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Cómo el conflicto Rusia-Ucrania podría debilitar la influencia de Moscú en la región

Nicaragua empieza a buscar acercamientos con EE. UU. para bajar la intensidad de las tensiones, según un reportaje de The New York Times, algo que también ha buscado Venezuela.

Con la atención centrada en Ucrania, el presidente  ruso Vladimir Putin podría descuidar a sus aliados latinoamericanos. (Foto Prensa Libre: EFE)

Con la atención centrada en Ucrania, el presidente ruso Vladimir Putin podría descuidar a sus aliados latinoamericanos. (Foto Prensa Libre: EFE)

La guerra en Ucrania mantiene captada casi en un 100 por ciento la atención de Rusia puesto que, no solo le ha costado miles de millones de dólares hasta el momento, sino que la mantiene sumida en un aislamiento por parte de Europa y EE. UU. que ha repercutido fuertemente en su economía.

El conflicto, que ya va para tres meses desde que estalló, podría generar un reacomodo en el tablero geopolítico latinoamericano el cual no es ajeno a Guatemala o que debería de seguir con atención.

Gobiernos que han rivalizado en los últimos años con EE. UU. bajo la sombrilla de Moscú, como Venezuela y Nicaragua, pareciera que intentan acercarse.

El interés venezolano por retomar las conversaciones con EE. UU. estriba en la posibilidad, nada despreciable, de que Washington pueda reducirle las sanciones económicas, el equivalente a volver a comprarle petróleo. Aunque a Rusia no le parezca este movimiento, poco podría hacer debido a la coyuntura bélica que enfrenta en el este de Europa.

Después de Venezuela siguió Nicaragua. Según una publicación del medio The New York Times que después confirmó la Casa Blanca, un hijo del presidente nicaragüense Daniel Ortega habría buscado un acercamiento con la administración Biden con el objetivo de bajar la presión a las sanciones económicas impuestas al círculo familiar del mandatario de 76 años.

EE. UU. ha criticado duramente al régimen orteguista a quien considera autocrático, y aunque Managua lo ha desafiado, también bajo el amparo de la Rusia de Putin, pero su economía depende enormemente de la potencia norteamericana.

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Laureano Ortega (segundo de la izquierda), hijo del presidente nicaragüense, fue el designado para buscar el acercamiento con EE. UU. En la fotografía junto con otros funcionarios de Gobierno y el embajador de Rusia en Managua, (segundo de la derecha) en diciembre pasado cuando ambos países firmaron un convenio para colaborar en energía atómica. (Foto Prensa Libre: EFE)

De esa forma, la administración Biden podría vender en Latinoamérica la idea de que Rusia está cada vez más debilitada por el conflicto y de que no está en capacidad de respaldar a ningún país.

Tablero político

Analistas consideran que el momento de incertidumbre que vive Rusia a casi tres meses de la invasión a Ucrania puede ser utilizado por EE. UU. para posicionarse con viejos socios de los que se ha separado por distintas coyunturas políticas.

Aldo Bonilla, internacionalista y catedrático universitario, afirma que cualquier acción en el marco del conflicto que favorezca a los intereses de EE. UU. y la recuperación de su hegemonía en la región “será aprovechada”.

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Expuso que lo que ocurre en Venezuela y Nicaragua es “la otra cara” del discurso antiestadounidense que han mostrado ambos gobiernos.

La realidad, subrayó, muestra que el país sudamericano enfrenta una de sus crisis más severas, mientras que el acercamiento que intenta Managua es una señal clara de que la situación ya es insostenible, puesto que Rusia “no tiene tiempo para ocuparse de aquellos países que no le aportan nada a sus intereses coyunturales.  

Para Daphne Posadas, licenciada en Relaciones Internacionales, “la guerra en Ucrania aceleró la reconfiguración del tablero geopolítico”, y de un mundo donde EE. UU. y varios países con valores occidentales trataba de influir en el resto de las naciones pasará a otro donde este país y China fortalecerán sus alianzas con sus vecinos y círculos de influencia natural.

El presidente Alejandro Giammattei, en una fotografía del 7 de junio de 2021 cuando recibió a la vicepresidenta e EE. UU., Kamala Harris, en el Palacio Nacional de la Cultura. (Foto Prensa Libre: EFE)

América Latina será uno de los escenarios en los que se dará esta reconfiguración. EE. UU. buscará establecer alianzas con los gobiernos latinoamericanos con los que no tenía, como Venezuela, Honduras o Nicaragua; y fortalecer las ya consolidadas”, explicó.

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Posadas cree que en el corto y mediano plazo EE. UU. disputará fuertemente su influencia en Latinoamérica, ya que se verá un acercamiento de China más fuerte.

¿Cómo lo debe ver Guatemala?

En ese sentido, Alexander Sandoval, especialista en Relaciones Internacionales, considera que EE. UU. ha visto con preocupación el acercamiento a Latinoamérica en años recientes de Rusia y China, principalmente del primero que ha sido su principal oponente en Europa desde la Guerra Fría.

La Casa Blanca “define su geopolítica en función de sus intereses” por lo cual trata de aprovechar a su favor el conflicto en el este de Europa, explicó. Y remarcó: “EE. UU. tiene que aprovechar la oportunidad y cercar los intereses rusos en la región”.

El acercamiento de EE. UU. con Venezuela y Nicaragua puede verse desde la óptica que Washington está dispuesto a mantener conversaciones con cualquier país que tenga el potencial de volverse su aliado.

Una protesta en la Plaza de la Constitucio´n en contra del Gobierno de Giammattie. La lucha contra la corrupción ha generado diferencias entre los gobiernos de Guatemala y EE. UU.  (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

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Los analistas apuntan a que Guatemala tuvo su oportunidad de volverse su principal interlocutor en Centroamérica, algo que no se concretó por las notorias diferencias en el abordaje que se da a la lucha contra la corrupción.

Este papel podría pasar ahora Honduras. Xiomara Castro asumió la Presidencia el 27 de enero y menos de tres meses después se había concretado la extradición del expresidente Juan Orlando Hernández a quien EE. UU. lo acusa de delitos relacionados al narcotráfico.

Las conversaciones con Nicaragua son una “clara muestra que nadie debe pelearse con la cocinera”, afirma Bonilla, quien compara el distanciamiento de Nicaragua con EE. UU. con el enfriamiento de las relaciones entre este país y Guatemala luego de los graves señalamientos de corrupción y cooptación de las instituciones.

“Los países bajo la influencia de EE. UU. deben tener presente que la relación no es solo política, sino económica” y que “un bloqueo o restricción comercial de nuestro principal cliente sería muy grave”, añadió.

Sandoval dijo que países como Guatemala deben entender que “no es saludable distanciarse de EE. UU.” ya que puede ser “desventajoso y peligroso”, puesto que este país tiene la capacidad no solo de imponer sanciones individuales, sino de influir para que lo haga la Unión Europea y organismos como las Naciones Unidas.

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Pelearse con un gigante es salir perdiendo de primas a primeras, más si se trata de un país desarrollado”, subrayó.

Una reelección de Consuelo Porras en el MP podría generar más encontronazos entre Guatemala y Washington. (Foto Prensa Libre: AFP)

El exembajador y exvicecanciller, Luis Fernando Andrade, coincide con que a Washington le interesa alejar la influencia rusa de sus fronteras para que no se constituyan en focos de amenaza.

No obstante, afirma que no es una situación sencilla de manejar porque estos acercamientos le pueden pasar la factura política, en el sentido que los republicanos no desaprovecharán la ocasión para tildar de contradictoria y errática la política exterior del Departamento de Estado, que por un lado califica de autoritarios a ciertos regímenes, pero mantiene conversaciones con ellos.

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