Aún así, hay 11 mujeres que en enero de 2016 asumieron como alcaldesas, cifra que resulta reducida si se compara con la cifra de 338 corporaciones ediles para las que convocó el Tribunal Supremo Electoral (TSE).
En septiembre pasado, la alcaldesa de Masagua, Escuintla, Blanca Alfaro presentó su renuncia por problemas de salud y su lugar fue ocupado por Israel Castillo, por lo que hay 10 alcaldesas.
Cada una en su municipio ha afrontado reclamos y señalamientos, aunque también han buscado aplicar medidas que difieran de administraciones anteriores encabezadas por hombres. La tarea no es fácil y de hecho llega a generar descontento que puede llegar a la violencia.
El 7 de enero recién pasado fue atacada a balazos la vivienda de la alcaldesa de San Cristóbal Acasaguastlán, El Progreso, Miriam Jeaneth Ordóñez. Ella salió ilesa y atribuye la agresión a medidas adoptadas.
Resistencia
Luis Linares, experto en asuntos municipales de la Asociación de Investigaciones y Estudios Sociales (Asíes), manifestó que el escaso número de mujeres que participan en procesos electorales se debe tanto a la renuencia de los partidos a inscribirlas como a las posibilidades de perder la elección debido al machismo imperante.
“Esto viene de la resistencia de los hombres y la creencia de los dirigentes políticos de que la población no va a aceptar fácilmente a una mujer como candidata a alcaldesa. Los retos que tiene es la inclusión sin discriminación, ya que en algunos municipios las bases de los partidos no permiten la participación de la mujer”, dijo.
El experto agregó que el reto de las mujeres al frente de una comuna es el mismo que para cualquiera: una gestión transparente, honrada y enmarcada en la ley, así como cumplir con las tareas que exige el gobierno local.
María Eugenia Mijangos, magistrada del TSE, indicó que el hecho de que 10 mujeres sean alcaldesas es representativo de la queja recurrente de organizaciones sociales, en el sentido que la mujer sufre discriminación política.
“La ideología tradicional patriarcal ha sostenido y prevalece que el lugar de la mujer es en el hogar, al cuidado de los hijos. Antes era mal visto que una mujer participara en política, se le miraba extraño; ahora ya es más normal, pero la participación es minoritaria”, explicó Mijangos.
Poca participación
En el proceso electoral del 2015, se presentaron 136 mujeres como aspirantes al cargo de alcaldesa, lo que representa el 5.86 por ciento, mientras que la participación de los hombres fue de dos mil 185, equivalente al 94.14 por ciento. En total, para integrar corporaciones municipales se inscribieron 19 mil 886 hombres y cuatro mil 49 mujeres.
Ello representó una reducción respecto de las elecciones del 2011 cuando fueron inscritas 146 mujeres, equivalente a 5.90 por ciento, y dos mil 329 hombres. Para integrar las corporaciones municipales se inscribieron entonces 22 mil 134 hombres y tres mil 817 mujeres.
En abril de 2016 el Congreso de la República dejó fuera la normativa de cuotas sobre participación electoral femenina.