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¿Cuántas guatemaltecas tienen ingresos propios? (y las dificultades que han sorteado para alcanzar su desarrollo)

Las adversidades han servido de palanca a muchas mujeres que a diario luchan por salir adelante.

Mujeres guatemaltecas

Mujeres guatemaltecas

Aún hay temas pendientes para que las guatemaltecas alcancen condiciones de trabajo plenas en Guatemala, según varias organizaciones sociales que trabajan a favor de la mujer.

Este año, pese a que muchas han tenido que “nadar contra corriente”, han expuesto su talento, buscar estabilidad económica e, incluso, ayudar a mujeres que sufren tratos inhumanos en puestos de empleo.

La mayoría de edad no es necesaria para comenzar a trabajar en el país, según los datos del XII Censo Nacional de Población y Vivienda,  del 2018. El estudio señala que en ese entonces más de cinco millones de  mujeres mayores de 15 años eran parte de la Población Económicamente Activa (PEA), así como más de un millón  de 7 a 14 años.

Cada trabajadora tiene una historia. Y aunque para algunas no ha sido fácil, la dedicación y pasión les han permitido llevar el sustento a casa y sentirse orgullosas de ser trabajadoras.

“Doblemente duro”

Las mujeres guatemaltecas han demostrado que son capaces de cumplir cualquier tarea. Se desempeñan como parte de la seguridad ciudadana, cuerpos de socorro, muchas destacan en las ciencias y otras, en  las artes.

Pamela Guinea produce cine desde hace casi 20 años. Ha ganado espacio poco a poco en un campo que antes “era solo para hombres”. Ahora es directora.

“Es bastante difícil que mujeres ocupemos espacios de dirección, coordinación o dirección porque los rodajes son intensos y están pensados para hombres, a mujeres que somos mamás se nos complica todavía más”, comentó.

Guinea comenzó en el mundo editorial, pero esa fascinación que le daba “contar historias” la llevó a prepararse en el campo cinematográfico.

Sus producciones han sido realizadas en Guatemala, México y otros países. Pero el camino no ha sido fácil. “Nos toca doblemente duro y es algo que hay que empezar a dialogar porque necesitamos paternidades más responsables y trabajos más seguros”.

La directora de cine decidió en el 2018 comenzar a impulsar el trabajo de otras colegas y así se hizo coordinadora general de la Muestra de Cine Hecho Por Mujeres.

“Nosotros al hacer la muestra de cine hecho por mujeres nos dábamos cuenta de que hay pocas películas hechas por mujeres centroamericanas y dijimos: Bueno, hagamos un taller donde impulsemos a más mujeres a contar sus propias historias, a perder ese miedo, a trabajar en un espacio seguro y acompañarlas”.

Así nació la idea del Laboratorio de Creación Cinematográfica Por y Para Mujeres, espacio que lleva dos años formando a las mujeres en el mundo de la cinematografía.

“La mujer tiene una mirada muy distinta, no es pensar en una competencia de hombres contra mujeres o que hay diferencias entre el tipo de cine que se hace, pero sí hay miradas distintas, sensibilidades distintas y es lo que nos pareció importante rescatar en una muestra de cine”, subrayó.

Las mujeres interesadas en dar a conocer un proyecto o mejorar su técnica de dirección pueden encontrar la organización en  redes sociales, donde publican convocatorias.

“Hay de todo un poco, pero también temas muy relacionados que nos afectan a nosotras las mujeres. Por ejemplo, el embarazo, la maternidad, la violencia sexual, la violencia en general, la identidad… Hay ciertas cosas que son más profundas, que antes nos las contaban los hombres”, indicó Guinea.

Pocas oportunidades

Tener estudios y preparación  no es una garantía para conseguir un empleo digno. Del 2010 al 2019 se han reducido las oportunidades laborales para las mujeres.

La organización Alas de Mariposa  maneja el dato de que el 60 por ciento de las guatemaltecas no tiene ingresos propios. Y aquellas que encuentran un espacio para trabajar se enfrentan a la discriminación, según la organización, que señala una brecha salarial de 12 por ciento en los mismos puestos cuando los ocupan hombres.

Estas y otras situaciones son reportadas ante  juzgados laborales. Datos del Centro de Información Desarrollo y Estadísticas del Organismo Judicial (Cidej) refieren que  37 mil 152 casos nuevos fueron planteados del 2019 al 2021.

Las estadísticas del Organismo Judicial (OJ) no están desglosadas, por lo que no se puede identificar cuántas  demandas laborales corresponden a mujeres.

De acuerdo con el Sindicato de Trabajadoras Domésticas, de Maquila, Nexas y Conexas (Sitradom), en las demandas laborales no siempre se responde a favor la víctima porque muchos empleadores son personas de poder.

Según los datos del Cidej,  13 mil 356 sentencias emitidas en los últimos tres años se declararon con lugar; tres mil 404, con lugar de manera parcial; 157, parcialmente sin lugar, y tres mil 489, sin lugar.

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“Vendía pasteles”

Algunas mujeres comenzaron a tener ingresos en la economía informal cuando eran  niñas o adolescentes, muchas se sintieron “a prueba” cuando se convirtieron en madres.

Eso  le ocurrió a Marci Ramírez,  originaria de San Marcos, que desde que tenía 5 años se mudó con sus padres a Villa Canales. Ahora, con  35 años, es madre de dos pequeñas y enviudó en enero del 2021.

La pandemia no fue la responsable de que su familia se fragmentara. Su esposo fue diagnosticado con cáncer de páncreas y  fue perdiendo las fuerzas hasta que la enfermedad le arrebató la vida.

Antes de que la enfermedad de su pareja apareciera, ella decidió aprender algo nuevo y comenzó cursos de repostería. En ese momento era  pasatiempo.

“Mi esposo resultó con cáncer en el páncreas. Eso me quitó las ganas de aprender. Pero en enero del año pasado mi esposo fallece por el cáncer y yo tengo dos nenas. Eso fue mi motivación para emprender. Comencé en marzo con los conocimientos adquiridos;  vendía pasteles de casa en casa”.

“Mi primera idea fue emprender. Por la pandemia,  buscar un empleo era exponer a las niñas y yo no tenía ni siquiera con quién dejarlas; lo más fácil fue usar este conocimiento”, comentó.

Un año antes  su esposo   le compró  lo necesario para los cursos, que después sería vital para la sobrevivencia de su familia.

Expresó: “En todo el 2020 mi esposo me compró cosas para la repostería, todos los moldes. Cuando fallece me deja todo un patrimonio, incluso ya compramos una estufa y una refrigeradora para poder trabajar mejor desde casa”.

Ramírez aún tiene miedo a veces, pero el deseo por dar una buena calidad de vida a sus hijas es el motor que la impulsa para seguir adelante con su emprendimiento.

 Violaciones laborales

Aunque hay victorias no todo es color de rosa para las guatemaltecas que trabajan. Aún ocurren  violaciones laborales en algunos sectores.

Las trabajadoras domésticas en ocasiones  cumplen jornadas de 14 a 16 horas, con un pago que no se acerca al salario mínimo y  desprotección médica, según el Sitradom.

Este gremio calcula que  280 mil niñas, adolescentes, mujeres y ancianas se ganan la vida con trabajo doméstico.

Los bajos salarios y la extensa jornada no es  nuevo, según el sindicato, ya que históricamente este grupo ha sido visto como el más vulnerable porque a la sociedad “no le importa”.

Pese a ese escenario desalentador, las mujeres nadan contra corriente para conseguir mejores oportunidades de trabajo, elevar sus condiciones de vida y dar a sus hijos las oportunidades que ellas no tuvieron.

 Sin apoyo

Trabajar en una casa no es solo lavar y planchar. Algunas  mujeres tienen que soportar humillaciones, maltratos y en ocasiones hasta agresiones físicas, según recuerda Fidelia Castellanos Hernández.

Con 59 años y originaria de Santa Lucía Cotzumalguapa,  Escuintla, llegó a la capital cuando tenía 9 años, con  su mamá.

Ambas escaparon de su casa. Hernández recuerda que su padre era un hombre agresivo, y la víctima de esa violencia, casi siempre, era su mamá. Al llegar a la ciudad solo les quedó  trabajar.

“Ay Dios…, yo recibía de pago Q5 al mes, mi mamá ganaba Q12”. La progenitora de Hernández no tenía estudios y ella  era una niña, pero decidió  ayudar con los gastos de la casa y comenzó a trabajar en quehaceres domésticos.

“Yo trabajé desde los 9 años; épocas trabajaba y épocas estudiaba un poquito, porque tenía que ayudar a mi mamá. Se me complicó todo porque yo quería ser una profesional, pero no pude”, relató.

Aunque ya tenía responsabilidades de adulta seguía siendo una niña, pero cada momento de distracción para ella significaba  una paliza.

“Cuando era pequeña mis patrones me pegaban. En ese entonces estaban las películas de Cantinflas. A mí me gustaban… Yo me quedaba viendo un ratito y de un manotazo me volteaban la cara para que fuera a mi quehacer”.

En la actualidad, lavar y planchar ya no es su único empleo, es una de las fundadoras de Sitradom, desde donde ha visto que persiste abuso hacía las empleadas domésticas.

Han recibido expedientes de mujeres que reciben Q500 al mes y que sufren abusos, en la mayoría de casos las agresiones son cometidas por otra mujer.

“La situación todavía está mal porque las empleadoras no  apoyan a las trabajadoras domésticas, porque les tocamos el bolsillo”, dijo Hernández.

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 Camino por recorrer

El trabajo más accesible para una niña, adolescente o mujer de provincia que llega a la capital, sin estudios ni familiares, es desempeñarse como empleada doméstica.

Este  trabajo es accesible y sin supervisión pública, por eso hay mayores abusos laborales, señaló Floridalma Contreras Vázquez, secretaria del sindicato.

“Hemos llevado casos de muchos funcionarios y abogados, personas que tienen dinero pagándole Q1 mil 200 de salario y sin más las despiden. Muchos piensan que una trabajadora es una esclava o una sirvienta, la gente no quiere reconocer que la trabajadora doméstica es un ser humano que aporta a  la economía del país”, manifestó Contreras.

Érika Belén, directora de temas  de  Mujer de la Municipalidad de Villa Canales, señaló que en 2021 capacitaron a 700 mujeres, muchas de las cuales quedaron sin empleo por la pandemia y los pocos puestos ofrecían salarios muy alejados de las condiciones mínimas.

“Hemos capacitado a mujeres en diferentes destrezas como gastronomía, repostería, panadería, corte y confección, manualidades con bisutería, cursos para que las mujeres no solo busquen un empleo sino espacios e impulsen sus propios negocios”, explicó.

Ya que el 2022 es un año preelectoral, “no es de extrañarse que muchos diputados y políticos en general, que han ignorado por años los problemas de las mujeres, aparezcan”, según Lindsay Tillit, analista política de la asociación Alas de Mariposa.

“Los años preelectorales y electorales se utilizan para clientelismo, utilizan todos los recursos para la compra de votos y es un riesgo grande, nadie vigila la fiscalización de programas y se los dan a los alcaldes para ellos garantizar el voto, algo preocupante”.

Hoy es el Día Internacional del Trabajo y muchas mujeres saldrán a las calles a pronunciarse por las malas condiciones laborales que Guatemala les ofrece, una demanda social que lleva décadas.

Pero las  historias de estas tres mujeres, que forman parte de más de cinco millones de mujeres trabajadoras en Guatemala, confirman que es posible cambiar esas  condiciones, comenzar una independencia económica y cumplir objetivos profesionales.

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 Deuda política

Organizaciones sociales han identificado que la novena legislatura del Congreso no ha priorizado leyes a favor de la mujer, sino que impulsan proyectos que atentan contra sus derechos humanos.

Las entidades aún recuerdan la manera en que se aprobó la Ley Para la Protección de la Vida y la Familia el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, aunque días después el decreto fue archivado por ser inconstitucional.

Las organizaciones indicaron que hay tres iniciativas de ley que no caminan en del Congreso, que podrían mejorar los escenarios laborales para  mujeres guatemaltecas.

Trabajo doméstico

Hace cinco años que la iniciativa 4981 llegó a segunda lectura. Busca la ratificación de un convenio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), con la ley de trabajo decente para las trabajadoras y los trabajadores domésticos.

Este proyecto busca que todas las personas que trabajan en  oficios domésticos cuenten con un respaldo legal que dignifique su trabajo y que no los deje   desprotegidos ante un posible despido injustificado.

La normativa contempla que el acuerdo laboral tendrá que ser mediante un contrato que fije las prestaciones de ley: aguinaldo, bono 14, vacaciones  e indemnización.

A finales de marzo organizaciones sociales pidieron, de forma pacífica, la  aprobación de la iniciativa que podría beneficiar a 280 mil trabajadoras.

Independencia

La iniciativa 5452 contiene la propuesta de la ley de desarrollo económico de las mujeres (Leydem). Tiene por objeto ayudar a  mujeres del área rural.

El proyecto se encamina principalmente a mujeres de pueblos originarios para que accedan a semillas, recibir capacitaciones y facilidades para obtener préstamos bancarios.

La iniciativa busca que las mujeres puedan emprender para generar sus propios ingresos económicos, y con esto  ayudar a sus familias, comunidades y aportar en la reactivación económica.

Dicha iniciativa ingresó el 15 de mayo del 2018 al Congreso y tuvo el primer debate el 28 de abril del 2021. En ocasiones ha sido incluida en agenda por solicitud de diputados de oposición, pero no se ha concretado las siguientes etapas parlamentarias.

Sin discriminación

Reformar el decreto 1441,  Código de Trabajo, para eliminar  términos que pueden considerarse discriminatorios para la mujer en el ámbito laboral es el objetivo de la Iniciativa 5888, para que haya igualdad entre la remuneración económica que recibe un hombre y una mujer,  en actividades agrícolas y no agrícolas.

También pretende evitar la discriminación relacionada a etnia, religión y  estado civil. Esta iniciativa considerada a favor de las garantías laborales de la mujer es la más retrasada.

Pese a que ya fue presentada ante la Dirección Legislativa, la Junta Directiva del Congreso no la ha enviado a Comisión, lo que impide el análisis para dictamen,  requisito para que una iniciativa comience los pasos para su aprobación.

ESCRITO POR:

Douglas Cuevas

Periodista de Prensa Libre especializado en temas políticos y del sector justicia, con 15 años de expreiencia en periodismo escrito, televisivo y radial.