Guatemala

Familias viven angustia en zona de adyacencia

Campesinos residentes en la zona de adyacencia entre Guatemala y Belice cuentan que viven en zozobra, debido al ataque ocurrido el 20 de abril último, en San José Las Flores, Melchor de Mencos, Petén, cuando soldados beliceños mataron  a Julio Alvarado Ruano, de 13 años, e hirieron a su padre y un hermano.

Vecinos del área sur de Petén, en la zona de adyacencia, viven con temor por los atropellos del ejército beliceño. (Foto Prensa Libre: Rigoberto Escobar)

Vecinos del área sur de Petén, en la zona de adyacencia, viven con temor por los atropellos del ejército beliceño. (Foto Prensa Libre: Rigoberto Escobar)

María Caal Icó, maestra y vecina del caserío Monte  Los Olivos,  Dolores,   narró el drama que la comunidad vive a diario, debido al acoso de parte de las Fuerzas de Defensa de Belice.  

“Tenemos miedo. Cuando  los soldados beliceños entran a la comunidad, nos amenazan.  Nos dicen que nos van a matar. Todos vivimos con   temor”, dijo Caal.

“Los vecinos se quejan porque no pueden trabajar sus tierras, debido a que los soldados  se encuentran en sus propiedades”, añadió.

Isaías  Antonio Reyes,   quien vive en San José Las Flores del Chiquibul, Melchor de Mencos, lamentó la muerte de Alvarado, y la detención de su hermano, José María Reyes, esa misma fecha,  quien fue liberado el miércoles último luego de  haber pagado Q3 mil 500 de multa en Belice.

“Eso pasa porque no hay una línea divisoria entre ambos países. Somos gente pobre y no sabemos qué hacer y a quién acudir”, lamentó.

Noemí Caal Caal, 29, de la misma comunidad, señaló que teme por la integridad de sus hijos. Vive con el trauma de que hace cuatro años su esposo, Juan Coc Chub, murió a manos de soldados beliceños.

“Me dejaron cinco hijos en la orfandad y  he sufrido mucho. El 28 de enero se cumplieron  cuatro años del cobarde asesinato de mi esposo y hasta la fecha no se conoce el motivo”, agregó.

Lo mismo que Reyes y Caal, cientos de familias de  unas 60 comunidades viven con temor  en los 217 kilómetros de la zona de adyacencia, desde Aguas Turbias, Petén, hasta las cataratas del río Sarstún, Izabal.

Exigen solución

“Vivimos con miedo, no sabemos en qué momento nos vienen a agredir los beliceños. Muchos campesinos no se atreven a salir a trabajar. Pedimos al Gobierno que agilice las negociaciones para solucionar este problema”, expresó Ismael Méndez Ramírez, presidente del Comité Comunitario de Desarrollo de El Barrillal, Poptún.

Melvin Portillo Arévalo, analista del conflicto de la zona de adyacencia, explicó que el problema es de Estado y el presidente Jimmy Morales debe resolver sin hacer tanto ruido. Añadió que la única acción del gobernante ha sido gastar dinero en reuniones en el extranjero.

Arévalo instó a las autoridades a reubicar a las familias más expuestas al acoso de las Fuerzas de Defensa de Belice  y llevarlas a un área libre del conflicto, mientras que  sigue el proceso de conciliación.

Gonzalo Palacios Aldana, ex representante de la auxiliatura de la Procuraduría de los Derechos Humanos del área sur de Petén, dijo que la situación es añeja,  desde que Inglaterra se adueñó de Belice, y ha empeorado por  las malas negociaciones  de Guatemala.

Edwin Gómez Segura, alcalde auxiliar de El Carrizal, Poptún, manifestó su preocupación, porque a diario conocen denuncias de campesinos que son agredidos verbal y físicamente por soldados y   policías beliceños.

Salvador Cutzal,  coordinador de la Unidad de Pueblos Indígenas  de la zona de adyacencia en el  sur de Petén, lamentó el  abandono en que se encuentran los campesinos.

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