Locón, de 26 años, era un inmigrante de Guatemala que llegó a Estados Unidos hacía siete años y que trabajaba en un restaurante situado en la planta baja del número 121 de la Segunda avenida, donde se produjo el suceso.
La fuerte explosión habría sido causada, según las autoridades, por una fuga de gas y la deflagración causó un aparatoso incendio que derrumbó tres edificios.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Guatemala señaló que, desde tuvo conocimiento de la desaparición de Locón, proporcionó instrucciones al Consulado General de Guatemala en Nueva York para brindar la “asistencia necesaria” tanto a las autoridades como a los familiares de la víctima.
Asimismo, desde su identificación, el Consulado se encargó de tramitar la repatriación del fallecido a la nación centroamericana, cubriendo “todos los gastos” a través del Programa de Repatriación de Personas en Estado de Vulnerabilidad y Fallecidos en el Extranjero del Ministerio de Relaciones Exteriores.
El ente público guatemalteco mostró su pesar y expresó “sus más sinceras condolencias” a los familiares y amigos de Locón, además de reiterar su compromiso por atender y apoyar “incondicionalmente” a los guatemaltecos que residen en el extranjero.