En entrevista con Prensa Libre, el sacerdote Alejandro Solalinde Guerra, director del albergue Hermanos en el Camino, donde los guatemaltecos se refugiaron después del secuestro, expresó que al menos seis connacionales fueron resguardados por la Procuraduría General de la República (PGR) y la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), por las serias intimidaciones que sufrieron, luego de su llegada.
“Los delincuentes enviaron serias amenazas para que les entregara a los migrantes que no habían sido secuestrados”, explicó.
Salalinde expresó que los mensajes aseguraban que, de no entregarlos, “entrarían a la fuerza por ellos”.
“El grupo llegó consternado por la violencia con que ocurrieron los hechos”, afirmó.
Bajo fuertes medidas
Bajo un estricto dispositivo de seguridad, la CNDH y la PGR trasladaron a los 13 migrantes que recibían amenazas de delincuentes que las autoridades vinculan con los Zetas.
En el grupo, que fue trasladado a la capital mexicana, figuran, además de los guatemaltecos, hondureños y salvadoreños.
La Cancillería salvadoreña condenó las agresiones en contra de los centroamericanos que transitan por territorio mexicano.
Se intentó obtener la versión del ministro de Relaciones Exteriores, Haroldo Rodas, pero fue imposible ubicarlo.