Guatemala

A la espera de cambios

Los ciudadanos que se identificaron con la indignación que provocó el descubrimiento del caso de defraudación tributaria denominado La Línea no deben perder el entusiasmo y buscar la forma de involucrarse en la fiscalización de las estructuras del Estado, opinan varios expertos en política.

Guatemaltecos se reunieron este primer sábado de abril frente al Congreso para exigir transparencia al nuevo Gobierno y los diputados. (Foto Prensa Libre: Edwin Bercián)

Guatemaltecos se reunieron este primer sábado de abril frente al Congreso para exigir transparencia al nuevo Gobierno y los diputados. (Foto Prensa Libre: Edwin Bercián)

Los analistas concuerdan en que se deben buscar puntos de encuentro entre los diferentes sectores para identificar metas conjuntas que facilitarán la formación de los más pequeños y así mantener la lucha contra la corrupción.

Rubén Hidalgo, director del Instituto Centroamericano de Estudios Políticos, destacó que el “despertar de la ciudadanía en el 2015, producto de los escándalos por corrupción y la presunta participación de funcionarios del Gobierno, fue una invitación a que el ciudadano saliera de su zona de confort y se viera invitado a defender los intereses de todos”.

Hidalgo precisó que “esa crisis dejó una agenda mínima que cumplir a raíz de la demanda de la población”, y que uno de los temas torales de esta son las reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos.

El experto aseguró: “El ciudadano lo que debe hacer es mantener el interés y preocupación por estar informado y buscar los espacios oportunos donde se manifieste y exponga sus propuestas, preocupaciones y denuncie”.

“La función del ciudadano es mantener el interés por la cosa pública, por mantener una fuente de auditoría social y denunciar todos aquellos hechos que vayan en contra del interés colectivo, para no permitir el fortalecimiento de grupos que privilegian el bien particular y la construcción de estructuras de corrupción”, dijo Hidalgo.

La politóloga Andrea Morales considera que los escándalos de corrupción que ocurrieron el año pasado “desnudaron nuestro sistema político”, el cual calificó como “bastante débil y se evidenció específicamente en el proceso electoral que estaba bastante cercano”.

Morales destacó que pese a todo lo ocurrido, aún no se mira una renovación de cuadros en los partidos políticos y no logran crear ese vínculo con la ciudadanía, lo cual queda de manifiesto con lo que ha pasado en los últimos días en el Congreso, pues ha sido foco de muchas críticas de la población.

“La sociedad, en compañía de todos los sectores que se conformaron, tiene que encontrar un punto de encuentro para dialogar e impulsar esos cambios que aún están débiles, como el sistema de partidos políticos”, destacó la experta.

Formación ciudadana

Cristhians Castillo, del área Sociopolítica del Instituto de Problemas Nacionales de la Universidad de San Carlos, señaló que “suena durísimo, pero la sociedad guatemalteca es altamente tolerante a la corrupción y no fue sino hasta el año pasado que se convirtió en un articulador y activador de la indignación ciudadana”.

“Hay que retomar el espíritu de combate de la corrupción. Y para eso hay que educar transparencia, transmitir un contenido ético y de valores”, comentó Castillo, quien agregó que “la primera formadora de valores es la familia”.

“Lo que en este momento demanda la sociedad es un proceso de formación sobre transparencia, probidad y anticorrupción. Es decir, pasar del activismo a la formación, para hacer sostenible el cambio”, dijo el politólogo.

Agregó que aunque la familia es fundamental, “esto debe ser un compromiso de sociedad”, donde participen desde las iglesias y organizaciones ciudadanas hasta escuelas y universidades estatales y privadas.

Gabriela Ayerdi, analista de Acción Ciudadana, cree que “es necesario tener ciudadanos comprometidos, porque ya no basta con que solo haya manifestaciones en la Plaza”.

“No se visualiza un grupo nuevo que quiera tomar las riendas del país. Se tiene que apostar a los jóvenes porque son ellos los que se están formando y aún no están corrompidos por el sistema. Para esto es vital que no se deje por un lado la inclusión de pueblos indígenas y campesinos”, puntualizó la experta.

Ayerdi señaló que esa formación tiene que ser un compromiso de Estado. “Se debe impulsar que los niños sean formados desde los centros educativos. Toda la sociedad debe involucrase”, enfatizó.

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