Rubén Pérez, Fiscal del condado de Harris, dijo a Univisión que agentes policiales fueron alertados de que personas pedían auxilio desde el interior del automotor.
Pérez añadió que se evitó una tragedia, ya que por las condiciones en la que se encontraban los migrantes no hubieran podido resistir media hora más.
Autoridades han reportado la captura de tres personas, identificadas como Priscila Pérez Beltrán, Adela Álvarez y Nelson García, sospechosos de estar involucrados en el hecho.
Caso similar
El 28 de junio último, una guatemalteca fue localizada por la Patrulla Fronteriza, cuando estaba a punto de morir en una zona semidesértica en Ladero, Texas, Estados Unidos.
La mujer que decidió dejar su país para ir en busca del sueño americano fue abandonada por su guía y otros indocumentados en un área inaccesible en carro o a caballo y en donde la temperatura supera los 40 grados centígrados.
La Patrulla Fronteriza la encontró tirada, sin reaccionar, la cargaron por varios metros hasta llevar donde un técnico de emergencias médicas y solicitaron asistencia de paramédicos para trasladarla a un centro asistencial.
“Esto demuestra lo cruel que son las organizaciones de contrabando de personas… A los traficantes de indocumentados eso no les importa, van por su dinero, si alguien se vence, lo dejan en el camino”, explicó el asistente del jefe de la Patrulla Fronteriza, Gabriel Acosta.
Horror narrado por hondureño
El horror de su viaje hacia EE. UU. con su padre es narrado por un migrante hondureño. “El Señor quiso que me viniera para que no muriera mi papá”, afirma.
La Patrulla Fronteriza de Estados Unidos difundió en su sitio web hace dos semanas el relato de un joven indocumentado que fue abandonado con su padre en el desierto por uno traficante de personas, más conocidos como “coyotes”.
Se trata de un migrante hondureño del cual no se dice su nombre, su origen específico de Honduras ni tampoco se sabe qué fue de él y de su padre.
La Patrulla Fronteriza (CBP por sus siglas en inglés), difunde usualmente testimonios de migrantes que narran el sufrimiento que viven en el largo camino desde Centroamérica hasta Estados Unidos con el objetivo de disuadir a habitantes del istmo a emprender la arriesgada travesía.
“Ya mi papá no podía más… la lengua… ya las hormigas ya le andaban todo aquí… todo las hormigas,” afirma el migrante hondureño de 19 años en un video que fue colocado en el sitio web de la CBP.
El joven migrante se ofreció voluntariamente a compartir su experiencia, según la CBP que califica a los “coyotes” como “despiadados traficantes de humanos”.
“Y —el coyote— me dijo que ahí lo dejara, que ahí lo iban a hallar… pero yo le dije que no… que era mi papá… mi papa no podía ni abrir la boca… porque ya estaba tieso todo… ya no podía más…”, relata el muchacho. Lea el relato completo aquí.
*Con información de Univisión.