Declaración de la Presidencia de Guatemala
Sobre el particular, recuerda que “la Constitución Política de la República garantiza la libertad de expresión y el libre acceso a las fuentes de información, y que es libre la emisión del pensamiento por cualesquiera medios de difusión, sin censura ni licencia previa, derecho que no puede ser restringido por ley o disposición gubernamental alguna”.
“El Estado de Guatemala ––añade ––está comprometido solemnemente a respetar y aplicar la Declaración de Principios sobre la Libertad de Expresión, aprobada por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en octubre de dos mil, documento fundamental para la interpretación del artículo 13 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos”.
El Gobierno reconoce en esa declaración que en diversos tiempos y circunstancias los periodistas guatemaltecos “han sufrido atropellos por el hecho de cumplir su vocación y ejercicio profesional de orientadores de opinión pública. La represión al ejercicio del periodismo refleja actos de violencia que deben ser condenados y reprimidos por las autoridades del Estado, obligadas a observar y proteger los derechos ciudadanos, en particular la libertad de expresión”.
“Es deber y obligación del Estado ––expresa–– velar porque se cumpla la normativa garantista del ejercicio de la libertad de expresión en todas sus formas. De esta manera, ninguna autoridad debe limitar ese derecho fundamental y las garantías del mismo, como lo son el libre acceso a las fuentes de información y el sometimiento exclusivo a un fuero de prensa, por las cuales se hace efectivo el funcionamiento de un Estado constitucional de Derecho”.
Y hace una advertencia contenida en los siguientes ´términos: “Coherente el Gobierno con el reconocimiento a los derechos fundamentales de la persona, en el caso de la libertad de opinar e informar se recuerda a todos los operadores y agentes del sector público su obligación de denunciar cualesquiera infracciones en contra de la libertad de prensa. Asimismo, que es su obligación utilizar medios idóneos para el desarrollo de programas permanentes de instrucción, educación y tecnificación de todos los servidores públicos en la cultura del respeto a los derechos humanos y, en particular, de la libertad de expresión como elemento básico de una sociedad libre”.
La declaración tiene la firma del presidente, Alejandro Maldonado Aguirre.