Como unidad ejecutora del Ministerio de la Defensa Nacional, el Centro Médico Militar (CMM) ha realizado compras por Q839 mil 103.61 a cuatro proveedores que revisó Prensa Libre. En muchas de las compras se detectaron sobrevaloraciones, no solo comparado con precios de compras de otras unidades ejecutoras como el Hospital General San Juan de Dios, sino, incluso, se pagó por medicamentos mucho más de lo que se pueden comprar al por menor en cualquier farmacia.
Por ejemplo, Grupo Málaga, Sociedad Anónima, según consta en el portal gubernamental Guatecompras, comenzó a vender este año al CMM acetilcisteína en presentación de viales de 15g. La primera compra fue el 25 de febrero, cuando se adquirieron 833 viales a Q76.80 cada uno, y la segunda fue el 9 de mayo, cuando se compraron 325 a un costo unitario de Q30.
En noviembre de 2021, el CMM adquirió este mismo medicamento a otro proveedor y el precio unitario fue de Q12.50. Es decir, este año se adjudicó el vial de acetilcisteína a un monto superior al 100 por ciento de lo que se había adquirido antes.
Grupo Málaga también facturó en marzo al CMM 690 pastillas de Domperidona de 10mg a un precio unitario de Q13.60. En el mercado local la presentación comercial de este medicamento se llama Gastroflux y tiene un precio al público de Q140.55 los 30 comprimidos, a razón de Q4.68 cada uno. Un sobreprecio del 300% por cada pastilla adquirida pagada por la institución militar.
De igual manera, el medicamento Losartan de 100 miligramos se compró por el CMM el 23 de marzo a Q16 cada una. Dos meses después se requirió otra compra, esta vez a otro proveedor que ofreció a Q0.67 cada pastilla. El CMM pagó Q15.33 más por cada una de las 500 pastillas.
Grupo Málaga, S.A. se constituyó como empresa en el 2020 bajo la representación legal de Ileana Carolina Calderón Toledo. Del 2020 al 2022 registra 44 compras bajo la modalidad de baja cuantía, todas al CMM por un total de Q664 mil 594.30
Los proveedores Lavsa, S.A. y Medistetic también han facturado al CMM durante este año productos que sugieren sobreprecios en comparación con la venta al público u otros proveedores que suministran al Estado a través de competencia por medio de licitaciones o compras directas.
Lavsa vendió el 2 de mayo 450 sobres de Cefepima a razón de Q55 cada uno, para sumar Q24 mil 750 por cada compra. Por este producto el mismo mes el Hospital General San Juan de Dios pagó Q17.20 cada sobre, un 70% más barato.
Medistetic también tiene su registro en Guatecompras en el 2020 y durante los tres años ha vendido a varios ministerios de Estado y al Organismo Legislativo productos farmacéuticos y medicamentos. En el 2022 ya suma con el CMM tres concursos por Q68 mil 475.
Menos de Q25 mil
La constante en los registros de Guatecompras es que se hacen adquisiciones por menos de Q25 mil para que puedan ajustarse a la modalidad de baja cuantía. De otra forma se debe abrir un proceso de cotización o compra directa, lo cual obliga a que exista competencia de proveedores.
De esta cuenta se evidencia compras como la de marzo pasado, cuando el CMM pagó a Medistetics S.A. Q5.40 cada tableta de azitromicina de 500 miligramos, cuando, por ejemplo, el Hospital Roosevelt compró el mismo medicamento a Q1.10 cada pastilla el pasado 7 de junio.
O sobres de Vecuronio bromuro, por el que la institución castrense desembolsó Q32.19 por cada uno de los 770 sobres para un pago total de Q24 mil 786.30, cuando el Hospital General el 2 de junio hizo una compra del mismo producto, pero a un precio de Q10.84 por cada sobre, unos Q21.35 menos que, en total, representan un ahorro de Q16 mil 439.50.
Sobredemanda
El CMM no solo ha comprado medicamentos a sobreprecio, también ha comprado más de lo que necesita y ha elevado su disponibilidad con el riesgo de no tener la rotación necesaria y poder caducar en sus bodegas lo adquirido.
Documentos a los que tuvo acceso Prensa Libre evidencian en al menos 30 medicamentos, el Departamento de Compras y Adquisiciones del CMM ha comprado más de lo que se requiere según los diagnósticos del Departamento de Farmacia.
El requerimiento mensual que se realiza en Farmacia se hace con base en estadísticas de consumo, promedio de egresos, existencias, morbilidad y otros factores. Pero al comprar más de lo necesario, se corre el riesgo de que gran parte de estas medicinas se venzan y ello derive en pérdidas para el centro asistencial, según fuentes internas del hospital.
Por ejemplo, en marzo pasado, la farmacia del CMM recibió 800 tabletas de azitromicina, cuando el pedido era de 200. También recibió 500 bolsas de Losartan, el medicamento que pagó a Q15 más caro que el precio comercial, cuando se habían solicitado solo 100.
El reporte confirma que se incrementó entre 200% hasta 500% los requerimientos, lo que aumenta el inventario de insumos que podrían tener lenta rotación.
“El sobre abastecimiento de dichos medicamentos puede causar pérdida económica, ya que el medicamento no se va a consumir durante el tiempo de su vigencia, dicho con otras palabras, el medicamento se va a vencer dentro de la bodega central del departamento de farmacia”, señala una comunicación interna del Departamento de Farmacia del CMM, al cual se tuvo acceso.
Fuentes internas, informadas sobre el tema, aseguran que por orden verbal la jefatura de farmacia ha ordenado que se reciban sin protesta los medicamentos, aún bajo el riesgo de que puedan caducar.
Al consultar sobre estas compras, el capitán Luis Girón Salazar, jefe del departamento de compras, explicó que hay diversas situaciones que pueden afectar el proceso de una compra e incidir en el precio de los medicamentos.
Muchos eventos de compra se anulan debido a que no hay oferentes. Esto suele ocurrir particularmente en el CMM, dijo Salazar, ya que los proveedores prefieren venderles a instituciones que compran en mayor volumen, como el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS) o hospitales de la red nacional.
Otras veces, hay proveedores que ofrecen una medicina a un precio bajo, pero no pueden entregarlo de forma inmediata o no tienen capacidad para entregar la totalidad de lo requerido.
El encargado de compras se refirió a algunas adquisiciones en específico, como los viales de acetilcisteína. Aseguró que cuando se adquirió en febrero a Q76.80 -casi Q44 más caro de lo que se pagó en noviembre por esta medicina- no tenían este fármaco en farmacia y solo un proveedor cotizó. De tal cuenta, por la necesidad que tenían, se adquirió a ese precio.
Un caso similar ocurrió con azitromicina, que se adquirió a Q5.40 y Q6 cada tableta, cuando otras instituciones como el Hospital Roosevelt lo han adquirido a Q1.10 en presentación idéntica. El funcionario comentó que solo compraron los proveedores no presentaban cotizaciones en las cantidades requeridas y ello provocó que se adquiriera menos de lo previsto.
Respecto a la domperidona, reconoció que en 2020 se había adquirido a Q1.98 y en marzo de este año se incrementó a Q13.60. Esto fue porque solo Grupo Málaga cotizó y también había urgencia del medicamento.
En las compras de baja cuantía, las instituciones pueden realizar cotizaciones con las empresas, pero según Salazar hay ciertos requisitos que estas deben cumplir, lo cual limita las oportunidades para comprar a más proveedores. Entre estos se encuentran el estar inscritos en el Registro General de Adquisiciones del Estado, contar con una cuenta vinculada y contar con certificaciones.
Al cuestionar al CMM por qué razón se compraba más unidades de algunos medicamentos de lo que en realidad se necesitaba, el coronel Estuardo Barrios Martínez, jefe del departamento financiero aseguró que todas las compras estaban respaldadas con el Plan Anual de Compras.
De tal cuenta, a veces se realizan adjudicaciones en un volumen mayor a lo que dicta la necesidad mensual, pero esto es porque el medicamento se aprovechará en los meses siguientes.
Asimismo, aseguró que las medicinas no corren el riesgo de vencerse, porque los proveedores firman una carta donde se comprometen a reemplazar el producto si esto sucede.
Es alarmante
Carmen Salguero, analista de salud de Fundesa, explica que los medicamentos se pueden encarecer si las instituciones los compran de una marca en específica y no genéricos. Sin embargo, advierte que la Ley de Contrataciones del Estado obliga al Estado a privilegiar el precio por encima de la calidad o marca.
Salguero considera que es alarmante el hecho que se compren medicamentos sin tomar en cuenta la necesidad diagnosticada. “Si se compra en exceso es preocupante. Hay que recordar que no se puede comprar medicamento que tenga menos de 18 meses de vencimiento”, dijo.
Por último, dijo que es necesario que las instituciones del sector salud realicen compras por bloque, a través de los contratos abiertos, ya que cuando se realizan adquisiciones de forma individual y al por menor, los precios se encarecen.
“Hay que modernizar ley de adquisiciones para comprar medicinas de manera distinta a las que permite la ley actualmente”, dijo.