Monseñor Víctor Hugo Martínez, miembro de la Conferencia Episcopal de Guatemala, habla de la importancia de la época navideña en la comunidad católica y opina que más allá de la festividad, debe dejar un corazón nuevo, dedicado al bien común.
¿Cuál es el significado de la Navidad para la Iglesia Católica?
Para toda persona cristiana, pero sobre todo para la gente de buena voluntad que busca siempre lo mejor, es la verdad y el bien común. Tiene que ser verdaderamente el nacimiento de Cristo en el corazón de cada persona y en la familia.
Si bien es cierto que celebramos el nacimiento de Cristo, también es nuestro nacimiento porque fuimos renacidos en el bautismo, regenerados y limpios, de esta manera participamos con Cristo de su nacimiento, muerte, resurrección y estamos llamados a participar en su gloria a la derecha del padre.
¿Será una fecha para la reconciliación?
No podemos vivir en discordia, odios y visiones del mal, muerte y destrucción, sino que debe ser como verdaderos hijos de Dios en el bien y la verdad.
¿Y cómo debe vivirse la Navidad?
Dejando que Cristo nazca en el corazón de cada uno y ese nacimiento es por el bautismo y la fe.
Ese nacimiento tiene que ser en aquellos que se han alejado de Dios, que lo han abandonado y que están lejos por el pecado. Este hecho debe darnos el sentido de una verdadera conversión, un cambio en nuestra existencia y volver a ser seres humanos e hijos de Dios.
¿Se ha tergiversado esta celebración?
Las causas por lo que se ha llegado a una situación como ésta es la pérdida del sentido de Dios, la fe se ha enfriado. Por eso se ha llegado a un extremismo de una celebración meramente humana, de derroche de dinero, de vicios o de cualquier otra cosa que se quiera hacer, pero lejos de Dios.
Otras causas son una predicación del evangelio que no es más que comercial o que lleva odio implícito para apartarlos de su fe, además de imitación de costumbres sin razón de ser.
El árbol no es de tradición latina sino nórdica, el nacimiento es algo muy exclusivo de la Iglesia Católica para recordar y poner un ambiente de reflexión del nacimiento ocurrido hace 2002 años.
¿Tiene un mensaje ante la violencia que impera en el país?
Dios quiera que todos contribuyamos a erradicar la maldad, el odio, la venganza y el crimen que existe hoy día, es increíble la cantidad de personas muertas a la semana, en un país que se considera civilizado, humano y aún cristiano. Tenemos una imagen de un salvajismo implacable que no es correcto.
En el asunto del dinero, estamos en un momento que nos vienen circunstancias difíciles de pobreza, que va a ser muy duro para los guatemaltecos. Sobre todo con el despilfarro y fuga inmisericorde que está sucediendo en todo el país, porque quienes están encargados del bien común no se preocupan por este país.
Para el año entrante esperamos la paz y que llegue al corazón de todos los guatemaltecos.
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?Tiempo de manifestar el amor de Dios a los desposeídos?
Para César Ayala, dirigente de la Iglesia del Nazareno y de la Alianza Evangélica de Guatemala, la Navidad tiene que ser un momento de reflexión, no de desgaste ni agobio para la economía de los guatemaltecos, así como para dejar atrás la polarización.
¿Cuál es el significado de la Navidad para la Iglesia Evangélica?
Es tiempo de manifestar el amor de Dios a los más desposeídos; esto debería ser un estilo de vida.
Para nosotros tiene un significado especial, aunque entendemos, por la evidencia bíblica, que es la fuente primaria y válida para toda información, que no hay una connotación desde los inicios de la iglesia primitiva.
Inicialmente el 25 de diciembre fue una fiesta que los romanos celebraban al sol y era una fiesta pagana. La iglesia absorbió esa festividad y le dio una connotación propiamente cristiana para celebrar el nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo, como el sol de justicia.
¿Cómo conmemora la comunidad evangélica la Navidad?
Para nosotros tiene un hondo y grande significado, porque lo que cuenta es el verdadero espíritu de la Navidad, y ese es Cristo viniendo a este mundo para mostrarnos su misericordia, su deseo de traer un nuevo estilo de vida al mundo nuestro.
De arrancarnos de la vida individualista, de pecado y maldad y llevarnos a una vidad más solidaria, más comprometida con Dios y sus principios.
¿Será que la celebración se ha tornado comercial y de consumo?
Desde nuestros pulpitos hemos enseñado a no hacer una fiesta de desgaste y de gasto desmedido que llegue a comprometer las mismas economías hogareñas debido al malsano afán de tener, de estrenar y de regalar.
De esa manera, se pierde el verdadero significado, porque el regalo más grande de la Navidad es Cristo Jesús viniendo al mundo.
No debiera traernos más agobio, aflicción, afán de tener, de deseo de regalar y que nos regalen, por el deseo de dar y recibir. Se ha llegado a tal punto de volver esta festividad una fiesta de consumo, de deleite y de placer carnal, para satisfacer todos los deseos personales. Debe ser un tiempo donde manifestemos amor a los niños pobres y necesitados.
En esta época se vuelve uno más sensible y debiera ser esta una fiesta que nos incline a tener un espíritu más humano, más cercano a Dios.
¿Cree que aún podemos rescatar el espíritu de la Navidad?
No solo los fieles evangélicos sino toda la población guatemalteca tenemos que rescatar esta celebración y el espíritu navideño.
Sé que todos los guatemaltecos, sin distingo de ninguna naturaleza, podemos vivir en paz si nos lo proponemos, si todos ponemos nuestro grano de arena y nos aunamos por una patria mejor.
Que no haya tanta discriminación ni tanta polarización de los sectores económicos del país, sino que todos los guatemaltecos aunemos fuerzas para un mismo propósito. Es necesario que tengamos un espíritu más sensible para llevar al país adelante.