La quinta prórroga del estado de Calamidad, aprobada por mayoría ordinaria en tres lecturas el viernes último, fue una muestra del desgaste político que afronta el oficialista partido Vamos, el cual, aunque preside el Congreso, no logró los 107 votos necesarios para aprobar la medida de urgencia nacional, como en las cuatro ocasiones anteriores.
De continuar esa pérdida de alianzas, el oficialismo tendrá también problemas para negociar el presupuesto del próximo año, propuesta que debe llegar el 2 de septiembre al Congreso para comenzar las discusiones, y según adelantó el ministro de Finanzas, Álvaro González Ricci, esperan solicitar un techo del gasto por arriba de los Q96 mil 600 millones.
A esta situación se suma que el oficialismo está fragmentado y también la lucha prematura entre los diputados por establecer quiénes dirigirán ese organismo durante el 2021. Dos grupos del bloque Vamos son los protagonistas de esta ruptura para obtener más poder.
La estrategia de cohesionar de nuevo a los aliados se daría solo si lograran cumplir lo pactado con los Q600 millones de obras para los consejos departamentales de Desarrollo, ya que ese monto aún no se ha desembolsado.
Pierden credibilidad
El desgaste del partido Vamos en el Congreso en tan solo siete meses es evidente desde la perspectiva de otras bancadas que no integran el pacto oficialista.
El jefe de bancada de Compromiso, Renovación y Orden (Creo), Rodolfo Neutze, indicó que la última prórroga aprobada estuvo cuesta arriba por la falta de transparencia en la ejecución de programas por parte del Ejecutivo, pero podría cambiar si hay cambios en Salud y en previsión.
“Desconozco si hay acuerdos del Ejecutivo con bancadas aliadas. Yo no tengo información de eso. Desconozco si esa es una razón o no. Desde la perspectiva de Creo, podemos decir que es lo que evidencia la carencia para beneficiar a los guatemaltecos”, indicó Neutze, al reconocer que el bloque analizaría su apoyo a una siguiente prórroga del estado de Calamidad.
El subjefe del bloque de Victoria, Juan Carlos Rivera, manifestó que con la apertura económica que el presidente Alejandro Giammattei aprobó prácticamente no necesitaría del estado de Calamidad, y, además, no han ejecutado los programas que se autorizaron para atender la crisis, por lo que no ve necesaria una siguiente prórroga.
“Nos causa asombro que los bloques aliados al oficialismo no estén en sintonía, como lo han estado anteriormente. Es evidente que las ampliaciones presupuestarias, como las de Q600 millones que distribuyeron a los consejos de Desarrollo, no fueron entregadas a todas las municipalidades del país, dejaron fuera más de cien municipios, y eso nos indica que hubo negociaciones políticas, porque el fin de esos Q600 millones era reactivar la economía del país, y porque no les han cumplido esa sería una de las causas por las que ha perdido a sus aliados”, explicó el parlamentario.
Sonia Gutiérrez, jefa debancada de Winaq, añadió la variable de la próxima elección de junta directiva como uno de los factores por los que habría fricción interna en el bloque oficialista y los aliados, y esa negociación, aunque prematura, llevó a que no se obtuvieran los votos necesarios para aprobar de urgencia nacional el estado de Calamidad Pública.
“Acá se empieza a notar una disputa de los espacios de junta directiva que ya estamos a punto de ver en el Congreso. Esos son factores que nos están desestabilizando, porque hay intereses entre ellos mismos. Y por otro lado, el grado de incumplimiento a lo que pactaron a un principio con llevar a la presidencia a Allan Rodríguez, no hay secreto que pactaron, y seis meses después no hay nada concreto con lo que pactaron a un principio”, dijo la parlamentaria.
Sin operador político
El analista político Christians Castillo considera que el primer reto que tiene el bloque oficial es saber qué sucede con el presidente del Congreso, porque se ha tenido en secreto su estado de salud, luego de que se le diagnosticó con covid-19.
“El problema es que el oficialismo solo tiene a Allan Rodríguez en la Junta Directiva, y al no estar él, por ser diagnosticado de covid-19, ellos pierden un operador político, no solo en la Junta Directiva, sino en la negociación que lo llevo a la presidencia”, explicó el analista.
El politólogo opina que es prematuro hablar de que se pueda dar una nueva prórroga al estado de Calamidad, porque dependerá del nivel de contagios y de cómo se desarrolle la pandemia.
“La aprobación de esta quinta prórroga fue complicada porque los aliados aprovecharon para demostrarle al gobernante que tiene que cumplirles con los ofrecimientos. Días antes, en la reunión de la finca Santo Tomás, la mayoría de diputados le reclamó al presidente Alejandro Giammattei que no les ha cumplido”, indicó.
El analista expuso que a Giammattei y al oficialismo no les conviene perder la junta directiva del Congreso frente a la Unidad Nacional de la Esperanza, porque la oposición empezaría a bloquear y a crear un choque con el Ejecutivo, y no le pasarían las leyes que a este le interesan, como el estado de Calamidad.
Castillo manifestó que la reactivación económica está avanzando calladamente, porque eso no es de ideologías, sino de intereses, y en el Congreso la línea conservadora aglutina a varios partidos que capitalizan más de 90 diputados.
“Este segundo período de sesiones estará marcado por la disputa por el Organismo Judicial”, sentenció Castillo.