Gran parte de los fondos de emergencia que aprobó el Congreso de la República entre marzo y abril se distribuyeron en 14 programas sociales. El fin era apoyar a distintos sectores poblacionales que se vieron afectados por las restricciones de movilidad y el impacto económico que ello generó, aunque la ayuda ha tardado en llegar.
Al Ministerio de Cultura y Deportes (MCD), por ejemplo, se le asignó un fondo de Q15 millones, con lo cual se creó el programa ApoyARTE, con lo cual se buscaba apoyar al gremio artístico que se vio afectado por el confinamiento. Los artistas debían participar en el programa Escena Cultural en Canal de Gobierno y, a cambio, recibirían un aporte único de Q3 mil.
Sin embargo, de los Q15 millones solo se han ejecutado Q4.42 millones. Quiere decir que a la fecha solo 1 mil 473 han recibido el aporte. Según la oficina de Comunicación Social del MCD, 3 mil 300 artistas ya se inscribieron y en los próximos días recibirán la transferencia.
Al respecto, Oscar Cano, productor y director de la compañía de Teatro El Duende del Ático, dijo que gran parte del gremio artístico no recibió ayuda porque los trámites para ser seleccionado como beneficiario eran demasiado engorrosos.
“Los artistas vieron que era más caro realizar todos los procesos que tenían que hacer que lo que iban a ganar. Solo con la papelería que había que se gastaban alrededor de Q1,500 y el aporte único que se iba a recibir es de Q3,000, entonces no convenía”, dijo Cano.
De igual forma, el Ministerio de Trabajo y Previsión Social (Mintrab) recibió un aporte de Q50 millones para ampliar el Programa del Adulto Mayor, pero de ese dinero solo se ha ejecutado el 38 por ciento.
Consultado sobre ello, el viceministro de Previsión Social y Empleo, Pablo Blanco, dijo que aunque en el decreto 12-2020 se otorgó el aporte para ampliar la cobertura de aportes a adultos mayores, el ministerio únicamente dispuso de Q5.5 millones para atender el funcionamiento del programa, que equivale al uno por ciento del presupuesto asignado.
“Con el uno por ciento establecido en ley se debe cubrir todos los gastos de funcionamiento del programa, como arrendamiento, servicios, pagos al personal, etc. (…) Para poder ampliar la cobertura se necesita de más capacidad instalada, más personal, más equipo y no se contó con esa disponibilidad de dinero”, refirió el funcionario.
Un caso particular es el del Ministerio de Gobernación (Mingob), que tiene Q80 millones como fondo de emergencia, aunque no tiene a su cargo ningún programa social. El dinero está destinado para mascarillas, trajes de bioseguridad, guantes, medicamentos, gel para manos, cloro, termómetros, jabón, equipo médico, servicio de desinfección en las instalaciones, caretas fáciles, entre otros suministros.
De este dinero, la cartera del interior reporta una ejecución de 11.76 por ciento desde octubre. Al consultar al Ministerio de Gobernación sobre esta situación, reiteraron la respuesta que dieron en octubre para otra publicación. “Los procesos de compra llevan su tiempo, según lo establece la Ley de Contrataciones del Estado”, afirmaron en esa ocasión.
Lecciones
Jorge Lavarreda, del Centro de Investigaciones Económicas (Cien), considera que una de las necesidades que se identificó a lo largo del año es la de tener un registro único de beneficiarios, que identifique quién se encuentra de la población vulnerable para futuras calamidades.
Un punto de partida, dijo Lavarreda, el sistema que se creó con el programa del Bono Familia, que estuvo a cargo del Ministerio de Desarrollo Social, aunque hay aspectos que se pueden mejorar.
“Hay que avanzar en gobierno digital para poder hacer más ágiles las depuraciones de beneficiarios y así evitar las suspicacias que se dan en los programas sociales en particular, dijo el experto.
Marcio Palacios, analista político independiente, dice que la crisis de legitimidad que vive el gobierno, y que se evidenció en las últimas manifestaciones, podría agravarse en los próximos meses por las carencias a las que se enfrentó la población este año.
“El no salgas de casa implicó para muchos no comer por ser parte de la economía informal. Todo esto repercutió en la crisis de legitimidad que vive el gobierno”, dijo el entrevistado.
