“Lamentamos mucho que la Organización de Naciones Unidas, incluyendo la Oficina de la Alta Comisionada, no esté procediendo conforme a su mandato respecto a la situación de Venezuela”, señaló Morales.
Luego continuó: “Estuvimos atentos al informe que presentó la alta comisionada Michelle Bachelet, en el marco del 40 periodo del Consejo de Derechos Humanos en Ginebra sobre la situación de Venezuela. No obstante, consideramos que su informe no evidencia la voluntad y espíritu democrático que debe prevalecer para arribar a una solución definitiva en Venezuela”.
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Asimismo expresó: “Demandamos acciones fuertes, pues consideramos que hasta el momento no ha cumplido con su su mandato a cabalidad en lo que respecta a Venezuela”.
Bachelet condenó el sábado el excesivo uso de la fuerza por parte de las fuerzas de seguridad venezolanas y grupos progubernamentales en las fronteras de Venezuela con Colombia y Brasil, que entonces había causado cuatro muertos y 300 heridos.
La funcionaria dijo que los episodios violentos del viernes y el sábado último han mostrado “escenas deplorables” y pidió al Gobierno venezolano que deje de emplear el uso excesivo de la fuerza contra manifestantes desarmados y ciudadanos comunes.
La alta comisionada también pidió al régimen que frene a los grupos progubernamentales involucrados en los incidentes violentos, muchos de ellos relacionados con el bloqueo por parte de la asistencia humanitaria.
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“El uso de fuerzas paramilitares o parapoliciales tiene una larga y siniestra historia en la región, y es muy alarmante verlas operar de manera tan clara en Venezuela”, señaló Bachelet, quien llamó nuevamente al Gobierno venezolano a impedir “que estos grupos sigan exacerbando una situación ya de por si altamente inflamable”, expresó en un comunicado.
Las declaraciones coinciden con las diferencias que mantiene la administración de Morales con la ONU respecto a la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig), a quien señaló quejas respecto a su trabajo desde 2017 y que, según la versión oficial, no fueron atendidas, que derivó primero en el anuncio de no renovación del mandato de la comisión el 31 de agosto de 2018 y por último el cese unilateral del convenio el 7 de enero de 2019, lo cual está suspendido por la Corte de Constitucionalidad (CC).
Bachelet, por su parte, se ha referido a Guatemala en los últimos dos meses. El 4 de febrero, expresó preocupación por riesgos sobre jueces, fiscales, testigos y defensores de derechos humanos, lo que crea tensiones entre el Ejecutivo y el Judicial guatemalteco. Fue en una reunión informal con representantes del Consejo de Derechos Humanos en Ginebra, donde la delegación guatemalteca respondió que no existen tales tensiones, pero señaló que la tensión obedece a la negativa de António Guterres, secretario General de la ONU, en cambiar al comisionado Iván Velásquez.
Además, el 22 de enero, la alta comisionada también rechazó la propuesta de reforma a la Ley de Reconciliación Nacional que ya se discute en el pleno legislativo y que consideraba que promovían la impunidad.
Ese mismo día, la canciller Sandra Jovel comentó sobre los dos acontecimientos que relacionaban a Guatemala con la ONU. Sobre la Cicig, djio que la ONU “ya aceptó” la decisión de Guatemala y que ese organismo “no tiene por qué opinar o decir que no acepta lo hecho por Guatemala”, y sobre las declaraciones de Bachelet en torno a la Ley de Reconciliación, afirmó que la funcionaria internacional hizo una declaración no acorde y sin consultar antes a Guatemala el por qué de la situación.
Rechaza uso de violencia
Según Morales, para Guatemala, la solución de la crisis de Venezuela “corresponde a los venezolanos”, y subrayó el respeto a los principios de integridad territorial y el principio de no intervención.
“Rechazaremos cualquier solución militar”, destacó, y argumentó que cualquier uso de la fuerza pone en peligro la paz de la región.
También abogó por elecciones “libres, transparentes y justas”, en un proceso que tenga “autoridades legítimas”, con lo que señaló que se necesita un nuevo consejo electoral, y que haya observación internacional y se cumplan con estándares internacionales.
“No perder la esperanza”
El gobernante utilizó la primera parte de su discurso ante el Grupo de Lima para rechazar las acciones del régimen de Nicolás Maduro contra el pueblo venezolano y reconocer al opositor Guaidó.
El presidente guatemalteco también animó a la Asamblea, “único organismo constitucional y legítimamente electo, y liderado por Juan Guaidó”, y al pueblo venezolano, a que “no pierda la esperanza para vencer al régimen que les ha bloqueado su desarrollo”.
“Nuestro pueblo y nuestro Gobierno cree en la libertad de Venezuela y la necesidad de recuperar su democracia”, dijo ante sus homólogos y representantes de la región, para unificar esfuerzos y “decir al mundo que estamos a favor de una solución pacífica que permita a los venezolanos recuperar su Estado, su democracia y su libertad para vivir dignamente” y “a buscar una solución al autoritarismo de Venezuela”.
Sobre el bloqueo a la ayuda humanitaria el fin de semana, que se saldó con muerte, Morales dijo: “Vemos con gran preocupación que el régimen de Nicolás Maduro sigue promoviendo un clima de conflicto para su país y América Latina”, y subrayó que “el cierre de fronteras -hacia Colombia y Brasil, donde la están toneladas de ayuda-, el uso de gas la y perdigones de escopeta eleva la tensión y es una amenaza para la paz, la democracia y la seguridad global”.
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En ese sentido, abogó porque la ayuda humanitaria pueda llegar de manera pacífica en los próximos días y dijo que Guatemala hará lo que esté a su alcance para cooperar directamente.
Sobre el régimen de Maduro, el mandatario guatemalteco expresó que ha propiciado “acciones represivas que ponen en riesgo la seguridad y salud alimentaria de los venezolanos”.
También informó que Guatemala suspendió la cooperación militar con Venezuela y alertó al sistema financiero guatemalteco para que evite operaciones con funcionarios de alto rango y compañías del régimen, y que, de ser necesario, congele dinero y otros activos.
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La reunión
El Grupo de Lima es una alianza de 13 Estados Latinoamericanos y Canadá creada en 2017 para promover una salida a la crisis venezolana.
La reunión de hoy tiene particular interés por la presencia de Pence, que ha insistido en reconocer a Guaidó y el apoyo de su país, con todas las opciones sobre la mesa, para restablecer el orden democrático en Venezuela.
“En el Grupo de Lima luchamos para que esa solución se dé en forma pacífica”, dijo el vicecanciller de Perú, Hugo de Zela, en la apertura de las deliberaciones.
En esta reunión no participan cuatro países miembros del grupo: México, Costa Rica, Guyana y Santa Lucía, según informó la cancillería colombiana.
Reconocido por medio centenar de gobiernos como presidente encargado de Venezuela, Guaidó, que está en Colombia desde el viernes, pidió “dejar abiertas todas las opciones” contra Maduro luego de la frustrada operación del fin de semana que buscaba llevar asistencia básica a los venezolanos golpeados por la escasez de alimentos y medicinas, y que derivó en violentos disturbios.
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