Las cifras oficiales reflejan el problema. Datos del Observatorio de la Mujer, del Ministerio Público (MP) contabilizan en los meses que van del 2021, 57 mil 899 víctimas. Además, en lo que va del año se reportan 230 denuncias diarias y 466 víctimas por presunto femicidio, según las cifras del ente investigador.
No obstante, las respuestas legislativas no llegan. La diputada Andrea Villagrán informó que en la dirección legislativa el Congreso acumula más de cien iniciativas relacionadas con leyes a favor de la mujer archivadas. Pocas llegan a la Comisión de la Mujer y ninguna ha sido dictaminada.
“El trabajo que realiza el Congreso a favor de los derechos de las mujeres es mediocre, hay una agenda impulsada por las organizaciones de mujeres que se socializó antes de asumir —en el 2020—, se compartió con todos los partidos políticos una vez electos, hasta se firmaron cartas de compromiso pero esa agenda quedó estancada”, lamentó la congresista.
La Junta Directiva del Congreso podría agilizar la congestionada agenda a favor de la mujer con tan solo incluirlas en las lecturas previas de cada plenaria, pero las iniciativas ni siquiera consiguen ese espacio.
Este año, la Directiva asignó la Comisión de la Mujer a la bancada Victoria, que designó al diputado Manuel Rivera como presidente. Él admite que a la mayoría de sus colegas no les interesa la protección de la mujer en esa sala legislativa.
“Estamos en un Congreso complejo, complicado, donde caminar no es fácil, proponer iniciativas no es fácil, es un Congreso que está totalmente parado y no solo en la legislación para las mujeres, sino en muchísimos otros temas. Son 16 decretos para un año legislativo es poco, y en el avance de temas de mujeres, nada”, reconoció Rivera.
No es prioridad
De 160 diputados que integran la novena legislatura tan solo 31 son mujeres, es decir el 19.38% del Congreso, esa poca representatividad, a opinión de Karla Campos, investigadora del Grupo de Apoyo Mutuo (GAM), puede incidir para que no se impulse una agenda a favor de las mujeres.
“No hay una paridad entre hombres y mujeres dentro del Congreso, y esto podría ser una de las razones por las que al Congreso no le interesa el tema de las mujeres (…) los intereses de todas las legislaturas que han habido a lo largo de los años han demostrado que el tema de la violencia contra la mujer no es relevante para ellos”, precisó la investigadora.
Ese desinterés también lo percibe Geidy de Mata, analista política del Instituto de Problemas Nacionales de la Usac (Ipnusac), quien ve cómo la deuda política a favor de niñas y mujeres es histórica.
“Acá se evidencia que para el Congreso de la República no es prioridad trabajar por los derechos fundamentales, particularmente los económicos, culturales y sociales, porque aún prevalece la desigualdad, la exclusión, principalmente de las mujeres. Esto lo que hace es que provoca violencia y hasta un incremento del poder de grupos organizados que vienen atacando los derechos humanos en Guatemala”, señaló.
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Las reformas
Las estadísticas que revelan la vulnerabilidad de las niñas y las mujeres en Guatemala demuestran una realidad que no es abordada, por ello a criterio de expertas, el Congreso debe priorizar leyes que ayuden a dar seguridad.
“Las reformas que dan vida a la alerta Isabel-Claudina serían muy importantes, porque la ley ya está puesta en marcha, ha surtido algunos efectos pero hacen falta algunas mejoras, incluir a otras instituciones, esta podría ser prioridad para que el Congreso comience a dar pasos y demuestre interés para atacar la violencia contra la mujer”, agregó Campos.
Otros de los proyectos que deberían de ser priorizados son aquellos que buscan atacar el acoso callejero y evitar el chantaje con fines sexuales en las redes sociales, pero los temas tan solo se utilizan como banderas de discursos políticos, dice Claudia Hernández, directora de Fundación Sobrevivientes.
“Cuando se deben de tomar temas prioritarios para la defensa y protección de los derechos humanos de las mujeres y las niñas no vemos que caminen, solo se suman a las iniciativas en ciertos contextos, como ahora, en el marco del 25 de noviembre, o del 8 de marzo —Día de la Mujer—, que son días conmemorativos, en ese momento presentan iniciativas, pero el problema es la continuidad para seguirlas y aprobarlas”, resaltó.
Expectativa
En 2022, por tercera ocasión en la historia democrática de Guatemala, una mujer va a liderar el Organismo Legislativo.
Arabella Castro y Catalina Soberanis ya lideraron ese órgano político, y a partir del 14 de enero le tocará a la oficialista Shirley Rivera. Esto podría renovar las esperanzas en impulsar más leyes a favor de la mujer.
Se intentó obtener la postura de Rivera y los planes de trabajo para el próximo año, pero no respondió a llamadas ni mensajes a su teléfono celular.