Lemus fue, hasta el pasado 29 de junio, ministro de Comunicaciones, y estuvo en el ojo público al final del año pasado por la supuesta desaparición de Q135 millones que fueron transferidos con firmas falsificadas del presupuesto de la Dirección General de Caminos.
“Creo que hemos cumplido con la función en la que fuimos designados en una etapa de transición del país, en medio de una pandemia del covid-19 y de las tormentas que afectaron al país. Pudimos atender y responder a las emergencias, recuperamos infraestructura vial; pero, sobre todo, también es necesario y justo honrar el voto que tuve de los ciudadanos de Quiché y, por lo mismo, regreso al Congreso, donde espero seguir apoyando”, explicó a su ingreso en el hemiciclo.
Lemus tiene una relación estrecha con el mandatario Alejandro Giammattei. Fue uno de los financistas de la campaña y aportó un caudal representativo de votos de Quiché, donde es conocido por su trayectoria como empresario de la construcción y contratista del Estado, razón por la que en el 2016 no pudo ocupar un escaño en el Legislativo ganado con la Unidad Nacional de la Esperanza.
En el Congreso, sus colegas ya lo reconocen como “el bingotón millonario”, como referencia a un personaje de lotería que repartía dinero y él, según aseguran diputados, llegó ofreciendo dinero a cambio de apoyo.
Refuerzo de la alianza
Conocedores de la dinámica legislativa consideran que el rol que desempeñó el congresista al frente de Comunicaciones puede ser de utilidad para tener éxito en votaciones clave.
Aprobación de estados de excepción, un proyecto de presupuesto para el 2022 –los últimos dos años no se ha aprobado– y hasta la nueva Junta Directiva que le permita al Ejecutivo trabajar con la misma coordinación de los últimos dos años.
“Su paso sería para ayudar a reforzar la unidad que tiene el oficialismo en el Congreso, pero también hay un interés personal: mejor deja el Ministerio, que ya está generando nuevamente ciertos problemas, y se va a la tranquilidad que a veces puede generar cierta curul, para que se acuerpe más entre el resto de los diputados y su bancada”, explicó Hans Quevedo, analista independiente y docente universitario.
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¿Relevo de liderazgos?
Aunque algunas corrientes a lo interno del Congreso identifican a Josué Edmundo Lemus como el nuevo candidato oficialista para la próxima presidencia del Congreso, él parlamentario lo desmiente.
“Vamos a trabajar en la bancada y ver la forma en que podamos seguir sumando siempre en los proyectos que sean de beneficio para la población. Yo vengo a hacer aquí un trabajo legislativo, a apoyar a mis compañeros de bloque; en esto vamos a estar enfocados”, respondió Lemus sobre su posible candidatura.
El tiempo se encargará de confirmar la postura de Lemus o contradecirlo. A la luz de las circunstancias, algunos ven probable que pelee al menos por un puesto directivo.
“Él podría ocupar un rol relevante dentro de la bancada, llenar algunos espacios de liderazgo o suplir a otros que puedan darse dentro de la bancada, o la misma alianza oficialista que ha ido armando a lo largo de esta legislatura”, señaló Fernando Ixpanel, analista de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asíes).
Por ahora, las fuerzas están divididas. El oficialismo pareciera no tener problema en apoyar a Lemus, como persona cercana al gobernante; sin embargo, algunos bloques aliados están cómodos con la presidencia de Allan Rodríguez en los últimos dos años y cómo ha respondido a presiones externas y se ha mantenido firme en los intereses y pactos establecidos. Otro grupo de aliados, por el contrario, sí ven una presidencia gastada y ven con buenos ojos una renovación.
Medio año del Congreso
La actual legislatura ha recibido críticas por la poca emisión de leyes y temas prioritarios durante este año. Parte de esta responsabilidad se le atribuye a los diputados de la Junta Directiva, en especial su presidente Rodríguez.
Algunos jefes de bloques afines al oficialismo coinciden en que la pandemia sigue complicando el trabajo parlamentario, y aunque existan algunas equivocaciones desde la Junta Directiva y su presidente, les mantienen el respaldo.
“Al igual que todas las juntas directivas, tienen sus errores, pero también sus aciertos. El presidente Allan Rodríguez es un buen presidente, ha luchado porque se mantenga la república en Guatemala, es un presidente que ha estado ahí”, resaltó Napoleón Rojas, jefe de bloque de la Unión del Cambio Nacional (UCN).
José Alejandro de León, jefe de Podemos, también respaldó el trabajo de la Junta Directiva y de Rodríguez. “Yo hablaría del Congreso como tal. La responsabilidad y temas que no han llegado han salido adelante, definir o determinar algo aún nos queda este segundo semestre para que cada uno de los bloques pueda aportar su granito de arena”.
Quien no opina de la misma manera es el diputado Rudio Lecsan Mérida, jefe de bloque del Partido Humanista, bancada afín de la alianza oficialista y que ha respaldado con sus votaciones a la facción mayoritaria del Congreso.
“Se lo voy a resumir sencillo. Él —Rodríguez— está pasando el agua. Creo que si bien es cierto tenemos todavía secuencias de la pandemia, no hemos avanzado en algunos temas; aunque reconozco sus esfuerzos, creo que hace falta algo más para sacar los temas que necesita el país. Mire cuántos decretos llevamos. No nos debemos de regir por eso, pero creo que necesitamos algo más productivo”, refirió.