El ambiente estuvo tenso durante sábado y domingo en esa ciudad fronteriza de San Marcos, debido a la llegada de cientos de hondureños que pretendían ingresar a México, pero las autoridades de ese país no lo permitieron.
El migrante fallecido fue identificado como Henry Adalid Días Reyes, de 26 años, originario de Tegucigalpa. La víctima quedó en medio de los disturbios ocurridos en el puente fronterizo entre Guatemala y México cuando un grupo de migrantes exigía a las autoridades mexicanas que les abrieran el portón fronterizo para internarse en ese país, con la intención de llegar a Estados Unidos.
Tanto socorristas como los migrantes afirmaron que las fuerzas de seguridad mexicanas estaban utilizando balas de goma para impedir que los indocumentados rompieran la puerta metálica de ingreso en la frontera.
En principio, la policía intentó disuadir a los migrantes hondureños, que lanzaban piedras y todo lo que tenían a su alcance al otro lado de la puerta metálica, con gas lacrimógeno; sin embargo, los migrantes, tomaban las bombas y las lanzaban al río Suchiate.
Horas antes la caravana, que según cálculos podría estar compuesta por dos mil personas, había protagonizado disturbios en el lado guatemalteco de Tecún Umán, cuando ingresaron por la fuerza a la aduana guatemalteca y superaron por la fuerza al contingente de la Policía Nacional Civil (PNC) que estaba en el lugar.
Mujeres y niños hondureños, así como agentes policiales resultaron afectados.
Los hondureños lanzaron piedras, palos y hasta pertenencias personales a los agentes, desesperados por continuar su camino hacia EE. UU.
La PNC respondió con gases lacrimógenos y los agentes formaron una barrera humana para intentar impedir el paso de los migrantes que luego fue superada.
Entre los afectados se encuentra un bebé de siete meses de edad, y otro niño que resultaron intoxicados con el gas; además una mujer se desmayó.
Agentes de la PNC resutaron heridos al ser golpeados con piedras y otros objetos que fueron lanzados por los migrantes hondureños.
Alerta naranja
Las autoridades locales y de gobierno acordaron decretar alerta naranja institucional con el fin de garantizar la integridad, el orden constitucional y los derechos humanos de los migrantes hondureños y de los vecinos de Tecún Umán.
La medida implica el cierre de los negocios en la ciudad a partir de las 20.30 horas y la prohibición de vender gasolina y otros productos inflamables a los migrantes hondureños.
Además, recomiendan a los vecinos no salir de sus viviendas, evitar la confrontación con los migrantes hondureños y de ser afectados por gases lacrimógenos, llamar a las instituciones de emergencia para ser llevados a centros asistenciales.
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No se detendrán
Mientras el grupo más grande de hondureños se enfrentaba a las autoridades, otros comenzaron a buscar formas alternas para llegar al puente.
Los migrantes aseguran que continuarán en su intento por llegar a EE. UU. y alcanzar el “sueño americano” debido a que no tienen oportunidades de desarrollo en su país, mientras que otros huyen de la violencia.
Después de unos minutos, la cerca que impedía el paso se abrió y los hondureños comenzaron la caminata en dirección al puente internaccional, algunos aprovecharon para increpar a los agentes por el uso del gas lacrimógeno pese a la presencia de mujeres y niños.
Lamenta utilización de menores
Mediante un comunicado, el Ministerio de Gobernación (Mingob) afirmó que la PNC intentó dialogar con los migrantes hondureños para que ingresaran ordenadamente a la aduana de Tecún Umán, y lamentó que estos hayan optado por lanzarles piedras y botellas de vidrio.
Añadió que la PNC optó por permitirles el paso al constatar que al frente iban infantes “pues en todo momento se vela por el interés superior del niño”.
“Se desaprueba el uso de la fuerza para alcanzar objetivos personales, así como la utilización de grupos vulnerables para el alcance de dichos objetivos”, indicó el Mingob, quien también hizo un llamado a la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH), para que tenga una participación más activa en la supervisión y protección de los menores de edad “que son usados como barrera humana”.
La tensión en la frontera Tecún Umán aumenta cada vez más. La noche del sábado un grupo de hondureños denunció y amenazó a un supuesto traficante de personas que trasladaba a grupos pequeños hacia México, con la intención de entregarlos a las autoridades migratorias.
La situación volvió a la calma gracias a la intervención de un pastor evangélico y al resguardo del señalado de parte de agentes de la PNC.
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