Primera advertencia
Todd Robinson, embajador de Estados Unidos en Guatemala, indicó ayer que la decisión del presidente de haber declarado no grato a Iván Velásquez como jefe de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig) podría afectar la ayuda que el país recibe del gobierno estadounidense.
“Después de esta decisión tan lamentable, el gobierno estadounidense tendría que revisar la asistencia económica que brinda a Guatemala”, indicó.
“Me imagino que, aunque no puedo hablar por el Congreso, van a revisar esa decisión después de las acciones de este gobierno”, afirmó Robinson. El diplomático agregó que habrá consecuencias y recordó que en el 2015, cuando el Gobierno y las autoridades lucharon muy fuerte en contra de la corrupción, el Congreso, tanto republicanos como demócratas de su país, respondieron con un paquete bastante amplio de asistencia.
Por aparte, el representante Eliot L. Engel, miembro de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, fijó una postura similar a la de Robinson. “El presidente Morales ha actuado, y ahora el Congreso de EE. UU. y el Departamento de Estado deben examinar el futuro de nuestra asistencia externa al gobierno guatemalteco y en la medida en que la administración Morales cumple con las condiciones establecidas en las cuentas de gastos anuales”, indicó.
Para Rigoberto Dueñas, representante del sector trabajador ante la comisión tripartita de la Organización Internacional del Trabajo, afirmó que la respuesta natural de los cooperantes será el recorte de fondos como una medida de presión.
“Pueda ser que muchos proyectos ya no se ejecuten o que queden en suspenso. Desde el punto de vista diplomático, el país quedará mal visto”, dijo.
Aislamiento
El consultor fiscal Juan Carlos Paredes afirmó que falta de confianza en el país por los eventos políticos registrados el fin de semana sin duda pasará la factura, por tratarse de un alto funcionarios con mandato de Naciones Unidas. “La imagen de Guatemala está afectada por estas situaciones y ponen de nuevo al país en un saldo negativo, muy similar al del 2015”, afirmó.
Uno de los grandes riesgos, dijo, es que Guatemala pueda quedar aislada. En menos de dos años el país se convierte de alto riesgo para los inversionistas extranjeros, afirmó Rafael Briz Méndez, presidente de la Cámara Oficial Española de Comercio de Guatemala.
“En tanto esto no termine y que cada dos años volvamos a presentar la situación del 2015, los inversionistas no encontrarán estabilidad, por lo que los capitales van a buscar aquellos lugares que tengan menor riesgo”, afirmó.
Por las situaciones políticas, manifestó: “Ningún inversionista vendrá a Guatemala, y van a preferir trasladarse a países vecinos”.
Esa tesis la confirmó Alejandro Ceballos, presidente de la Comisión de Vestuario y Textil (Vestex), quien señaló que en la actualidad hay tres grandes empresas de la República Popular de China que evalúan dónde hacer inversiones en Centroamérica, y que Guatemala compite en atraer esos capitales. “La crisis llega en el momento en que se había ganado confianza para los inversionistas, y que se había superado lo ocurrido del 2015”, afirmó.
EE. UU. fue el principal inversionista en el 2016, con US$403 millones —Q2 mil 958 millones—; seguido de Colombia, US$107 millones —Q785 millones—, y México, US$79 millones —Q579 millones—.