGC de fecha 13 de septiembre de este año, a cinco de las adjudicaciones se les ha hecho ajustes que suman a los contratos otros Q161 millones.
Proyectos
Dentro de las obras de infraestructura que más varían entre el monto estimado y el adjudicado está la construcción de un viaducto en Santa Lucía Milpas Altas que se estimó en Q35.8 millones, pero la adjudicación llegó a Q68.3 millones, un 110% más.
También la rehabilitación de la ruta Interamericana hacia occidente, del tramo entre Chimaltenango y Zaragoza, cuya estimación aprobada por el Congreso fue de Q23.9 millones, y la adjudicación se hizo por Q49.8 millones, un incremento del 93%.
El diseño y construcción de otro viaducto, este en el ingreso a Ciudad Satélite, Mixco, había sido proyectado a Q24.7 millones, mientras que el valor del contrato se firmó por Q59.7 millones. En el caso de la rehabilitación de un tramo entre Jocotán y El Florido, en Chiquimula, la diferencia entre uno y otro monto fue de 67%.
El caso del puente Belice II
Un caso emblemático es el de la construcción del puente Belice II. En la ampliación presupuestaria aprobada el año pasado, el Congreso estimó su construcción en Q1 mil 212 millones 750 mil. El contrato se adjudicó a la empresa Grupo Muratori por Q1 mil 785 millones, Q572 millones más, el equivalente al 47%.
El CIV no ha querido dar una explicación o justificación del incremento de este y de todos los contratos que se incluyeron en la Ley, con el argumento de que estas se deben pedir a través de la oficina de Acceso a la Información Pública.
Sin embargo, a criterio de Irene Flores, analista del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (Cien), estas excesivas diferencias, entre lo estimado y adjudicado, pueden atribuirse a un deficiente trabajo de planificación del por parte del CIV.
La analista tampoco descarta que las empresas sobreestimen los costos debido a que el sistema actual de adjudicaciones no fomenta la competencia y el CIV acepta los precios que les ofertan debido a que, en casi todos los concursos solo una empresa participa.
Este mal se repite prácticamente en todo el Estado. Una evaluación efectuada al Sistema Nacional de Compras Públicas (SNCP), dada a conocer en 2019, revisó mil 400 procesos de licitación adjudicados por diversas instituciones, la gran mayoría obras de infraestructura, y en el 90 por ciento de estas solo una empresa presentó oferta.
El estudio elaborado por la Dirección General de Adquisiciones del Estado del Ministerio de Finanzas detalla que, en los procesos de cotización, de cuatro mil 784 que se revisaron, en el 94% solo hubo un oferente. Aunque el análisis fue publicado en 2019, Flores resalta que aún es aplicable para los proyectos que se licitan hoy en día.
La analista resalta que estos números indican que “o se hacen muy malas estimaciones o las empresas están sobrestimando los costos de construcción”.
Añade que, en el caso de la construcción de puente Belice II, los estándares internacionales recomiendan que cuando solo se presenta una empresa a competir en una licitación tan grande, lo más conveniente es repetirla hasta lograr que haya “una puja hacia abajo” en el precio.
“Si participan siete u ocho empresas, ahí uno dice, fue un proceso competitivo. Pero, en este caso —puente Belice II—, no hubo competencia, y Caminos está aceptando adjudicar a la empresa a ciegas, porque ese no es el costo del mercado, sino el de la empresa”, aseveró Flores.
Agregó: “Cuando uno ve estas prácticas, solo puede empezar a generar hipótesis de que ahí hay acuerdos previos y que la unidad ejecutora ya tenía claro a quién le iba a adjudicar, y el precio, por lo tanto, es alto porque la empresa sabe que solo ella va a participar y a ganar la licitación”.
La obra lo vale
Ernesto Guzmán, coordinador del proyecto de construcción del puente Belice II, descartó alguna irregularidad en el proceso de adjudicación y afirmó que la empresa, Grupo Muratori, tiene una amplia trayectoria en el diseño y construcción de puentes y que cuenta con un equipo de ingenieros que se especializaron en el extranjero.
Agregó que desconoce el motivo por el cual no participaron más empresas y rechazó que no haya existido libre competencia, puesto que “fue un proceso abierto donde cualquiera pudo haberse inscrito”.
Además, rechazó que el proyecto haya sido sobrestimado. “Hicimos cálculos, cuantificación, cuantía de materiales y ese fue el costo que sacamos. Nosotros no hubiéramos ofertado ni cerca de Q1 mil 200 millones”, precisó.
Guzmán destacó que la obra “será un ícono para Guatemala”, pues consiste en un puente paralelo de dos pisos, de cinco kilómetros de largo cada uno. Además, se construirán tres pasos a desnivel para acceder al puente o pasar por debajo. Añadió que si algunas empresas no participaron pudo ser porque el valor de la fianza era muy elevado —Q1 millón—.
“Es desmoralizador todo lo que se habla, sobre todo porque Grupo Muratori nunca ha estado expuesto a corrupción ni a ningún problema”, resaltó Guzmán. “Le hemos hecho puentes a las principales empresas de Guatemala, en México, Honduras y El Salvador”.
“Para nosotros ha sido un orgullo haber ganado una obra tan grande, pero con todo el palo que nos dan ha sido desgastante y desmotivador”, subrayó.