La séptima legislatura marcó la pauta, en 2012. Aunque la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) logró 40 diputados, 11 se separaron el mismo 14 de enero, cuando serían juramentados. Los tránsfugas fueron liderados por el exdiputado Roberto Alejos, y formaron la “bancada de las corbatas moradas”, que luego se convertiría en el bloque Todos.
La práctica se repitió este año. Aunque la población determinó que Libertad Democrática Renovada (Líder) estaría representada por 45 congresistas, más de la mitad renunciaron para integrar el Movimiento Progresista, el cual, irónicamente, desapareció pocos días después, también debido al transfuguismo.
Luego de varias renuncias y adiciones de diputados, Líder terminó con cuatro congresistas. De esa bancada renunció hasta Salvador Baldizón —hermano de quien se postuló a la Presidencia por esa agrupación política— y ahora es independiente.
Lucha por el poder
Aunque una de las principales promesas de campaña del partido FCN-nación fue rechazar viejas prácticas no tardó mucho tiempo en comenzar a sumar tránsfugas.
En medio de un cúmulo de críticas y rechazo, Javier Hernández, jefe del Frente de Convergencia Nacional (FCN-Nación), justificó la ruptura de la promesa con el argumento de haber quedado fuera de decisiones importantes dentro del Congreso.
FCN-Nación logró en las urnas 11 diputados; ahora tiene 37, y se convirtió en la bancada mayoritaria. “Nos interesa el número”, aseguró en varias oportunidades Hernández, quien indicó que no le era significativo el perfil de los diputados que iba a sumar a su bloque.
Según el jefe de la bancada oficialista, tener pocos congresistas los dejó fuera de la Directiva y de las presidencias de las comisiones legislativas. Con más diputados tendrían más poder, incluso para influir en la agenda parlamentaria.
Pacto
Aunque el lunes —último día para cambiar de bando sin castigo— se esperaba que un número mayor de congresistas se mudara de bancada, solo dos lo hicieron. Luis Rabbé dejó Líder y se sumó a Alianza Ciudadana (AC), y Sandra Cruz abandonó esa bancada para mudarse a FCN-Nación.
Los cambios generaron sorpresa, pero porque hubo un pacto entre las bancadas para ya no quitarse más diputados, el cual no respetó FCN-Nación, y que por poco elimina a AC.
Marvin Orellana, subjefe de ese bloque, aseguró: “En algún momento hubo acuerdo de subsistencia. En un principio se hizo con el Movimiento Reformador (MR), la UNE y con FCN se buscó; pero en los últimos días se llevaron tres de los nuestros. Así es la política”.
Orellana explicó que muchos de sus diputados se fueron porque FCN-Nación les ofreció poder local. “Mucho diputado sueña con estar en un partido de gobierno”, manifestó.
El subjefe de AC explicó: Poder local significa “tener injerencia en las decisiones de las instituciones de los departamentos; háblese de Educación, Salud, del Infom —Instituto de Fomento Municipal—”.
De tránsfugas
Desde que la octava legislatura tomó posesión el 14 de enero pasado, la correlación de fuerzas cambió. Tres nuevos bloques surgieron a base de tránsfugas.
Con disidentes del Partido Patriota se formó el MR, el cual se rumora que podría impulsar a Alejandro Sinibaldi como candidato presidencial.
Con desertores de Líder se integraron las bancadas PRO, que ya desapareció, y AC, la cual logró mantenerse a flote con 13 congresistas.
Nuevas reglas
Con las reformas a la Ley Orgánica del Congreso se intenta desestimular el transfuguismo. Aunque los diputados podrán renunciar a su bloque, ya no podrán sumarse a uno nuevo.
El congresista que renuncie también lo hará a sus espacios dentro del Congreso. Es decir, si era presidente de una comisión de trabajo o integraba la Junta Directiva, deberá renunciar a esos cargos y el bloque al que pertenecía nombrará a un sustituto.
En cifras
Según registros de la Dirección Legislativa del Congreso, 70 diputados cambiaron de bancada en al menos una oportunidad; la mayoría de ellos son de primer ingreso, e integraban las bancadas del PP y Líder.
El diputado que más ha cambiado en esta legislatura es Marco Aurelio Pineda, quien ganó con Líder, se pasó a AC, luego a MR y ahora está con FCN-Nación. Empató a Juan Manuel Giordano, quien en la legislatura anterior mutó de partido la misma cantidad de veces, aunque este, con el actual ciclo, ya lleva seis cambios.
El partido de gobierno sumó, en su mayoría, a congresistas de Líder. Hasta el momento, el único legislador independiente es Baldizón.
Gustavo Medrano y Ana Victoria Hernández son tránsfugas arrepentidos, pues aunque renunciaron a la bancada por la que fueron electos, después regresaron.
Rechazan práctica
Amílcar Pop, jefe de Winaq, aseguró que al terminarse el transfuguismo se establecerá un ambiente saludable al ejercicio político del país, pero lamentó que en los últimos tres meses se evidenció la lógica de negociación de intereses de los parlamentarios.
El presidente del Congreso, Mario Taracena, aplaudió que “al fin” se terminara el plazo para el transfuguismo.
“Me están preparando un cuadro para ver cómo queda el reacomodo de fuerzas”, indicó.
Leonel Lira, de Encuentro por Guatemala, lamentó la práctica que se había dado, pues “se supone que los diputados que militamos en un partido es porque creemos en él. Si yo me peleara con mi agrupación, en lugar de irme a otra bancada renunciaría a mi curul”.
Orellana consideró que el problema del transfuguismo se debe a la falta de cultura de partidos políticos, como la tienen El Salvador y México.
“En Guatemala, las agrupaciones surgen y mueren, y seguirá así mientras no se invierta en formación política, porque no hay ideologías”, puntualizó el legislador.
La última en irse
La diputada por Huehuetenango Sandra Ester Cruz Ramírez se convirtió en la última tránsfuga al fenecer el plazo para esta práctica. Según la Dirección Legislativa, su carta ingresó a las 23 horas con 35 minutos del lunes, cuando venció el plazo para cambiarse de bloque sin castigos.
Cruz fue electa por el Partido Patriota, pero luego se sumó a Alianza Ciudadana, donde estuvo hasta el lunes, cuando optó por FCN-Nación.
La congresista integra las comisiones de Juventud, Asuntos Municipales y de Educación, y no preside ninguna.
Ella no fue la única en dejar a última hora su cambio; también lo hizo Luis Rabbé, quien presentó su carta de integración a AC a las 20 horas con 40 minutos.
Rabbé, quien el año pasado fungió como presidente del Congreso, ganó la curul con el partido Líder, pero nunca se consideró de esa agrupación, ya que está afiliado a País.
Algunos no lo dejaron para el último día, pues el viernes pasado cuatro diputados optaron por cambiar de bloque. Uno de ellos fue Claude Harmelin, quien dejó Fuerza, para sumarse al bloque de gobierno.
Hernán Mejía dejó AC para irse a FCN-Nación, adonde también se mudó José Cruz Cutzal y Julio César Longo.
Oliverio García Rodas, quien después de renunciar al PP estuvo varios días como independiente, esperó al viernes para sumarse al MR.
La mayoría de diputados mudaron de bancada un día después de que se aprobaron los cambios a la Ley Orgánica del Congreso, el pasado 4 de febrero.
Las cartas llegaban por montones; hasta ocho renuncias en un día. La mayoría de congresistas se sumaron a la bancada oficialista, pese a las críticas.
Reto para oficialistas
José Carlos Sanabria, politólogo de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asíes), cree que requerirá tiempo analizar cómo afrontarán los partidos la ausencia de cambios, y que FCN-Nación tendrá un difícil desafío, al mantener un bloque con muchos intereses.
El politólogo aseguró: “Los partidos se pondrán a prueba, en especial los mecanismos internos para tomar decisiones; eso les permitirá identificar cuánta cohesión e identidad partidaria tienen realmente, pues muchos bloques se configuraron con base en intereses coyunturales”.
La correlación de fuerzas en el Congreso será un desafío, indicó Sanabria, pues si bien FCN-Nación tiene mayor cifra de diputados, no reúne los votos suficientes para impulsar los temas que le interesan y deberá buscar pactos o aliados.
Además a ello se suma que el presidente Jimmy Morales opinó, el domingo, que debían tener “calidad” y no cantidad de diputados, pero ello al parecer no fue escuchado. “Tendrán que generar identidad y consolidarse, pues “es un bloque fragmentado, con muchos intereses, y eso podría debilitarlo”, finalizó Sanabria.