El funcionario aclaró así un anuncio hecho el día 12 por la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, quien indicó que EE.UU. había llegado a acuerdos con México, Honduras y Guatemala para que movilizaran a miles de militares y policías en sus fronteras.
“No se han celebrado acuerdos con los Gobiernos en materia de seguridad fronteriza”, respondió Zúñiga, durante una audiencia ante el Subcomité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes sobre el hemisferio occidental, seguridad civil, migración y política económica internacional.
Zúñiga, quien visitó recientemente Guatemala y El Salvador, destacó que en lo que sí están de acuerdo es “con que es muy importante seguir trabajando juntos y colaborando para gestionar la migración, de manera que mejore la seguridad de cada país, y permita a los Gobiernos aplicar la ley en sus fronteras como lo hace Estados Unidos”.
Para Zúñiga, quien ha sido delegado por el Gobierno del presidente Joe Biden para trabajar con El Salvador, Guatemala y Honduras, países que conforman el Triángulo Norte, el flujo actual de migrantes desde Centroamérica “es parte de un patrón recurrente” que impulsa a la migración masiva, entre cuyas causas identificó la inseguridad, la falta de oportunidades y la búsqueda de una vida mejor.
Indicó que como Gobierno encaran un trabajo “muy difícil” para hacer cumplir la ley en las fronteras, demostrar que hay otras vías que pueden seguir quienes buscan migrar legalmente a EE.UU. y generar esperanza en Centroamérica para que exista “una razón para quedarse”.
Un día después de las afirmaciones de Jen Psaki, México respondió el día 13 que desde hace “más de un mes” había desplazado a 12 mil personas, entre soldados, agentes migratorios y otros funcionarios, para frenar la ola migratoria y especialmente el tráfico de menores de edad.
A su vez, Guatemala y Honduras negaron que hubiesen suscrito un nuevo convenio.
En ese contexto, Zúñiga expresó el interés de Estados Unidos por continuar trabajando para mejorar la capacidad de los organismos en cada país, con miras a identificar a los menores de edad que viajen solos con las caravanas de inmigrantes u otros grupos y asegurar que no puedan continuar ese viaje sin ninguna supervisión.